Ch2: ¿Será lo correcto? ...

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I

—Debo dejar de pensar en lo trabajoso —dijo mirando las habitaciones de sus hermanas y lo dificultoso que será limpiar todo.

Ya había terminado de limpiar toda su vieja habitación la noche anterior. Se sentía nostálgico al desempolvar todo lo preservado en cajas y bolsas.

La parte que más lo hizo estar muy nostálgico fue el tener que escoger que se podía quedar y que no. Algunas cosas estaban hechas trizas, otras no lo estaban tanto y otras ya eran un peligro.

Pero si quería un verdadero cambio debía deshacerse de varias de esas cosas. Quemar etapas era muy necesario en estos momentos.

Su consola portátil, su viejo reloj del pez del personaje de su videojuego favorito, una guitarra rota y que no servía, sus viejos posters de Ace Savvy, muchas antiguas playeras, viejos libros, y en especial su walkie-talkie.

Ese viejo objeto le traía muchos recuerdos de su preadolescencia compartidos con su mejor amigo. Aquel hermano estaba en otro país, conversaba con él de vez en cuando, pero no le contaba sus problemas, a veces pecaba de orgulloso y siempre tener un plan para todo.

Todo lo mencionado fue puesto por él en una bolsa de basura, a las nueve de la mañana pasaban los trabajadores recolectores de aquellos desperdicios.

—¡Amigo! N-No me había acordado de ti —dijo al ver a su viejo peluche guardado en una caja apartada del resto.

Bun Bun... aquel conejo que le servía de consuelo y lo tuvo desde que era un bebé. Lo había dejado allí.

Se sentía un malagradecido y un egoísta, no podía creer que ese viejo peluche acabara escondido y olvidado.

Se notaba en el temblor de sus manos y sonrisa repentina que los recuerdos no se habían ido de su ser.

Bun Bun, su colección de monedas, algunos de sus cómics de Ace Savvy, su colección de DVD de ARGGH y alguna que otra cosa.

—¡Ay! ¡Bun Bun! Te prometo que lo compensaré, pero primero a comenzar el cambio —dijo eso mientras sonreía y lo colocaba en una caja abierta para llevarla al primer piso.

Limpió con paciencia, esa habitación que en esos instantes le recordó muchas cosas buenas. No era momento para tristezas. Y volviendo al momento actual...

—Trataré de no hurgar tanto en sus cosas, salvo las antiguas —dijo eso y empezó por dirigirse a la habitación de sus hermanas mayores.

En sí las pertenencias más preciadas estaban en el ático, pero siempre dejaban una que otra cosa en esas habitaciones.

Desde que se fue Lori, todos se prometieron algo... No cambiar el lugar de las cosas de nuestros hermanos.

Si te tocaba irte a otra habitación, tenías que dormir allí con lo que había, podías guardar ahí mismo cosas que no necesitabas o estaban de más, pero no sacarlas de la alcoba.

II

Lana se sentó en la entrada de su pequeña casa. Pensó en cuáles serían sus palabras, no quería asustar a su hermano al llegar, quedarse largo tiempo y asustarla con su revelación.

—Pero... ¿Cómo sé que él no tiene novia en estos momentos? Arriesgo mucho... no, no arriesgo nada... —se sintió feliz, aunque comenzó a darse cuenta de lo que dijo.

III

—¿En verdad no arriesgo? Lincoln no es un tipo cualquiera, no puedo dar el lujo de decir que, si no siente lo mismo que yo o no me da la chance de estar con él, me retiro como si eso fuese cualquier cosa... —la reflexión comenzaba a entrar en ella.

Ansiedad de mi corazón...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora