32. Sorpresas

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Uraraka observó contrariada como Bakugou la dejaba nuevamente atrás. Definitivamente su carácter hacía honor a su explosivo quirk, no tenía nada de paciencia.

- ¡Bakugou-kun! ¡He dicho que me esperes! - Gritó indignada.

Se disponía a seguirlo pero Todoroki la detuvo.

- ¿Qué ha pasado ahí fuera? - Le preguntó - La mirada de Bakugou ha cambiado, ya no hay duda en sus ojos.

- No mucho realmente, simplemente tuvimos una pequeña charla respecto a Deku.

- ¿Estás segura de esto? - Preguntó Todoroki mirándola intensamente.

Uraraka observó unos instantes a Todoroki sin acabar de entender a qué se refería pero la inexpresión del rostro del chico no le dio pista alguna. Sus ojos heterocromaticos la miraban intensamente esperando una respuesta.

- Claro, alguien debía darle una bofetada de realidad al idiota de Bakugou-kun - Contestó finalmente, guardándose el hecho de que la bofetada había sido de algo más que de realidad.

- No me refiero a eso, en eso te doy la razón por completo - Dijo Todoroki.

Ahora si que no entendía de lo que hablaba, Uraraka lo miró esperando que añadiera algo más. Todoroki dudó antes de contestar.

- Me refiero a que era tu oportunidad - Dijo finalmente con tono suave.

Uraraka abrió sus ojos con sorpresa, aquello había sido inesperado. ¿Se refería a...? Tenía que ser pero... ¿Tan evidente era? Todoroki se había dado cuenta de sus sentimientos por Deku-kun. Sintió que sus mejillas enrojecían, avergonzada al verse expuesta, pero entonces el significado de aquella última frase que dijo Todoroki se hizo presente y con él vino una punzada de dolor. Al fin y al cabo la respuesta a esa inesperada pregunta era obvia, era dolorosamente obvia.

- Te equivocas, no existe tal oportunidad y nunca ha existido. Hay que ser ciego para no darse cuenta de que esos dos están hechos el uno para el otro. Solo hay que ver la forma en la que se miran - Replicó Uraraka con una sonrisa que no pudo evitar que se viera triste - Yo solo deseo que Deku-kun sea feliz, nada más que eso, incluso si no es a mi lado.

Todoroki la miró fijamente y eso la puso algo nerviosa, tal vez había sido demasiado sincera con él pero realmente se sentía así. Sabía que no tenía oportunidad alguna con Deku-kun, lo sabía y sufría por ello. Una parte de ella quería alejarse de él, olvidarlo y pasar página pero valoraba demasiado su amistad como para hacer eso. Así que simplemente tendría que tragarse sus sentimientos hasta que desaparecieran, tarde o temprano tenían que hacerlo.

Amistad y amor, tan estrechamente enlazados que constaba distinguir donde acababa uno y empezaba el otro, sentimientos prohibidos que quería que desaparecieran pero al mismo tiempo atesoraba. Pero era precisamente por ese revoltijo tan confuso de emociones que quería salvar a Deku-kun sin importar el precio a pagar. Por que a pesar de que sabía que al final del camino no obtendría su amor, aun así, Deku-kun era una persona muy importante para ella. De repente Uraraka sintió la mano de Todoroki posarse sobre su cabeza, sorprendiéndola nuevamente aquella tarde.

- Lo estás haciendo bien, eres muy valiente - Dijo Todoroki acariciando sus cabellos con suavidad.

Aquel gesto, tan cálido como inesperado hizo que sus ojos se empañasen. Realmente ese día estaba lleno de sorpresas pero no se permitiría llorar. Había tomado una decisión y estaba dispuesta a llevarla a cabo, no era el momento de llorar. Sin embargo, se dejó acariciar por aquella mano cálida que jamás pensó que intentaría consolarla.

Todoroki la sorprendió nuevamente y la abrazó, envolviéndola protectoramente entre sus brazos y ella se dejó hacer. Cuando ese abrazo acabara volvería a ser la chica alegre de siempre. Volvería a sonreír llena de energía y a estar llena de determinación nuevamente, pero en ese momento, aunque solo fuera por unos segundos se permitió unos instantes de debilidad. Por que a pesar de todo, dolía. No cambiaba su determinación, pero dolía.

Ojos que no venDonde viven las historias. Descúbrelo ahora