Especial: Vida de Amoos

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6 años

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6 años

Corriendo por los pasillos de la mansión, llegó llorando a la habitación de sus padres el pequeño Amoos. Esa noche había tormenta y a él le daban pavor los truenos. Su madre al verlo entrar, se bajó de la cama y lo cogió en brazos. Sin hacer ruido salió de la habitación, para no despertar a su esposo. Con calma y los pies descalzos, se movió con sigilo por los fríos pasillos de piedra. Al llegar al salón, de amplios ventanales, se sentó en el suelo junto a la chimenea encendida y puso a su hijo en su regazo. Más tranquilo y en brazos de su madre, el niño apoyó la cabeza en el hombro de ella. Catalina con una sonrisa se dedicó a acariciar el rostro de su hijo mientras su mirada se dirigía a la ventana, donde orgullosa entre las nubes se podía contemplar la luna. Separando a su hijo de ella, beso su frente.

-No llores más corazón valiente.- le susurro mientras le acariciaba la espalda para calmar sus hipidos- Con el paso de los años aprenderás a amar a tus temores y miedos.- le aseguró mirando los ojos húmedos de su pequeño- Te harás amigo de ellos, y el día que menos te lo esperes, estarás caminando bajo la lluvia con una sonrisa en el rostro y los truenos sonando por encima de tu cabeza.

-Es que son muy ruidosos mama. Me hacen daño.- le dijo el pequeño Amoos en un susurro mientras se cubría las orejas con las manos al escuchar un nuevo trueno.- ¿Podrías cantarme la nana? - preguntó dudando el lobito.

-Todas las veces que la necesites corazón. -acurrucándose mejor en los brazos de su madre, cerró los ojos y se centró en la dulce voz de ella.

Canto a la luna

mi llanto mortal.

Pido deseos

que ansio alcanzar.

Luna lunera

escucha mi mal

lleva mis penas

y déjame amar.

Ayuda a mi vida

llegar hasta mi.

Protege su senda

no lo dejes morir.

¡Oh luna lunera

escucha mi mal!

Lleva mi penas

y déjame amar...

Sin darse cuenta de cuándo, y con una sonrisa en el rostro, se quedó dormido en brazos de su madre.

20 años

-¿Cómo es posible que seas tan lento?- preguntó entre risas su hermana pequeña mientras se apartaba la melena rubia de la cara.

-No es posible. Simplemente te dejo ganar para que vayas llorando a madre. -respondió Amoos con una sonrisa arrogante. Anabel soltó un bufido escéptico.

La Perdición del Lobo [1] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora