Capítulo 46

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Hola chiquis!! La razón de mi tardanza ha sido que hoy han sacado las notas de la universidad. Me alegra deciros que: HE APROVADO TODO!!!

Ahora sin más dilación os dejo el capítulo.

Débora

La noticia de mi derrota me sentó como un jarro de agua fría. Sin saber cómo reaccionar, me quedé quieta donde estaba hasta que todos empezaron a salir de la sala. Sharon por primera vez decidió contenerse, cerrar su boca llena de veneno, y marcharse con el resto sin meter el dedo en la herida. Me sorprendió mucho no escuchar su irritante voz decirme: Que pena Debi, suerte para la próxima vez cariño. Internamente le agradecí esta tregua que me había dado. Sabía que esta no duraría mucho tiempo. Las únicas personas que se quedaron junto a mi fueron Luca y Abigail. Ambos me miraban preocupados y tristes. Supongo que estaban a la espera de verme explotar. Pero no iba a hacerlo. No en ese momento al menos.

-Hey fresita, ¿Cómo estás? - me preguntó Abigail mientras me abrazaba. Decidí mentir y sonreír. No tenía la energía ni ganas de montar ningún drama, solo quería llegar a mi casa y ducharme antes de ir a trabajar.

-Bien. Estoy bien, no os preocupéis- les dije mientras sonreía. Luca y Abi se miraron escépticos y sin creerse ninguna de mis mentiras. Supongo que sin darme cuenta, había dejado que esos dos bastardos, me conocieran más de lo que yo misma me conocía. Sin rendirse, Luca pasó su brazo sobre mis hombros y acercándome a él, empezó a hablar.

-Bueno -dijo sonriéndome a mí y a Abigail- Me parece que hoy es una día maravilloso para hacer una fiesta de pijamas en tu casa.- decretó Luca. Enseguida abrí la boca para protestar pero me interrumpió Abi dando palmaditas animada por la idea.

-Sí señor, así se habla.- dijo Abigail sonriendo mientras chocaba su mano con la de Luca- Es perfecto, mañana no hay clases porque es fiesta, así que podremos quedarnos hasta tarde haciendo tonterías- al ver mi cara mi amiga me señaló con el dedo y siguió su discurso- Y tú ni rechistes. Hoy iremos a tu casa, veremos películas ñoñas, beberemos mucho alcohol y lloraremos nuestras penas borrachos. -iba a replicarle que tenía que ir a trabajar pero como siempre se me adelanto- No me vengas con la excusa de siempre. Puedes ir a trabajar tranquilamente, nos veremos después, cuando acabes. Podemos esperarte en tu casa sin problemas.- dijo- Ahora ves a coger tus cosas de la taquilla, ve a tu casa a prepararlo todo y en unas horas iremos. -dijo pegando saltitos como una niña pequeña.- Voy a buscar a Tabita para avisarle. Tenemos que ir a comprar tantas cosas.- exclamó alejándose. Rápidamente vi como la melena rubia de mi amiga desaparecía entre la multitud en busca de Tatiana.

Mientras recogía mi bolsa, pensé en cómo diablos iba a caber tanta gente en mi casa. Tendría que pedirle prestado a Tabita su colchón hinchable. A la salida de los vestuarios me esperaba, apoyado en la pared, un silencioso y pensativo Luca. Este con el ceño fruncido tenía la mirada fija en la nada, como si estuviera resolviendo un complejo problema de matemáticas.

-¿Qué está rondando por esa cabecita tuya?- le pregunté una vez estuve a su lado. Mientras nos dirigíamos a la salida, vi como Amoos estaba charlando con Tatiana y Abigail. Esta última me vio y mediante señas me dijo que nos fuéramos, que ya nos veríamos más tarde en mi casa. A pesar de mi curiosidad por saber que tramaban esos tres, me dirigí a la salida junto a Luca.

-Solo estaba pensando en que podemos hacer para descubrir quién te ha encerrado. No entiendo por qué alguien haría eso. Sobre todo a ti.- dijo visiblemente enfadado. Pocas veces había visto a mi pacifista amigo tan alterado, y todas ellas tenían que ver con mi padre pegándome.

-No te angusties. De momento no podemos hacer nada. No hay pruebas pero créeme, la verdad siempre acaba por salir a la luz. -y realmente creía eso. Sabía que tarde o temprano encontraría al culpable de todo esto.

Minutos más tarde llegamos a mi casa. Mientras Luca desaparecía en mi baño para darse una rápida ducha y me pase por la casa de Tabita para pedirle prestado el colchón hinchable. Sin darme cuenta, lo que en un principio iba a ser una visita rápida, acabó por ser una reunión de casi una hora y media. Sentadas en el salón de su casa, nos pasamos charlando casi dos horas sin parar. Hacía mucho tiempo que no nos veíamos y Tabita era ese tipo de personas que echas en falta. Con sus cotilleos, gestos y caras logró sacarme más de una sonrisita. Entusiasmada me dijo lo nerviosa que estaba por ir a la gala del domingo. Me comentó que había sido invitada por su hermana a la cual hacía mucho tiempo que no veía. Al final, sin darme cuenta, accedí a ir con ellos hasta la fiesta en su coche. Al llegar de nuevo a mi casa, Luca ya había salido de la ducha y estaba en la cocina haciendo la comida. Al ver que todavía le quedaba bastante, decidí darme una ducha rápida.

El tiempo, tan caprichoso como siempre, pasó deprisa y cuando quise darme cuenta ya era hora de irme a trabajar. Antes de irme llegaron Tatiana y Abigail cargadas de bolsas llenas de comida y bebida. Mi mejor amiga entro en mi casa como un huracán. Entró por la puerta quejándose de que no respondía al teléfono a lo que yo respondí con un escueto: debe estar roto de nuevo. Mentalmente apunté ir a comprar un nuevo teléfono fijo porque el que tenía no dejaba de darme problemas. También consideré cambiarme de número, de esa manera seguro que ya no recibiría más llamadas extrañas. Dejando las bolsas que habían traído me escandalice al ver su contenido: una botella de tequila y otra de ron. Suspirando al ver todo lo que habían comprado, me mentalicé para la larga noche que me esperaba. Una vez que Abigail me prometió no destruir mi casa durante mi ausencia, me fui al bar con una sonrisa en la cara. Tenía pocos amigos, pero estos valían la pena.

Aquella tarde mi turno se me hizo eterno. Casi podría jurar que el tiempo se detuvo en varias ocasiones. Cuando el reloj al fin marcó el final de mi turno, tarde menos de cinco segundo en salir del lugar. A pesar de que al principio la idea de una fiesta de pijamas era lo último que quería, ahora la idea me hacía mucha ilusión.

-¿Dónde vas tan deprisa? -me preguntó Amoos sonriendo desde la distancia apoyado en su coche.

-Hola -le salude sonriendo mientras me acercaba. Tan ansiosa estaba por llegar a mi casa que se me había olvidado que Amoos estaría esperándome. Una vez estuve cerca, me agarro la cintura y beso con ternura mi frente.

-Hola preciosa.- dijo mientras dejaba un beso en mis labios- ¿Y bien? ¿Por qué tienes tanta prisa?

En ese momento me di cuenta en lo estúpida que sería si le contaba que estaba tan entusiasmada por que hoy iba a tener por primera vez una fiesta de pijamas. Así que en un intento de no parecer una pardilla, dije lo siguiente.

-Me están esperando en casa las chicas y Luca. Por lo visto han decidido que hoy mi casa será la suya y se quedan a dormir.- le dije entre risas.

-Espero que te lo pases en grande amor- dijo él también riéndose- Pero por favor intentar que nadie caiga en un coma etílico. No se porque pero me da la sensación que Abigail la liara bastante.

-No te equivocas -le dije poniendo los ojos en blanco.

-Cambiando de tema ¿ya tienes pensado en qué ponerte para la gala? -ante su pregunta me quedé un segundo en blanco se me había olvidado por completo ese pequeño detalle. -Por tu expresión de pánico en la cara, deduzco que no.- dijo sonriendo mientras sacudía la cabeza- Mañana me pasaré a buscarte y iremos a comprarlo. No te preocupes.- dijo cogiendo mi mano mientras íbamos andando hacia mi casa- Me pasaré sobre la una ¿te va bien? Así podemos comer y pasar la tarde juntos.

-Si, si, me parece genial. -el resto del trayecto nos lo pasamos haciendo apuestas de quien acabaría más borracho en la fiesta. Yo apostaba a que el caballo ganador sería Abigail, pero el me aseguraba que Tatiana tendría más aguante. Me costó la vida imaginarme a la dulce Tatiana bebiendo chupitos de tequila. Al llegar me dio una tarjeta y me dijo que se la entregase a Luca. Al ver mi cara sorprendida me explico que era una invitación a la gala. Ese gesto hacia mi amigo por su parte logró sacarme una sonrisa. Tras recordarme que mañana se pasaría a la una, me beso hasta dejarme sin aire para después, marcharse a paso tranquilo en la oscuras calles alumbradas por la luna.

Próximo capítulo el lunes. Si todo va bien subiré dos capítulos. Todo dependerá de si consigo algún momento de paz en la casa de locos en la que vivo jajajaja.

¿Vosotr@s sois de beber o cómo yo os divertís sin alcohol?

Nos vemos chiquis!!

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La Perdición del Lobo [1] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora