Capitulo 32

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El resonar de unos tacones hacen que me despierte, Peeta está a mi lado durmiendo plácidamente y Effie entra por la puerta, seguida de Cinna, Portia y Venia.

—Despierten chicos ¡Hoy es un día muy, muy especial! —Dice Effie con el acento del Capitolio que sigo odiando, pero ya no tanto.

— ¿Por qué?—Logro decir con la voz ronca.

—Hoy es su entrevista como vencedores y también los coronaran— Dice Effie mientras camina hacia al otro lado de mi camilla. —Vamos Peeta, levántate ya es tarde.

Peeta se levanta aturdido y soñoliento.

— ¿Qué? ¿Por qué?—Dice también con la voz ronca.

—Tenemos que prepararlos para su coronación—Repite Effie. —Peeta dirígete a tu habitación para que ahí te preparen.

Peeta se levanta, me da un tierno beso en la frente, después me dirige una sonrisa y se va sin decir más junto con Portia.

Effie me manda a duchar y lo hago sin reproches, al salir Venia me perfuma con un sinfín de aromas, después me arregla las cejas. Cinna entra a la habitación con un vestido amarillo muy simple.

—¿Ya te aburriste del tema de “La Chica En Llamas”?—Le pregunto.

—No ¿Tu si?

—Tampoco, creí que será algo más… extravagante.

Venia me ayuda a ponerme un par de sandalias de cuero planas y me vuelvo hacia el espejo.

Sigo siendo la “Chica en Llamas”: La fina tela del vestido despide un ligero brillo, el más leve movimiento del aire crea ondas. Ahora doy la impresión de haberme vestido de una luz de vela.

—¿Qué te parece?

—Creo que es el mejor que has hecho hasta ahora.

Cuando aparto la mirada de los destellos del vestido, me miro al espejo: Llevo el cabello suelto, un maquillaje de toque casual en las mejillas y alrededor de los pómulos; el vestido sin mangas está recogido alrededor de las costillas, no de la cintura, de modo que no muestra lo delgada que estoy; el borde me llega justo a las rodillas; al no llevar tacones, tengo mi estatura real. Parezco una chica de catorce o quince años cuando mucho, inocente e inofensiva. Me sorprende como es que Cinna haya decidido sacarme así, teniendo en cuenta de que tengo las manos manchadas de sangre a causa de los Juegos. Me muerdo el labio intentando buscar sus motivos, entonces los tengo: él me está protegiendo, me esta mostrado como una chica dulce e inocente, en vez de una chica que desafío al Capitolio.

—Creí que a Peeta le gustaría más esto—Dice Cinna, rompiendo el silencio.

¿Peeta? No, no es por Peeta. Es por el Capitolio, yo lo sé. No convencimos a los Vigilantes y a la mayoría de la audiencia. Todavía no acaban los juegos. Además noto que me está ocultando algo, pero no me lo puede decir.

Bajamos en el ascensor hasta la planta donde nos entrenamos, ya que el hospital estaba una planta más elevada. La costumbre es que el vencedor y el equipo salgan al escenario en una plataforma elevada. Primero el equipo de preparación, después el mentor y, seguidamente el vencedor, pero como somos ahora dos vencedores han tenido que empezar de nuevo. Han instalado una nueva plataforma para elevarme.

Cinna y el equipo de preparación se van para vestirse para la ocasión, así que me quede sola. Estoy tan pérdida en mis pensamientos que no me doy cuenta cuando Haymitch llega, hasta que me toca el hombro. Me abraza y me susurra palabras en lo bajo, pero lo suficientemente audible para que lo escuche.

—Escucha preciosa, tienes problemas. Se escucha que el Capitolio está enojado con tu truco de las bayas. Si hay algo que no soportan es que se rían de ellos, y ahora son el hazmerreír de Panem. Tu única defensa seria que estuvieses exageradamente loca de amor que no fuiste responsable de tus acciones—Haymitch se aparta y me dirige una sonrisa—  ¿De acuerdo Preciosa?

"Antes De Todo" THG [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora