Capitulo 22

1.4K 106 7
                                    

Despierto con el brazo de Peeta rodeando mi cintura y me sonrojo, salí del saco donde estaba y después restregué mis ojos para ver claramente.

No tuve ninguna pesadilla.

Raro.

 Me senté enfrente de Peeta y lo observaba dormir: su cabello rubio estaba alborotado, unos cuantos rizos caían en su frente y uno estaba posado en su ojo, sus labios estaba entrecerrados y se podía ver su diafragma contrayéndose para poder respirar. Se veía tierno.

No lo evite y me incline hacia el dándole un beso en la mejilla, después pose una de mis manos en su frente para checar si aún tenía fiebre. Ya no tenía.

Me volví a sentar donde estaba y seguí mirándolo por varios minutos más, un pitido hizo que me sobresaltara, salí con mi arco en mano y mire hacia todos lados, hasta que pude ver un paracaídas plateado.

Corrí hacia el esperando a que sea medicina para curar a Peeta, pero me sorprendí al ver que era sopa >Un beso, una lata de sopa< pensé, seguro que me lo envió Haymitch para que me adentrara más a mi papel como “una loca enamorada” pero tenía que hacerlo si quería que Peeta saliera con vida.

Regrese arrastrando los pies a la cueva y me encontré con un Peeta despierto mirando a todos lados pero después su mirada la dirigió hacia mí y después sonrió.

-Pensé que te había pasado algo-dijo después de soltar un suspiro.

-Pues aquí estoy-Levante mis manos de mi cabeza hasta mi cintura, Peeta soltó una carcajada.- Y mira lo que nos dieron-Agregue mientras sacudía la lata de sopa con una voz infantil. Peeta volvió a reír.

Abrí la lata y despegue la cuchara que tenía pegada con cinta, metí la cuchara en la sopa, después el saque y la dirigí hacia la boca de Peeta.

-Abre-Le dije.

-Katniss no tienes que hacer esto-dijo mirándome con una sonrisa a los ojos.

-Abre- repetí

El accedió y abrió su boca y después le metí la cuchara en su boca como a un niño pequeño.

-Yo puedo- dijo acercando su mano a la lata, pero yo lo aleje.

-Tu hiciste esto por mi ahora me toca a mí.

-Katniss…-dijo Peeta en un suspiro.

-Solo déjame agradecerte.

-Sabes… siempre me he arrepentido de cómo te tire ese pan.

-Peeta…no sigas-le dije en suplica.

-Debí de salir en medio de la lluvia…debí entregártelo en tus manos… debí- Estaba hablando rápido, no pude más y lo bese, sus labios chocaron con los míos, están calientes y resecos, pero no me importaba, era un beso dulce y lento, me aleje de él y le dedique una sonrisa.

-No importa Peeta, me salvaste de morir de hambre y te lo agradezco-Le sonreí y el me sonrió de regreso.

-Me acuerdo cuento te vi cantar por primera vez, teníamos como 8 años, tenías un hermoso vestido a cuadros y tenías dos trenzas en vez de una-Peeta tenía una buena memoria, le sonreí- y la maestra pregunto que quien se sabía la canción del valle y tu levantaste inmediatamente la mano y después cantaste, pero lo más sorprendente fue que todos los sinsajos se callaron al instante en que empezaste a cantar, en verdad Katniss, cantabas muy bien- le dedique una sonrisa, recordó cada detalle de aquel momento, claro cantaba bien mi padre me lo decía a menudo, hasta que…murió y desde entonces no he vuelto a cantar a excepción de Rue-Y ¿Sigues cantando-pregunta Peeta sacándome desde mis pensamientos.

-N-No desde que…mi padre murió.

-¿Has tenido algún momento feliz?-me pregunto tímido

No le respondí, estaba buscando en mis recuerdos algún momento feliz.

 Me acorde del día que estaba regresando a casa después de cazar con Gale, pero ese día no era muy común, puesto que era el día del cumpleaños de Prim, estábamos  sentados en una banca pensando que regalarle a Prim, levante la mirada y pude distinguir al señor que vende queso y leche de cabra cual nombre no recuerdo, estaba intentando vender la cabra al carnicero, pero este no cedía, pensé en comprarlo y regalárselo a Prim, ya que a ella le gustan los animales y estaba segura que ella lo cuidaría. Así que me acerque junto con Gale al señor que vende queso de cabra.

-Disculpe señor, pero me interesa esa cabra- le dije señalando la cabra.

-Niña no seas tonta-dijo burlándose- esta cabra está en sus últimas, solo sirve ahora para carne.

-Ni para eso sirve-dice el carnicero- no la quiero, llévatela tu niña.- ya me canse de que a cada rato me digan niña. El carnicero se dio vuelta en sus talones y se fue.

-¿Cuánto cuesta?-pregunto Gale, pero el señor lo vendía muy caro, aun así intentábamos buscar un precio no muy elevado, ya que la cabra no estaba en buenas condiciones, pero finalmente el señor acepto y Gale pago la cabra y podemos llevarla, pare en el quemador y le compre un lazo azul y después se lo puse en la oreja de la cabra. Al llegar entre primero a la casa y felicite a Prim y después de unos minutos entró Gale con la cabra lo cual sorprendió completamente a Prim, la abrazo y nos agradeció muchas veces, le quito el lazo que tenía y lo guardo, y después decidió por llamarla Lady. Ese día se me hizo muy feliz.

Salí de mis pensamientos y Peeta todavía me miraba esperando su respuesta.

-Sí, tengo uno

-¿Me lo podrías contar?-me dice tiernamente.

-Claro-le dije con una sonrisa. Le explique diferente, puesto que el Capitolio no aceptaría a Gale por ser mi mejor amigo, así que solo le conté sobre como conseguí la cabra, sin Gale claro. La mirada que me hacia Peeta es de asombro, con sorpresa y felicidad, como un niño pequeño que le acaban de regalar un dulce. Es tan tierno.

-Que hermosa historia- me dijo alegre.

Recordé que no hay nada para comer y tenía que cazar.

-Peeta tengo que cazar no hay comida, te quedaras aquí.

-Quiero ir no te puedo dejar sola- me dijo.

-Así como estas no podrás hacer nada, quédate, descansa, no tardare, te lo prometo.

-Está bien- me dijo serio, tratando de parecer enojado.

Me pare y agarre mi carcaj acomodándolo en mi hombro y mi arco sosteniéndola en mi mano. Me despedí de Peeta con un beso en la mejilla y me dispuse a salir de la cueva yendo rio arriba, tarde como media hora en subir, rápidamente case dos ardillas y las despelleje ahí mismo, hice una pequeña hoguera, procurando que no lance mucho humo y después la apague echándole tierra. Me comí una ardilla y baje rio abajo.

Entre a la cueva y visualice a Peeta dormido, se veía tan tierno así  >Ya lo dijiste muchas veces Katniss< me dice mi conciencia.

Salí nuevamente de la cueva y llene mis botellas de agua, echándole una cuantas gotas de yodo para que se purifique. Ya estaba anocheciendo y se podía ver en el cielo un naranja atardecer, supuestamente el color favorito de Peeta. Estoy bastante cansada.

Entre y me acosté dentro del saco con Peeta, acomode mi cabeza sobre su regazo y me dormí inmediatamente.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Hola! Les gusto este hermoso y sexy momento Everlark? Yo se que si .-. Voten y Comenten! Amo sus comentarios de apoyo :D

Brithey :)

&quot;Antes De Todo&quot; THG [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora