Amor, amor, amor. -.Jimin y tú.

Capítulo 4.

► ¿Celos?

- Bien chicos, de tarea la página 15 y un resumen de la 16 para nuestra próxima clase. - Habló en un duro tono de voz el maestro, borrando los apuntes de el pizarrón y acomodar su corbata.

¡Por fin las clases llegaron a su fin! Por este día. . .

Tomé mis libros, y lápices aventándoles dentro la mochila y cerrarla, poniéndomela de mala gana y salir de aquel salón que ya me asfixiaba.

Al llegar por los casilleros, los de el equipo de fútbol estaban en grupito en mi casillero, impidiéndome pasar. No mucho tiempo después su grupo se deshizo, llendo cada quien para su lado, dejando a Jimin con otro chico más delgado, cabello igual de negro y piel un poco más blanca. Genial, recargado en mi casillero.  Jimin pasó su vista a los lados buscando a alguien hasta que me vio y le murmuro algo a aquel chico desconocido para mi, ese mismo chico miró hacia donde me encontraba y sonrió, guiñándome el ojo, algo que Jimin no captó.

No sabía si irme cargando mis cosas pesadas por no acomodar mi horario, o enfrentarme a aquellos dos…

La segunda me gusta, huír no es mi prioridad.

Caminé hasta mi casillero, mirando a el chico ánonimo y hacerle un ademán con la mano se que se quite.

— ¿Puedes hacerte a un lado? Estás sobre mi casillero. -

El chico me miró nuevamente, acercándose a mi, a pocos centímetros de mi rostro.

— Bonita, ¿no te han enzeñado modales? Se pide permiso. — Murmuró mirando mis labios, relamiendo los suyos, y acercarse un poco más, rozando mis labios. Estube  a punto de darle una gran bofetada, pero Jimin reaccionó frunciendo el ceño el ceño y lo apartó de forma brusca.

—¡Mierda, Kook! No coquetees con ella. – Susurró cerca de aquel tal Kook.

— ¡Casi la besaba, idiota! —chilló Kook, delineando sus labios con su dedo índice—. Sus labios estaban taaan suaves. . .

Jimin se puso de un tono rojo, apretando sus manos.

—Te he dicho que me dejes a ella.— respondió JiMin.

El chico rió, encogiéndose de hombros.

—Tal vez si no te quiere a ti, me quiere a mi. -

Jimin frunció aún más su ceño, empujando a su amigo de el pecho.

—Piérdete, Kook-.

En lo que aquellos dos peleaban, metí mis cosas a mi casillero, y sin que se dieran cuenta ambos corrí hasta la salida de el instituto, aún habían muchos alumnos ahí, a lo que suspiré. Creo que los perdí.

— ¿Por qué tan sola? —. Murmuró alguien atrás de mi, a lo que yo me volteé rápidamente pensando que era uno de esos imbéciles, que casi le doy un golpe a un risueño Taehyung, el cual me miraba con una ceja alzada.

—Oye, oye, tranquila, solo quería que nos fueramos juntos a casa, ¿te acompaño? — Volvió a pronunciar, desordenando mi cabello.

— Si, no quiero que alguno de esos tipos con músculos grandes y cerebro de maní me vea caminando sola a casa. — murmuré, y Taehyung se dio cuenta de quién hablaba a lo que solo rió y asintió.

— Tengo tiempo, mi padre fue a una cita, y no tengo idea a que hora llegue a casa. — Se encogió de hombros.

Seguimos hablando, al pasar a un lado de Jimin, no pude evitar sentir su fría mirada en mi, y mucho más fría sobre Taehyung.

¿Estará celoso?