¿será la excepción?...
Logró dormirse en segundos, su cuerpo estába cansado al igual que su mente, sin embargo los sueños no tardaron en aparecer. San siempre que solía soñar soñaba con aquel hombre con el rostro cubierto, atacando su débil y pequeño cuerpo y era por eso que cada madrugada se despertaba con inquietud y deseos de morirse. Esa noche notó algo extraño en sus sueños y era que el hombre no era el mismo de siempre, ahora era más pequeño en tamaño y menos musculoso, además su voz no era tan aspera y San juraría que esa voz era muy parecida a una que había escuchado en alguna parte, no podía decifrar su rostro ni ningún otro rastro ya que su vista estába nublada por sus lágrimas.
—D...detente — gritó San revolviendose entre las sábanas con su respiración ya entrecortada. Yunho se despertó ante los quejidos de San y rápidamente supo que estába teniendo sus típicas pesadillas diarias, caminó hacia la mesita de noche y tomó el respirados para luego acercarse a San y moverlo levemente.
—Sannie — susurró. San rapidamente reaccionó abriendo sus ojos como platos, su piel ardía y picaba, sudaban sus manos al igual que su frente haciendo que sus mechones se adieran a su piél ahora pálida, sus nervios estaban de punta, eso explicaba la piel eriza y su respiración entrecortada.
Yunho le extendió el respirador, a lo que San con prisa lo tomó y presionó contra sus labios dando presiones en busca de aire, al conseguirlo se calmó un poco y se sentó en la orilla de la cama.
—¿Todo está bien, San? - preguntó Yunho quien se sentó en el suelo frente a San.
—Sí — asintió no del todo convencido — bueno... En realidad hay algo extraño.
—¿Qué es? - preguntó un poco preocupado, se notaba en su tono de voz suave.
—No soñé al hombre de siempre.
—¡Eso es bueno!.
—No, no lo es — negó — no soñé con ese hombre pero... Soñé a otro, su voz era diferente y un poco menos dura, sus manos no eran rasposas como las del mismo hombre y era más pequeño.
—¿cómo?, ¿al menos le viste el rostro?.
—No pude, apenas podía ver su cuerpo frente al mío, solo la luz de la luna..
—Entonces no es tan bueno, porque despertaste igual de desesperado que siempre — se puso de pié.
—Lo sé.
—¿Intentarás seguir durmiendo? - preguntó Yunho caminando nuevamente hacia su cama sin no antes dejar el respirador en la mesita de noche.
—No tengo sueño, iré a revisar si tengo bien mis tareas — se puso de pié y colocó sus pantunflas para luego caminar hacia la sala en donde estába su pequeño escritorio.
Yunho logró dormirse nuevamente. Por otro lado San estába buscando sus cuadernos y su mano topó contra la rosa que ahora estába un poco más pálida pero aún con vida.
—Estúpido Wooyoung — bufó tomando la rosa con cuidado y caminando hacia el lavadero y poder colocarla en un pequeño vaso con agua, se giró y regresó a su escritorio.
Sacó su libro de literatura ya que sus tareas estában perfectas, quería leer, quizás para olvidarse de todo o simplemente distraerse.
O era San quien no entendía lo que leía o el libro tenía palabras muy complicadas, no sabía nisiquiera que era lo que estába leyendo, no comprendía y tampoco quería hacerlo, simplemente estába leyendo sin prestarle atencióna la lectura.
Sus pensamientos ya no estában en sobre qué era la lectura, ahora sus pensamientos regresaban a la mañana anterior en donde Wooyoung le había dedicado esa canción, por algún extraño motivo sus recuerdos hacían que su estómago sintiera cosquillas, seguramente era deseo de vomitar por haber despertado así hace un rato, no quería pensar más en eso se supone que no le agradaba tanto Wooyoung, sin embargo no podía dejar de pensar en él y en lo mal que el se había comportado, fue muy duro y Wooyoung no le había hecho nada "muy grave".
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