—Si pero... Esto no es normal Wooyoung yo soy... diferente.
—Diferente ¿cómo? — Preguntó Woyoung confundido. San no respondió ante su pregunta, solo siguió caminando hacia las gradas del estadio.
Ambos se sentaron a ver como empezaba el entramiento y estuvieron en un silencio un poco incómodo, San agachó su cabeza y miró sus zapatos mientras rompía el silencio.
—Yo sufro de Hafefobia — admitió, seguramente iba a arrepentirse de haberlo dicho, sin embargo algo dentro de él lo hacía decir la verdad.
—¿Hafefobia? — nunca había escuchado esa palabra pero sonaba que no era buena.
—Es miedo a ser tocado y... Tocar — su piel se erizó al decirlo y levantó su vista hacia Wooyoung.
—Y ¿hace cuánto tienes eso? — volvió a preguntar curioso.
—Desde que soy un niño.
—L..lo lamento.
—No lamentes nada, me sirvió para darme cuenta que no debo confiar en las personas.
—¿Puedo decirte algo?. — preguntó nuevamente Wooyoung sin quitarle la mirada de encima. San asintió.
—Yo daré lo mejor de mí, quiero cuidarte, potegerte y si es necesario conquistarte entonces lo haré, pero confía en mí.
¿Confiar en él?, que difícil sonaban esas palabras para San, ya no sabía en qué creer, Wooyoung había sido muy amable en estos pocos días que habían hablado pero no podía confiar en él así de fácil.
—Lo haré pero con una condición — miró fijamente a Wooyoung quien asintió — no te atrevas a tocarme sin mi permiso.
¿Sin su permiso?, eso quiere decir que si el permitía podía hacerlo, sonaba extraño viniendo de San ya que el solía decir "No Me Toques" y no un "Sin Mi Permiso", ese era un avanze para ambos, San no estába enamorado de Wooyoung, simplemente lo veía con un amigo aunque Wooyoung ya le había dicho que haría todo para conquistarlo.
El hecho de que San no se enamorara de Wooyong era simple, no era porque el chico fuera feo, al contrario era muy hermoso, además la verdadera razón era por que San sabía que Wooyoung se cansaría de él, no solo por su forma de ser sino también por que nunca dejaría que le tocase y además habían muchas chicas lindas las cuales se dejarían tocar por él...
—Está bien, no lo haré — Ambos se sonrieron y en minutos se encontraban viendo el entramiento sin decirse una sola palabra.
Aproximadamente treinta minutos después el entrenamiento había acabado por lo que San y Wooyoung bajaron de las gradas yendo a la entrada a esperar a sus amigos quienes se encontraban en los vestidores poniendose nuevamente su uniforme de estudio.
Las platicas que San y Wooyoung habían sacado no eran nada interesantes ya que giraban en torno a sus tareas y trabajos pendientes, pero ahora las cosas se habían puesto tensas en los vestidores.
Yunho estába quintandose la playera quedando en su camiseta y comenzar a colocarse la del uniforme. Mingi intentaba quitarse los shorts pero una de las mangas de los shorts se atoró en los tacos de tus tenis haciendo que se balanceara hacia adelante y caera sobre Yunho.
—M...mingi — Susurró Yunho nervioso. Mingi quedó paralizado poniendo sus manos al rededor de la cabeza de Yunho sin moverse y si saber reaccionar.
El cuerpo de Mingi estába sobre el de Yunho, ambos temblorosos por nervios y sin saber qué decir, la boca de Yunho estába entreabierta sin decir ninguna palabra, tan solo disfrutando de la cercanía. Por otro lado Mingi notaba que Yunho era más lindo de cerca, sus labios con un rosa pálido y su respiración algo entrecortada. La distancia de sus labios era de uno pocos centímetros, casi rozandose, ninguno decía ni una sola palabra, bastaba con verse a los ojos y decifrar lo que el contrario quería decir.
