—Tócame... — Wooyoung se quedó más que asombrado ante sus palabras, su cuerpo comenzaba a calentarse y su corazón a palpitar con descotrol como si nunca ubiese palpitado antes.
—Pero... — Wooyoung iba a hablar pero San se adelantó callándolo en un beso, un beso que al inicio empezó tierno y con el tiempo se fué tornando necesitado.
Al igual que el corazón de Wooyoung el de San quería salirse de su pecho, sus labios se movían contra los suyos, al menos antes de que Wooyoung se abriera paso entre la entrada bucal de San y su lengua explorara aquellos lugares que tanto amaba y jugaba con su lengua.
Wooyoung para eso estába casi sobre San, el antes mencionado cayó de espalda al suelo sin separarse del beso de Wooyoung, Woo se colocó entre las piernas de San mientras el contrario rodeaba su cintura con ellas.
Una de las manos de Wooyoung estába sosteniendolo al costado de la cabeza de San evitando que se acostara completamente en él, mientras su otra mano temblorosa comenzaba a adentrarse en la parte baja de la camisa del San acariciando su abdomen plano. Una corriente de electricidad corrió por el cuerpo completo de San asindolo temer ante los nuevos toques pero no detenerse, no ahora.
El cuerpo de San comenzaba a temblar al momento que se estremecía ante los tactos de Wooyoung, las caricias cada vez aumentaban de nivel y sus bocas no se separaban. Los jadeos de San no tardaron en aparecer al sentir la enorme mano de Wooyoung seguir acariciando su piél pálida e intacta de su abdomen, aunque sus gemidos fueron en aumento cuando los dedos de Wooyoung acariciaron una de sus tetillas.
Wooyoung la apretó con no mucha fuerza entre sus dedos, haciendo a San arquearse y morderle el labio inferior con fuerza. El cuerpo de San hervía no solo por exitación y placer sino que el miedo también lo consumía.
Tenía miedo de fallarle a Wooyoung, tenía miedo de que cuando lo estuvieran haciendo le dijera que se detuviera, que odiara sus toques luego de eso, temía sentirse sucio nuevamente pero... Una voz lo sacó de sus pensamientos y unos dulces ojos que lo miraban con atención.
—Puedo parar si quieres bebé — Dijo Wooyoung observando a su novio respirar descontroladamente y sentir como su cuerpo sudaba.
—No — negó rapidamente — Quiero ser tuyo — susurró.
Por más ideas tontas que vinieran a su mente él en verdad amaba la idea de entregarse a Wooyoung, no solo en sentimientos, quería mostrarle que él le había ayudado a superar sus miedos, que él era importante para él, sobre todo quería mostrarle que desde que lo toco la primera vez, San dependía de su tacto...
—Ahh~ — Los gemidos de San salían como música para los oídos de Wooyoung.
La camisa de San no estába más, lo que le daba mejor paso a la mano de Wooyoung para jugar con sus pezones.
La piel de San se erizó al no sentir más los labios de Wooyoung sobre los suyos pero sentirlos en la débil piel de su cuello, sabía que aunque nadie lo tocara esa era una de sus debilidades.
La boca de San estába entreabierta soltando más gemidos al sentir como Wooyoung dejaba besos por todo su cuello y parte de su mandíbula y hombros, dejando un camino hasta llegas a sus pezones. Donde antes estában los dedos de Wooyoung ahora era su boca la que se encontraba en esa zona.
La lengua de Wooyoung ahora comenzaba a hacer círculos sonre el erecto pezón en su boca, no dejando de lado los dos miembros también erectos que friccionaban aún con las telas de sus pantalones y boxer puestos.
Mientras la lengua de Wooyoung se deleitaba en los botoncitos rosados de San, él aprevechó a llevar sus manos al botón de su pantalón abriendolo con rapidez, al igual que en la forma como de deshizo de el. Ahora el rojizo de San estába tan solo en el boxer que lo cubría y no dejaría que sólo Wooyoung tuviera buena vista.
