Bʀᴇᴀᴋ ᴀ Lᴇɢ • Cʜᴏɪ Bᴇᴏᴍɢʏᴜ

Iɴᴛʀᴏ﹕【Eᴘɪsᴏᴅᴇ ₁】

¿Es normal pedir "una oportunidad más" después de un berrinche diario de celos?

—Ya perdí la cuenta de todas las veces que dijo: Oppa, si no quieres que me enoje, ya no te equivoques —manifiesta Huening Kai, lo último imitando la voz de mi novia.

—Ya somos dos —respondo llevándome las manos detrás del cuello—. ¿Debería ir?

—Si me dieran una moneda por cada vez que terminan y regresan, sería rico, amigo. Dile que ya se canse, ¿no? Te perdió —sugiere jugando con una botella encima de la mesa.

—Supongo que el acuerdo prenupcial todavía es válido —comparto, haciendo reír a mi amigo.

Las cosas empezaron a tornarse grises después de la segunda discusión en mi casa, cuando me amenazó con terminar, y lo hicimos, pero más tarde me llamó llorando, diciendo que no era lo que planeaba y que regresáramos. Lo que no sabía es que le encantaría repetirlo cada semana. 

—Quédate con los platos hondos, por favor, ahí cabe más comida —finaliza riéndose maliciosamente.

Bufo para después reincorporarme en la silla.

—Deséame suerte.

—¿Irás?

—¿Tengo otra opción? —cierro los ojos con fuerza al mismo tiempo que aprieto los labios. Como si de esa manera todo fuera a solucionarse.

Me levanto limpiando sin razón alguna el pantalón de tela, y despidiéndome de Huening Kai, camino hacia el jardín, lugar donde una de sus amigas dijo que me esperaba.

Al poco tiempo de haber entrado, diviso a una castaña de cabello corto que está sentada en la banca central de aquel sitio. Aprecio una espalda cansada y me acerco. Es ella.

Me siento justo detrás, juntando mi espalda con la suya y empiezo:

—Iré al grano —digo tomando una basta bocanada de aire, sabiendo que, al terminar, se va a armar ese típico teatro de lágrimas y gritos—. Esta situación es difícil para ti y para mí, y lo siento mucho, pero ya no quiero hacerte daño y tampoco quiero salir lastimado. Deberíamos... terminar definitivamente.

Deberíamos terminar. Lo dije bien. Me repito siempre: articula, Beomgyu, articula, y esta vez no fue la excepción; sin embargo, no escucho nada de su parte, ni siquiera un suspiro.

—Hablas bonito, pero ¿esas eran las líneas?

Volteo al escuchar una respuesta sin pies ni cabeza y sabiendo que la voz no proviene de Sorim, encontrándome a una completa extraña.

—¿Qué dijiste? —pregunto confundido. ¿Cuándo pasó?

—Que esas no son las líneas, aunque me gustó mucho tu actuación.

¿Actuación? No sabe a cuánto corrió mi corazón al decir con total valentía que quería terminar. Pero sí que era obvio que no lo supiera.

—Espera —ladeo la cabeza—. Creo que hay una confusión.

—No, no. Te estaba esperando —contesta con entusiasmo—. Tu vienes por el papel de Romeo, ¿verdad?

—¿Romeo? —Mi trasero—. No, en serio hay un malentendido. Yo vine aquí por... otra cosa —finalizo en un susurro, mirando hacia los lados al caer en cuenta que, si mi novia estaba por aquí, haría otra escena.

—¡Ya sé! —exclama señalándome—. ¿Quieres actuar en los tres cerditos? Porque de ser el caso —balbucea algo que no logro entender—... uno se fracturó la pierna y hace falta otro cerdo.

—¿Cerdo?

—Si no es por Romeo, entonces estás aquí por el papel del cerdo... —entrecierra los ojos—. ¿O Caperucita? Solo que para esa obra hace falta la niña, ¿aceptarías ser Caperuza?

Suelto una risa por la mirada juzgona que acompaña la inadvertida pregunta. La sensatez no es su fuerte al parecer.

—Lo siento, pero no estoy aquí por ningún papel. Yo vine a ver a mi novia —hablo entre dientes, a la vez que su sonrisa decae.

—¿Una castaña de cabello corto como yo?

—Eh... sí. Así es.

—Estuvo aquí casi una hora y luego se marchó. ¿Qué le hiciste? Estaba bastante enojada que insultó al basurero.

—¿Una hora?

Asiente varias veces y con lo que me dice, me imagino que anda como cabra loca por toda la escuela buscándome.

—¿Cómo sabes que es una hora? —intento convencerme de que quizá no haya sido mucho tiempo y que su enojo sea por otra razón.

—Porque he estado aquí... —veo sus labios fruncirse entre tanto comienza una especie de conteo con los dedos— desde temprano. Bueno, un poco antes de que tu novia llegara.

—¿Esperando a Romeo? 

—Bingo —chasquea los dedos formando una sonrisa otra vez—. Ya estaba por irme cuando llegaste, por eso creí que eras tú.

Doy un largo suspiro. ¿Quién la obligó a esperar al famoso Romeo? No. ¿Quién me está obligando a mí a quedarme cuando debería haber salido a buscar a Sorim...? ¡No! Piensa, Beomgyu, ¿por qué me siento en la obligación de ir a buscarla ahora mismo después de todo lo que ha pasado

—¿Cómo te llamas? —averiguo con una sonrisa amigable después de disociar con mis cuestiones.

—Kang Soonkyu. ¿Y tú?

—Choi Beomgyu.

Ver su inocente expresión, hace que —conociendo la causa— mi corazón se estruje un poco. Además, estoy comenzando a pensar que debería cambiar mi aburrida rutina.

—¿El casting para Romeo sigue en pie?

Como siempre, no sé adónde rayos quiero llegar. Y tampoco en qué me estoy metiendo.

ARIANA, WHAT RU DOIN' HERE?

Para empezar, me gustaría agradecer a todas las lindas personas que se han tomado el tiempo de conocer este ff. Aprecio muchísimo cada uno de sus comentarios, no saben cuánto me he reído con ellos, y el apoyo que fueron y son. Releyendo la historia, me acordé de lo mucho que amé escribirla durante la pandemia, y sí, como fue escrita en ese tiempo, no tuvo luego más que unas revisiones con respecto a la ortografía, pero esta vez me di cuenta de que tenía incluso más cosas que debía arreglar. Algunos diálogos o escenas por ahí me dieron escalofríos y me juzgué por eso, así que, esta notita es para avisarles que entramos en una reparación breve de esta joyita para que sea legible y disfrutable de la mejor manera, y que para la próxima ocasión, cuando encuentren los capítulos completos de nuevo, y que alguien comente algo bonito, me sienta merecedora de eso. 

No tengo más por decir. Si desean pasarse por aquí de nuevo, bienvenidos sean y también para las personas nuevas, espero amen esta historia tanto como yo. 

Bonita noche, tarde o día.