【Eᴘɪsᴏᴅᴇ ₁₁】

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Soonkyu me había dicho que a las obras acudían personas que disfrutaban de ellas, pero que esta vez habría invitados especiales de distintas universidades.

La participación era opcional, pero por la misma razón que ofrecerían becas, ella decidió hacerlo, al igual que sus compañeros, que en realidad al principio se ofrecieron a ayudarla. Pero ¿por qué esperar a una beca cuando podía hacerlo por sus propios medios? La respuesta tenía que ver con el padre, que odiaba la idea de que Soonkyu actuara.

Si alcanzaba su objetivo por cuenta propia, entonces su padre y madre la apoyarían, caso contrario y dada la situación, la posibilidad se quedaría siendo eso, una posibilidad.

Todo por mi culpa, y pensarlo me hacía sentir aún más miserable de lo que ya me sentía.

Me permito respirar profundamente un par de veces antes de tocar la puerta. Mis pies comienzan a temblar y a este punto me arrepiento de haberle hecho caso a Dain.

El señor al que había visto en el colegio anteriormente regañar a Soonkyu, abre la puerta, dejándome quieto al notar un gesto nada amigable de su parte.

—B-Buenas n-noches —saludo empezando a hiperventilar.

—¿Quién eres?

—Buenas noches, señor —repito haciendo una reverencia—. Soy amigo de Soonkyu.

—¿Qué? No lo creo —niega frenéticamente mirándome de pies a cabeza—. Sus amigos saben que pueden venir a esta casa hasta las cinco por lo mucho, ¿qué haces aquí?

—Eh... sí, señor-

—¡Amor! Ya está lista la... —interrumpe la señora que los acompañaba en la mañana.

—Buenas noches —aprieto los labios luego de hacer otra reverencia—. Yo... soy la persona que iba a interpretar a Romeo con su Julieta. —Eres idiota Beomgyu—. Digo, con su hija.

—Así que eres tú —cruza los brazos la señora causando que los nervios lleguen a mí otra vez—. Debes tener mucho que explicar, ¿eh...?

—Beomgyu. —Ella me señala que pase. Y antes de entrar a la casa, entro en pánico.

—Comienza —pide el señor Kang, una vez me invitan a sentarme con ellos en la sala.

—Bueno... conocí a su hija en un receso. Fue algo confuso al principio, pero terminamos hablando, y yo quedándome en la obra. Yo... creo que llegamos a ser buenos amigos, y no tengo ninguna mala intención al venir aquí más que disculparme por no haber cumplido con mi palabra, con Soonkyu y también con ustedes. Es mi culpa lo que pasó y no tengo una excusa lo suficientemente válida para defenderme —intento ser asertivo con mis palabras para que el mensaje sea entendible—, sólo espero que puedan entender que realmente lo siento. No le quería causar este disgusto a Soonkyu. 

—O sea que apenas se conocen.

—Sí, señora. Aun así, me atrevo a decir que es una de las mejores personas que he conocido en mi vida y como no, una artista completa.

—¿Una artista?

Cuestiona el mayor frunciendo el ceño al mismo tiempo. Asiento levemente, no porque no esté convencido de mis palabras, sino porque él en serio me asusta.

—De hecho, es otra de las razones por las que vine. Yo sé que no soy nadie para pedir esto, menos después de lo que hice, y tampoco trato de contradecir su palabra, pero he visto lo mucho que significa para Soonkyu el teatro y por supuesto, su habilidad arriba del escenario. Y claro, debido a que existen personas como yo, quizá ahora tengan una idea errónea de la verdadera importancia que tiene el teatro para los que dedican incluso su vida a ello, pero es mucho más que eso. 

Sí, Beomgyu, qué primera impresión para tus futuros suegros.

—Muchacho, ve al punto.

Conecto las palabras en mi cabeza para no sonar osado y hago lo que me pide.

—Quiero decir, ¿podrían por favor darle una oportunidad a Soonkyu? Es muy probable que ella haya esperado este día para demostrarles cuánto ama actuar y no pudo hacerlo, pero les aseguro que no se van a arrepentir.

—¿En serio crees que están en posición de pedirnos esto?

—Lo sé, señora, sé que soy la persona menos indicada ahora, y en serio haré lo que sea para que puedan disculparme, pero antes, ¿podrían hacerlo por ella? 

—¿Pretendes que mi hija pase de nuevo por lo mismo? Como dijiste, es por personas como tú, que yo no quería que mi hija se involucrara en eso... Y de todas formas, no creo que pueda volver a hacerlo. 

—Señor, mi última razón tiene que ver con lo que acaba de mencionar. Si ustedes están de acuerdo y Soonkyu, le van a dar una nueva oportunidad para que lo haga. Su profesora la conoce de toda la vida y me aseguró que le conseguiría un papel en una próxima obra que se realizará en una universidad. Tiene el mismo propósito, así que, ella podría beneficiarse de eso.

Ambos me observan como si fuera lo más raro que han visto en la tarde, haciéndome sentir pequeño pero un poco menos asustado que antes. Les debe parecer extraño que no me vea exactamente suplicando porque me perdonen sino por Soonkyu, pero era lo que menos podía hacer por ella después de arruinar algo en lo que tanto trabajó. Y si era aún más honesto, que me odiaran no me importaba tanto como que Soonkyu lo hiciera. Me gusta mucho como para que algo así ocurra, pero la idea de que tal vez abandone lo que ama hacer por mi causa, me pone el doble de mal.

—Debes ser lo suficientemente osado para haber venido.

Justo menciona la palabra que estaba evitando reflejar. Sólo que, quizá mi osadía si creció cuando la profesora Kim me tomó por sorpresa a la salida y me dijo lo que anteriormente le expliqué al señor. De otro modo, no hubiera tenido el coraje para verlos.

—Lo siento, señor. Yo... no quería hacerle daño a Soon, y si así lo prefieren, no volveré a hablarle o incluso acercarme. Lo único que les pido ahora es que por favor reconsideren darle un chance y me permitan ofrecerle disculpas, después... me alejaré.

—Beomgyu —levanto la mirada cuando el mayor dice mi nombre por primera vez en lo que va de mi testamento—. Supongo que querrás ver a Soonkyu entonces.

—Así es, señor—musito con intriga. ¿Será que puedo verla hoy?

—Está castigada. Y haría lo mismo contigo si fueras mi hijo, pero como no, encárgate de darme el número de tus padres para pedirles que te castiguen por irresponsable. Acepto y quiero creer que has sido sincero con respecto a tus disculpas, y no sé si pueda dejar que Soonkyu participe de nuevo; sin embargo, valoro tu persuasión y el que hayas dado la cara. Hablé con Soonkyu cuando llegamos aquí y lo haré de nuevo cuando te vayas. Eso es todo. Si quieres verla, tienes cinco minutos.

No me había dado cuenta, pero parece que en todo este tiempo el aire sólo se acumuló en mis pulmones y al fin pude expulsarlo con calma.

—Muchas gracias.

—Yo —añade la señora antes de que pueda levantarme—. Creo que mi esposo lo dijo todo, y también que la última decisión, esta vez con respecto a ustedes, es suya no nuestra y espero que la respetes.

—Lo haré, le agradezco.

¿Será que mi verdadero problema sea Soonkyu ahora mismo?

¿Será que mi verdadero problema sea Soonkyu ahora mismo?

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Bʀᴇᴀᴋ ᴀ Lᴇɢ • Cʜᴏɪ BᴇᴏᴍɢʏᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora