Bʀᴇᴀᴋ ᴀ Lᴇɢ • Cʜᴏɪ Bᴇᴏᴍɢʏᴜ

【Eᴘɪsᴏᴅᴇ ₁₃】

Maldita pelota. Todavía me duele la frente del golpe.

¡¿Por qué tuvo que rebotar?!

Hasta la mínima cosa me ha salido mal en estos últimos días.

No hemos hablado bien, no me ha llamado y tampoco nos hemos visto por los ensayos.

Para finalizar, mañana es la famosa presentación y después de eso, tal vez se vaya. Esa era la parte que yo no sabía, la peor y la que debo aceptar.

—Beomgyu. —Ojalá mi mamá pudiera devolverme a su vientre—. Te traje esto.

—¿Chocolate? —tomo entre mis manos la tableta que me extiende sonriente.

—Es lo mejor cuando estás deprimido.

—No estoy deprimido.

—Soy tu madre y te conozco. Es por Soonkyu, ¿verdad? —niego con mi cuerpo entero—. Es por ella. Algo me dice que terminará quedándose.

—No lo creo. Es lo que más quiere.

—Hazle caso a tu madre —suspira acariciando mi cabeza—. Todo pasa por algo, Gyu.

Una llamada interrumpe nuestra agradable conversación, y con la esperanza de que sea ella, sujeto el teléfono al instante. Pero no.

—Me voy —susurra mi madre dejando otro chocolate sobre la cama.

—¿Sorim?

—Hola, Beomgyu. No vayas a colgar, por favor.

—No lo haré —respondo con cansancio—. ¿Pasó algo?

—Sí, regresemos —frunzo el ceño, pero ella se ríe como si me hubiera visto.

¿Debería reírme también?

—Sorim, dime, ¿qué pasa?

—Es broma, aburrido, sólo quería avisarte que me voy.

—¿Vas a abandonar el colegio?

—No te ilusiones, sólo me voy de vacaciones.

—Qué graciosa —respondo con sarcasmo—. ¿Te vas lejos?

—¿Japón está lejos?

—No del todo.

—Bueno, voy allá. Necesito despejar mi mente... Te quería agradecer, por cierto, Beomgyu. Además de novio, eres el mejor amigo que he tenido.

—Te deseo suerte. —En realidad, no escuché la mitad de lo que dijo y lo último fue extraño.

—Gracias... —escucho otra risa—, adiós.

—Adiós... —cuelgo, pero no guardo el teléfono.

Y aunque sienta algo de tristeza porque Sorim se va... Bien, no voy a mentir, realmente me alegra que quiera respirar un aire distinto.

¿Por qué Soonkyu no me ha llamado?

—¡Beomgyu! —volteo en el pasillo luego de oír esa voz chillona—. ¿Ya te enteraste?

—¿De qué? —niego en dirección a Dain.

—Soonkyu nos llamó para avisarnos que fue la ganadora. 

—¿Los llamó? —Ella asiente con emoción, misma que se pierde cuando me quedo en silencio.

—Perdón, tal vez quería que fuera una sorpresa. Finge que no te dije nada —suplica juntando las manos y corriendo lejos del pasillo de igual forma.

Mi teléfono vibra a continuación, y al tenerlo entre mis manos, diviso un mensaje suyo.

[Kyu^^]
Beom, ¿podemos vernos? Estoy en el patio de atrás.
14:02 pm

Bufo guardándolo de regreso y camino hacia el jardín.

Tal cual un deja vu puedo verla sentada en aquella banca vistiendo ese bonito traje. Me acerco y me siento justo detrás, juntando mi espalda con la suya.

—Iré al grano —frunzo el ceño al escuchar que suena indiferente—. Esta situación es difícil para ti y para mí, y lo siento mucho, pero ya no quiero hacerte daño y tampoco quiero salir lastimada. Deberíamos... terminar definitivamente.

¿Terminar? Volteo bruscamente, encontrándome ahora con su inexpresivo rostro.

—¿Qué dijiste? ¿Estás jugando?

—No estoy jugando, Beomgyu.

Aprieto los labios. No quiero explotar toda la rabia que he estado guardando en estos días.

—¿Sabes algo? Me alegro por lo de tu beca, y espero que te vaya muy bien allá, pero hazme un favor, no vuelvas. —Tras decir aquello, empiezo a caminar.

—Hablas bonito, pero ¿esas eran las líneas? —grita haciendo que me detenga—. Ahora sí me decepcionaste, Choi. Pensé que recordarías cómo nos conocimos —giro, para verla con una gran sonrisa dirigirse hacia mí.

—¿Es una broma...? Vete al diablo —ruedo los ojos, volviendo a caminar.

—Vete tú —contesta en voz alta—. Porque yo me quedo.

Paro nuevamente, tratando de entender la ambigüedad de sus ocurrencias.

—Sí. Oíste bien, Beomgyu —oigo sus pasos cada vez más cerca y una vez que está frente a mí, sonríe nuevamente—. Me quedo.

—¿N-no aceptarás la beca?

—No —niega, abultando los labios—. Me dedicaré a esto, pero aquí. Ya no planeo viajar.

La sensación de un corto beso en mi mandíbula, y un abrazo bastante afectuoso llega a regocijar y a la vez acelerarme el corazón, confortándome plenamente.

¡¿Por qué el maldito Kai tenía razón?!

—¿El casting para ser tu Julieta sigue en pie?

—Tienes el papel. 

¡Viva el Beomkyu! 🎉