Capitulo 8

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-Sigo diciendo cada vez que vengo, lo muy cuidado que esta el departamento- dice la madre de Román y mira a su esposo- aunque es evidente por el grandioso gusto de Kenia.

Ya habíamos terminado de cenar, estaba sentada al lado de Román, coloque las galletas que prepare anteriormente, adoraba la mujer que es madre de mi amigo, es temible, agradable, cariñosa y casualmente rrepredia al chico a mi lado por no conseguir novia cuando estábamos en la universidad, y detestaba ser la mejor persona para actuar en ese papel de protagonista.

- Me alegra que le guste venir a visitarnos- le sonrio- aunque hablando de cuidado, desearía estar igual de cuidada como usted a mi 40- digo sabiendo que me correjira.

-¡Tengo 49!- dice ella antes de que todos nos reímos.

Lo sé, solo me gusta que sesenta joven, ella está muy conservada apesar de los años, si no la conociera diría que hasta tiene menos de 40. Román trae más sangría para todos y al sentarse a mi lado me besa el hombro, le sonrió lo menos fingido que puedo.

- y ¿Cuando seremos abuelos, Román?- dice su padre, yo me muerdo el labio para no soltar la carcajada atorada en mi garganta y mi "novio" sonroja hasta las orejas- Me gustaría conocer a mi nietos antes de morir, si se puede.

- Por favor papá, no llevamos demasiado tiempo.

- No sabía que tres años y medio de relación era poco- contesta su madre al mirar al padre de Román- tu papá tiene razón.

Y automáticamente lo tres se voltearon hacia mi, mientras yo disfrutaba de la galleta bañada en azúcar en polvo mire a Román esperando mi intervención, su padre me pedía opinar en la conversación y su madre me sonreía esperando que explicará el porque no tenía nietos. Román levanto una ceja como diciendo "Ayudame, di algo".

- Yo le digo lo mismo, un par de niños nos estaría bien- murmuró y los padres sentados frente a nosotros le fruncen el ceño a Román del disgusto- aunque a mis padres no les agradaría un nieto fuera del matrimonio.

En este momento amo la cara de incrédulo que tiene Román al pasar por otro reprocho de sus padres que por supuesto no se merece del todo.

-Deberías apresurarte a pedir su mano, porque no nos hacemos más jóvenes- dijo su padre a lo que su madre asintió.

Después de conversar un poco al terminar las galletas, se despidieron de nosotros antes de ir a su casa, dejándonos solos, otra vez.

-Voy a dormir, descansa.

Me fui a mi habitación, me cambie a una bata de seda suave antes de acostarme y desaparecí el brasier de mi cuerpo. La pierna recién baleada ardía un poco e incluso comenzó a molestar, me olvide de esa situación cuando recién me había acomodado en la cama y entro Román en mi cuarto, vestía un pantalón de pijama a cuadros y una sport blanca.

-Entonces ¿quieres que nos casemos para tener un par de niños?- dice al sentarse en la orilla de mi cama y encendió la luz de noche en mi buro.

-No, yo quiero casarme y tener un par de niños- corrijo al mirarlo a los ojos verdes que siempre me han atraído- no deberías incluirte en mis planes, comienza a pensar en ti.

Frunce los labios y mira mi lámpara de noche.

-Me gustaría planear lo mismo.

-Comienza a buscarte una novia real y escuchar a tus padres, tienen razón- le digo sorprendida por mi descubrimiento.

Me acomodo mejor en las sabanas que me cubren hasta el pecho, mi cuerpo tiene escalofríos cada cierto tiempo y eso me hace suspirar. Me acomodo el cabello hacia atrás para disimular esa acción.

-Creo que la conversación de hoy se acabó, espero que descanses- se levanta de mi cama al instante, antes de que se aleje logro tomarlo del brazo.

-¿Qué harás cuando conozca el indicado y no pueda seguir fingiendo?, ¿Qué les dirás a tus padres?- le suelto y dejo caer el brazo que lo retenía.

-Diré la verdad, supongo- me mira al instante a los ojos y después recorre mis sabanas con tinta roja casualmente de mi sangre- dime por favor que es tu periodo.

Sigo su mirada, no es un mar de sangre pero sin duda alguna, eso no viene del lugar que supone Román. Niego con la cabeza sintiendo el sudor frio en mi espalda.

-¿Te podrás vestir?, ¿te ayudo?

-No, así estoy bien- contesto pero él no me escucha.

Pasa por encima de mí una chamarra negra que me provoca más dolor en el brazo derecho y coloca pantuflas de mi clóset en mis pies antes de ir corriendo a buscar sabrá dios que mientras yo me levanto y cada paso es una punzada en la planta del pie izquierdo. Me ayuda a llegar al pasillo frente al elevador mientras el cierra el departamento, cuando llegamos a recepción no logro sostenerme del todo a mí misma desde el agarre de Román en mi cintura y caigo al afelpado tapete del lugar. Divise al chico que se a cerco a nosotros para ayudarme a levantarme, era el chico del clima, mi poca vergüenza almacenada incremento cuando me levanto en brazos tratando de cubrirme las piernas con la chamarra.

-Le ayudo- dijo Jude a Román antes de acomodarme mejor en sus brazos así abrazada a su cuello- Soy Jude, guíeme a su coche.

Y eso hizo, incluso me acomodo en el asiento del auto de Román, abrocho mi cinturón sin tocar mi hombro morado y con sangre coagulada antes de cerrar la puerta.

-¿Quiere que los acompañe?-dijo el chico del clima.

-Gracias, pero no quiero aprovecharme de ti- respondió Román antes de entrar en el asiento del piloto y arrancar el coche al cerrar la puerta.

Le di un "gracias" al chico por la ventana que apenas yo logre escuchar y dudo que él lo escuchara, asintió son una leve sonrisa en mi dirección, después el coche se dirigió al hospital donde hace unos días había egresado.

-¿Lo conoces?

Yo asentí aferrada al cinturón de seguridad.

-¿Están saliendo?, ¿qué no es el del clima de esta mañana?- pregunto y me miro de reojo al parar en un semáforo rojo- ¿él es el indicado para tus hijos?.

Volteo los ojos para Román esperando que entienda mi respuesta a su intento de mantenerme despierta.

-Bueno, me contestaras cuando estés mejor.

Asentí y en el transcurso del camino nos mantuvimos callados, de vez en cuando me mueve la rodilla para no dejarme dormir, y funciona hasta que involuntariamente cierro los ojos, pesan demasiado para abrirlos de nuevo, y tampoco me obligo a hacerlo.

Lover'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora