Al despertarme sentí pesada la pierna en recuperación, me costo mucho pararme de la cama o más bien, sostenerme de pie. En la cocina tome un poco de agua y regrese a mi cuarto para ir al baño, volví a acostarme en la cama ya con la vejiga vacía y los dientes cepillados.
-¿Estás bien?
Pregunto Román sentado cerca de mis rodillas, no me había percatado de su existencia en mi habitación siquiera.
-Claro, ¿Por qué?
-Quiero hacerte un reunión por tu recuperación, o por que sigas viva, conmigo-dice tratando de no reírse - hoy en la tarde ¿te parece?
-Bien, siempre y cuando me dejes dormir un poco más.
Me acerque a besarlo como siempre y casi por impacto me volví a recostar, el seguía con la mirada perdida mientras yo trataba de calmar mi dolor.
-Bueno, hasta luego- dijo antes de salir de mi habitación.
Parece enfermizo besar a tu amigo por el que estas enamorada, en mi defensa es un fetiche de una película que disfruta repetir Román, donde mencionan que una buena amistad puede besarse, no con intensiones de deseo, si no de amor por el prójimo, simbolizando la confianza y respeto entre los dos, a lo que no me niego. Al poco tiempo me invita a desayunar mi compañero de departamento pero lo rechazo, la incomodidad del brazo es inmensa y tengo ganas de vomitar, aun que me distraigo con la ropa que puedo ponerme en la tarde, pero fracaso al quedarme dormida sin batallar tanto. Cuando despierto nuevamente escucho personas en movimiento en la sala, del otro lado de mi puerta. Meto a bañarme al instante, me aseo totalmente antes de ponerme un bluson blanco que deja a la vista mis hombros, un short rasgado negro, exhibe perfectamente mis glúteos y coloco sandalias blancas con correas que alcanzan las pantorrillas. No acostumbro a usar demasiado maquillaje pero esta vez me aproveche de el, perfume y esponjar un poco el cabello son los toques finales antes de salir del cuarto. Siento como si fuera una película donde entras por una puerta simple sales al lugar completamente distinto, por que las personas a mi alrededor son conocidos pero tal vez mi suelo se mueve demasiado y no la identifico bien. Cuando llego a la cocina me tomo mi medicamento para el dolor, después de un momento de tomar un mililitro de vodka apenas siento lo ardiente que esta mi garganta, me distraigo con la música que no es apropiada de bailar pero disfruto de hacerlo. Tiene un cierto tiempo que no localizo a mi compañero de departamento.
-¿Alguien a visto a Román?- le pregunto a las personas con las que estoy y todos niegan.
Cuando logra desaparecer mi intención de buscarlo, me mantengo en una ronda de tequila, no participo, pero es divertido ver cuando quieren vomitar o sus caras al sentir el sabor amargo en sus bocas. Comienzo a sentir como se me eriza la piel, como escalofríos, es refrescante pero me molesta, los ignoro por un rato mientras bailo canciones grupales, es cuando veo a Román en la barra de la cocina, habla con una chica rubia cuando cruzamos miradas, mi cerebro dejo de pedirme permiso a hacer cualquier acción, así que le guiñe el ojo como coqueteando y aprobando su platica, él se ríe de mi estupidez de reacción. Mis cálculos me indican que quedan como 20 personas en el departamento a las 12:30 de la noche, no los culpo, las conversaciones en la sala se vuelven emocionantes conforme la gente se va, cuando la ultima pareja sigue allí me hablan sobre la niñera que tuvieron que dejar en casa para cuidar a sus hijas, por unos segundos me causa envidia.
A las 2:00 de la madrugada ya no hay más personas que Román y yo, ayudo a guardar todo en el departamento, gracias a dios no veo vomito que limpiar, mi compañero me dice que me vaya a la cama y que él terminaría de limpiar.Camino hacia su dirección, le sonrió como una borracha, y así me siento aun que no tome casi nada y quiero pensar que el medicamento me mantiene así. Paso mi uña con barniz gris en su pecho descubierto por la camisa desabotonada que lleva puesta.
-¿Quieres que espere?-murmuro risueña- por que ya no queda nadie en casa.
Él se reí de mi comentario y toma mi cara con ambas manos.
-Estas perdida- dice y me sonríe- mañana me burlare de esto, por ahora ve a dormir.
Se acerca a darme un beso y yo me abrazo a él, manteniendo mi boca más tiempo de lo que estamos acostumbrados sin profundizar, cuando me despego me sostiene la mirada.
-Descansa Lover.
Me encierro en mi cuarto, me quito el brasier a tientas, me duele demasiado pasar el tirante por mi brazo derecho, como si acabara de vacunarme hace algunos segundos y me acomodo en la cama, unos minutos después de creer que ya estaba dormida siento incomodidad en los pies y noto que todavía cargo las sandalias con correas.
En la mañana la luz entra por mi ventana, interrumpiendo mi sueño perfecto con un chico de cabello rizado negro con ojos de color café claro, y labios deseables. Falló al abrir los ojos y toparme con un chico de cabello ondulado y ojos verde intenso observándome mientras sostiene una taza blanca, se sienta a mi lado y me entrega la taza.
-Es un té para que te sientas mejor- me dice, le doy las gracias y se relame los labios antes de seguir hablando- ¿Recuerdas todo lo de ayer?
-Si te refieres a mi mano en el pantalón de tu ex-amiga de imprenta, entonces si me acuerdo- le sonrió al recordarlo.
-¿Qué?, me refería a tu beso de hace unas horas técnicamente- ríe y chasque la lengua en forma de burla- estabas pasada.
Me encoji de hombros explicándole que besarnos era normal, que no veía cual era el problema mientras tomaba una gran cantidad de mi té.
-Para nada fue normal, me tomaste de otra forma-dice con esa cara que muchas veces me hace reír pero ahora me incomoda.
-Perdona si te moleste, no volverá a pasar- digo nerviosa y trate de sonreír- ¿estamos bien?
Me miro con un mojin en su boca, estoy acostumbrada a reconocer sus expresiones pero sus ojos eran distintos desde hace un tiempo y yo no lograba saber el porque.
-Claro, voy a salir a comprar la despensa, se me paso que me tocaba a mi- comenta haciéndose el cabello para atrás al levantarse de mi cama- ¿quieres venir
Yo niego con la cabeza, me dolía la garganta y parte de mi "vacuna", solo me dispuse a ver la televisión un rato, él ya se había ido, estaba aburrida. Quise acomodar mi cuarto, acabe descansando cada 5 minutos, tome mi medicamento a la hora que debía, revise mis mensajes encontrando recados de Elías y Loren, no quería contestarles y tampoco me importaba si perdía conexión con ellos. Me metí a bañar, una blusa de tirantes y pantalón de pijama eran mi atuendo de hoy, cualquiera diría que parecía desaliñada pero no me preocupaba si alguien entraba por esa puerta y me viera así, esta en ese punto emocional donde no importa la ropa, las curvas, los rasgos, las cualidades, nada importaba y era maravillosos.
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Feliz cuarentena personas lectoras :)
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Lover's
Novela JuvenilEres el tipo de persona que se clasificó como amigo en mi vida, quiero decir que te pienso desde hace un tiempo diferente, pero te e pensado así siempre, desde ese día que decidiste abrazarme en el campus después de tus estúpidas preguntas. Eres mi...