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En la tarde Hongjoong, como había supuesto, tuvo que acompañar a MinGi a la universidad. Si bien Kim no era una persona tonta, no podía decir que le gustase estudiar; ninguna asignatura le apasionaba demasiado, y cuando pensaba en pasar años de su vida estudiando algo que no le emocionaba, además de pasarse toda su vida trabajando infelizmente, simplemente no le parecía una idea muy atractiva.

Al llegar al lugar, aunque Hongjoong no quería admitirlo, estaba algo emocionado; quería ver cómo era la vida de un universitario común. A veces se arrepentía de no haber estudiado en la universidad, aún no había ninguna carrera que lo animara, pero sentía que podría haber sido una buena experiencia.

—¿Estudiaste en la Universidad? —le preguntó MinGi.

—No. —le respondió mientras caminaban hacia un gran edificio. A cada paso alguien se acercaba a saludar a Song, para ser alguien que no asistía tiempo completo era bastante popular.

—¿Entonces cómo terminaste siendo un guardaespaldas? —inquirió mientras subían las escaleras hacia la segunda planta del edificio.

—Cuando entré en el...

—¡MinGi! —una agitada voz lo interrumpió. Un chico rubio venía corriendo desde el fondo del pasillo hacia el cual recién habían empezado a caminar.

El edificio tenía una construcción particular. El primer piso era normal, algunos pasillos y aulas u oficinas y una escalera hacia el segundo. De ahí, todo era bastante... creativo. No había más escaleras, sino eran los mismos pasillos que conectaban a las plantas superiores. Los pasillos se inclinaban en pequeñas diagonales en zigzag.

—Hey, hace un tiempo no nos vemos. —saludó MinGi de vuelta con una sonrisa algo extraña, extendiendo los labios sin mostrar los dientes, a pesar eso, sus ojos se mantuvieron serios. Detalles que Hoongjoong no notó ya que estaba estudiando a la nueva persona.

—¿Cuándo pensabas volver? El laboratorio es un desastre sin ti, el profesor esta tan estresado que parece que en cualquier momento va a explotar... ¿y adivina a quién le van a caer todas las entrañas sangrientas encima?

—¿A ti?

—¡A mí! —gritó el muchacho y MinGi lanzo una carcajada. Si Hoongjoong pudiera alzar una ceja, lo hubiera hecho, una lástima que carecía de esa habilidad. Por un momento el chico rubio cruzo miradas con Kim, quien estaba al lado de su amigo, el hombro del más bajo con el brazo del más alto tocándose por la cercanía. —¿Quién es este?

Con la última frase, Hongjoong casi podía asegurar que el extraño era bipolar o algo, su actitud cambando rápidamente, todo indicio de emoción que tenía al hablar con MinGi convirtiéndose en una capa de hielo en su voz, acompañada de una mirada penetrante y un rostro completamente serio. Incluso su postura cambió de estar animado y relajado a estar completamente recto, una postura cerrada.

—Este es Kim Hongjoong, mi guardaespaldas personal.

—¿Tu papá no puede ser menos invasivo? Es un maldito...

—Tú sabes, está obsesionado con descubrir si soy gay. —habló MinGi y la expresión del chico se deformó, como si no entendiera nada, un segundo después volvió a su semblante natural, como si por fin hubiera procesado las palabras.

—Ah, es cierto, pero igual creo que es demasiado...—fue interrumpido por el sonido del móvil de Hongjoong

—Sí, este es el teléfono de Kim Hongjoong, dígame. —Se escuchó un murmullo al otro lado. —¡Ah, San! Perdona, no te había agendado en los contactos. Sí, sí, lo haré ahora. ¿Por qué llamas? —La otra persona se explicó un momento. —Sí, seguro, no necesitabas llamar, lo instalaré para ti en cuanto regrese. Entonces nos vemos, adiós.

 ⋇𝙀𝙭𝙞𝙢𝙪𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora