Cap 6. ¿Fastidiado... Jonatan?

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-Sanae...

La inesperada aparición de aquel joven... Tomo por sorpresa a ambos protagonistas lo cual hicieron que se separaran inmediatamente.

-¡A-Ah! ¡Jonatan! N-No es lo que parece...!- sacudió sus mano sin saber que hacer ante está situación ¿Su secreto con aquel futbolista por fin sería revelado?
Sanae estaba tan sentrada en saber que hacer que no se percató de que el joven Ozora se encontraba frente a ella dándole la espalda.

- ¿Que es lo que quieres ahora Jonatan?- Habló Tsubasa, estaba un poco cansado que el día de hoy y el resto de los días los estaban interrumpiendo o cualquier de otra manera separandolos ¿Enserio no podrían tener su día la cual podrían pasarla como una pareja?

- ¿Acaso me perdí de algo? O será que no me e enterado del chisme...- cruzo su brazos en señal de respuesta.- Y valla sorpresa que me llevo al esperar ahora nombrada "tú novia" Tsubasa.

-¿Te molesta el hecho de que ella lo sea?

-mh, digamos que no. Pero me da el golpe del recuerdo, tu mismo me habías dicho que solo te importaba el fútbol y no habia más que otra cosa a parte de tus estudios. Eres un mentiroso Ozora, ¿Tanto crees que me robaría a tu novia? ¿Solo por eso no me querías decir nada respecto sobre ella?- río ante lo dicho.- no te preocupes, solo estamos avanzando como amigos... ¿Que otra cosa mala podría pasar? ¿Acaso eres un celoso y te molesta de que Sanae pase mucho más tiempo conmigo que contigo?

-¡Ah!- eso fue lo único que expulsó Sanae ante las palabras de Jonatan, no sabía que tenía tanta saliva para resfregar eso frente al futbolista, pero no se iba a quedar callada.- ya, paren chicos...- iba a avanzar un paso hacia delante cuando un movimiento en brazos se interpuesto en el andar de esta.-

- Mira, no quiero discutir sobre esto. No me interesa en lo absoluto lo que digas de mi o lo que te dije, Sanae decide con quién estar, yo no tengo por qué interponerme o ¿Acaso me interpuse en algún momento en su conversación?

- bueno... Paso cuando le iba a dar ese ramo encantador de flores.- su sonrisa divina no se iba de su rostro.

- ¿Acaso no te dabas cuenta de que la estabas avergonzando?- frunció su ceño ante las palabras de Jonatan, ensima de divo no se da cuenta de lo que sienten los demás respecto ante "situaciones".

- oye, yo ya me disculpé..

- perfecto, me parece bien- y sin más el celular del futbolista comenzo a vibrar. Era una llamada la cual no era un momento bien indicado como para interrumpir una charla.- *suspira* por favor, solo no quiero discutir respecto a estos temas.- y sin más dió un paso al frente.- lo único que pido es que no la avergüences frente a los demás. Los últimos rumores no han bajado por mucho que digamos.- dió media vuelta.- ¿Nos vamos Sanae?

-... ¡Eh! Si- corrió hasta el.- nos vemos Jonatan- y así prosiguieron con su caminata. - "¿Si?" Se escuchó la voz de Tsubasa quien atendió el teléfono mientras se alejaba junto a Sanae.

- tch, imbécil.- bufoneo este por último ante el retiro de ambos.

Después de aquella e incómoda charla, caminaban dirijendose a la casa de la joven Nakazawa, el camino hubo un silencio igual que incómodo pero a la vez, era reconfortante. Sanae miraba de un lado para otro buscando tema de conversación o algo con que entretenerse, en cambio que Tsubasa miraba al suelo con una mirada un tanto deprimente.
No obstante no iba a mentir pero la joven tenía hambre, hasta que vio una cafetería cerca suyo, así que... ¿Por qué no comer algo? Por lo menos trataría de animar el ánimo de Tsubasa.

- Oye Tsubasa...

- Lo siento, no quería que pasaras un mal momento.- se disculpo inesperadamente con una mirada poco animada.

- no, está bien... Agradezco que me hayas defendido, incluso a ti, te defendiste. Nunca pensé que Jonatan podría decir eso... Pero ya acabo, supongo que con esas palabras que le dijiste le dejara entendido a no molestarnos siempre.- y sin más rodeo sus brazos alrededor de este formando un abrazo.- incluso si llega a decir nuestro secreto respecto a nuestra relación no me importaría, si la gente sabe o no sabe yo estaré siempre a tu lado Tsubasa...

- ... Sanae...- es lo único que pudo decir, esas palabras realmente lo reconfortaban. En cambio la contraria río.

- si tan solo fuera más alta, te estaría abrazando con fuerza desde tus hombros, jeje.

- entonces... que así sea.- se agachó un poco ante la estatura de esta, quien ahora se encontraba abrazándolo de los hombros.- gracias por siempre levantarme los ánimos Sanae, realmente lo aprecio demasiado...

- gracias por siempre levantarme los ánimos Sanae, realmente lo aprecio demasiado

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[Dibujito hecho por mi uvu]

- no tienes por que agradecerme grandulon..- y sin más ambos rieron.- ven, vayamos a la cafetería de allí.

- Pero...

- Luego iremos a mi casa, por que en verdad quisiera comer algo!

- está bien, andando.

Ambos se tomaron de las manos, ahora cambiando su rumbo dirijendose a aquella cafetería.


-¡Agh! ¡Ese idiota se salió con la suya!- hablo a través de la línea telefónica.

-¿Y que quiere que yo haga? No esperes a que yo lo haga por ti ¡Resuelvelo!- *Pii...* La llamada finalizó.

Luego de unos cuantos minutos de espera sus licuados ya estaban puestos en la mesa. Charlaron, recordaron momentos, incluso recordando aquella vez que se conocieron por primera vez... Pasándose chistes. Cosas como esas hicieron lo entretenido en esa cafetería.
Una vez que llenaron sus estómagos y el corazón brincaba de alegría se dirijieron ahora sí a la casa de Sanae. No sin antes de haber pagado, claro.

-Te agradezco mucho que me hayas acompañado hasta mi casa Tsubasa.

- no hay de que, vendré por ti mañana de nuevo para ir juntos a la escuela ¿Te parece?

-claro!

-Pero trata de no despertaré tarde de nuevo. Nos vemos Sany- y sin más depósito un pequeño beso como despedida, para así marcharse.

Hecho eso, la joven ingreso a su casa, diciendo la misma frase que siempre decía la llegar "ya llegué". No encontraba a su madre por la sala ni en la cocina ¿Será que tendrá horas extra en el trabajo? Sus pasos eran dirijidos hacia las habitaciones. No le dió tanta vuelta al asunto, no podía esperar a hacer sus deberes y irse de una vez a la cómoda y hermosa cama. Después de todo... Cada día de trabajo merece su descanso.

Siempre estaré junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora