capítulo 2 : Pastores extraños

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_______23 de agosto de 2012 :_____________________NARRA DI :____________

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_______23 de agosto de 2012 :________
_____________NARRA DI :____________

Suspire aburrida mientras intentaba no equivocarme al pisar las rayas.
el pequeño banco que llevó entre mis cortos brazos molesta mi visión.

Las monjas le habían pedido al abuelo si podía arreglar el banco de su pastor, ya que a este se le había roto una pata.

Al ser jueves me encontraba en su taller y aprovechó a encomendarme llevarlo. De paso socializaba un poco, según él. Según yo, estoy muy bien con él, Ibón y mi sombra (bueno, con esta última tenía mis días).

Así que aca estoy, a sólo media cuadra de la iglesia de un blanco inmaculado, el edificio más bonito del pueblo.

Al entrar no hay nadie como de costumbre, fui al patio pero no hallé a ninguna hermana.

Frunci el ceño hastiada, estoy cansada, hace días que no duermo bien.

Decidí (como nunca) ir hasta la oficina del pastor, Matías.

Al llegar la puerta se abrió de golpe y por ella salió un señor de apariencia adulta, canas y la cara surcada de arrugas.

- parece una pasita - pensé.

detrás de él estaba Matías, el pastor.

-llegará en 3 días ¿Crees poder con esto? -preguntó el desconocido, ajeno a mi presencia.

Matías : por supuesto, te di mi palabra, hare todo lo posible- le respondió.

En serio su conversación parece interesante pero yo me quiero ir.

Carraspee - Buenos días señores, disculpen la molestia pero le traigo el banco que mando a reparar hace unos días, señor Matías - dije con toda la educación que pude reunir en ese instante.

Matías : buenos días Di, mejor dicho, tardes - hice una mueca ante esto, que pareció tomar como sonrisa - gracias por traerlo, que dios te bendiga.

Apenas tomo el banco me ignoró por completo

-todo un ángel-murmuré.

Mientras, el dejó el banco a un costado y empezó a guiar a su acompañante a donde se supone, esta el patio.

Viendo que no tenía nada más que hacer, me di la vuelta y me fui como alma que lleva al diablo.

Jamás me gustaron estos lugares y no sé por que.

Fui directo a casa, el abuelo dijo que entregaría un pedido y nos encontrariamos ahí.

En el transcurso sentí que me observaban, hace días pasaba pero lo atribuí a mi falta de sueño. Puede ser eso o sólo un zorro, son muy comunes.

A una cuadra de casa incremente el paso, ya casi comenzaba a oscurecer y no era buena idea estar sola de noche si eso pasaba, no era un lugar "peligroso",pero, tenía su gente.

Al pasar el umbral me recibió el olor de las tostadas recién hechas con café.

sonreí - el abuelo está en casa.

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