capítulo 4 : Albino

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En el no tan pequeño, pero si humedo pueblo Bontel

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En el no tan pequeño, pero si humedo pueblo Bontel. Perdido en el sur Argentino había una escuela/internado en el que estaba dandose lugar el hecho más interesante en años.

En medio de una ronda de adolescentes hormonales y chismosos se golpeaban de forma bruta dos jovenes.

Todos reconocen al primero, Tomás, un rubio morrudo de actitud pedante, el hijo del intendente.
El segundo chico era un misterio, cabello blanco hasta la cintura, más delgado en comparación, pero sorprendentemente, era el que menos golpes recibía.

Mientras estos se golpeaban (uno más consciente que el otro, de toda la atención que recibían de los adolescentes), los adolescentes bonteles se encontraban empecinados en ver sangre y ser los primeros en subir la pelea de la semana a Instagram.

En medio de todo eso, había una chica pálida viendo la escena como si viese al mismísimo fantasma de la opera.

_____________NARRA DI :_____________

- Nononono - pensé, viendo a ese chico golpear salvajemente al idiota de Tomas Incher.

Sentía que el mundo pasaba en cámara rápida mientras yo estaba en cámara lenta.

Mire de forma ausente como en un momento llegaron tres hermanas junto al pastor Matías, a separarlos.
Thomas se veía mas grotesco que de costumbre, si era posible, tenia un corte en la ceja y la nariz le sangraba a montones.

Mire de forma instintiva al otro gran candidato a  lucha libre,pero,entonces el peliblanco giró y me atrapó mirándolo.

No se si fue la sangre o fue su mirada. Sólo sé que entonces, vomité.

_______20 MINUTOS DESPUÉS :______
_____OFICINA DEL DIRECTOR._____

-¿Se puede saber, por todos los santos, EN QUE ESTABAS PENSANDO?- le gritó el pastor Matías al joven despatarrado en el sillón.

- No puedes culparme, él empezó - se quejó.

odiaba que lo retaran.

El pastor de unos 50 años inspiró contando mentalmente hasta 10 - dime que sucedió, Argus.

El chico hizo una mueca - Estaba buscando el camino a la oficina de orientación cuando accidentalmente choque con el, me disculpe e intente seguir, pero empezó a burlarse de mi cabello, entonces lo golpee- soltó, esperando librarse del castigo.

Su cabello era un tema sensible.

-creo que fui claro al decir que no quería problemas, además de que no debes, estas a meses de cumplir 18, sabes lo que eso significa, Deja de ser tan imprudente. Comportate como adulto de una buena vez. -dijo exhasperado.

El peliblanco fruncio el ceño- si quieres que actue como hombre deja de retarme como a un niño.

El hombre, que estuvo pasando las manos por su cabeza de forma compulsiva mientras caminaba por la habitación, giró mirándolo incrédulo.
- dejare de retarte como a un niño, cuando dejes de actuar como uno. Conoces bien la situación, te la dejaré pasar, la próxima tendras un castigo y si te atreves a que haya una tercera, te irás. -finalizó.

El chico asintió, aliviado y preocupado. No podía permitir que lo trasladarán otra vez.

_____________NARRA DI :_____________

Él abuelo acarició mí espalda a la vez que me entregaba una taza de té.

Luego de mí "incidente", dos de las hermanas me llevaron a la enfermería, mientras la otra llamaba
al abuelo.

Ahora me encontraba en casa, con la humillación grabada en mi piel. Bueno, no sólo en la piel, también en todas las cámaras que estuvieron presentes durante la pelea.

-cómo te sientes? - preguntó preocupado.

- me siento mejor, gracias ata- le sonreí.

Vi que intento hacer lo mismo, pero no funcionó, podía ver en sus ojos mieles que algo le preocupaba.

- ¿Sabes qué podemos hacer? - me dice intentando animar el ambiente.

-¿Qué? - le digo, siguiendole el juego.

Se levantó , yendo hasta un mueble semi escondido al costado de la tele y giró a ver mi reacción.
En la pantalla del televisor apareció el dvd de Mulán, mi película favorita.

No pude evitar soltar una carcajda.
Era nuestra tradición ver peliculas animadas en las tardes.
Aunque sea mediodía, es una excepción.

Minutos después se sumó Ibón, que vino a ver como me encontraba.
Así pasamos el día, viendo películas, olvidandonos de todo por un rato.

Incluso de ese chico de ojos grises.

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