Moaccup Headcannons 🌺🐉

¿Quién eres?

Hace varios días que sigue llegando a los límites de nuestras tierras, pero nunca se atreve a seguir de frente. Esa joven de extraña piel morena y largo cabello oscuro que navega en ese pequeño bote siempre está en el agua mirando hacia nuestros mares con anhelo y curiosidad, como si quisiera saber que hay más allá del punto en el que para su viaje.

La verdad es que a mí también me tiene curioso. No hay un día en el que ella no llegue al punto del océano en el que el frío se convierte en calor, probablemente es por eso que nunca va más allá. Chimuelo y yo hemos estado observandola desde los cielos, lo sé suena mal, pero hay algo en ella que me llama la atención, no sé lo que es, pero siento que es muy importante.

En fin, no debería pensar en ello por ahora, pues no es momento para eso. En este instante estoy en mis obligaciones como jefe de Berk, y no necesito distracciones. Tengo que revisar escritos, hablar con el consejo, ayudar a los demás con asuntos urgentes, cuidar de los dragones y mantener el orden en prácticamente todo, valla, ahora entiendo a mi padre cuando decía que no tenía tiempo de cuidarme. Muy bien, basta de distracciones por hoy.

Sin embargo, no puedo, no logro sacarme a esa chica de la cabeza. No puedo evitarlo, me parece tan misteriosa, solo ella ha venido desde hace un mes y no se si hay más gente como ella del otro lado del océano. Y sí lo admito, es linda, muy linda a decir verdad, pero no tengo porque seguir pensando en ello, ni siquiera nos conocemos, es más, ella ni siquiera me conoce a mi.

Ahg, me estoy volviendo loco.

- Hiccup, te estoy hablando- dijo Astrid agitando su mano frente a mi. Espera, ¿cuando fue que se hizo de noche? ¿acaso estuve pensando en esa chica todo el día? No puede ser, ¿Qué pasa conmigo?. Preferí mejor ponerle atención a Astrid.

- Ah, si lo siento Astrid, ¿Que pasa?- pregunté no muy interesado, - Estaba diciendo que ya deberíamos irnos a casa, ya terminaste por hoy, y se está asiendo tarde. Además oscureció antes debido a la tormenta, deberíamos volver antes de que empeore- dijo ya más tranquila.

Tiene razón, ya tuve mucho que hacer por un día, estoy cansado y además debido a la tormenta sería peligroso estar fuera. Ambos nos levantamos de la mesa, le dije a Chimuelo que era hora de irnos y los tres nos dirigimos a la salida.

Estaba a punto de irme cuando de repente escuché un trueno. Volteé a ver el océano, las olas eran enormes, el viento rugía con fuerza y los rayos eran tan visibles que uno pensaría que el mar y el cielo peleaban entre sí. Con estas condiciones, no sería seguro navegar en mar abierto.

Esperen... Navegar en mar abierto... Eso quiere decir... Oh no.

¡La chica del Bote!

De inmediato salí corriendo a mi casa, no escuché lo que Astrid me dijo, pero no importó. Al llegar, mi madre se extrañó de mi comportamiento pero no tuve tiempo de explicar. Tomé mi brújula, mi navaja, mi casco y una manta. Le dije a Chimuelo que debíamos salir ahora y así como entré, así salimos a buscar a la joven.

Las nubes eran negras, rayos y truenos aparecían de la nada, la lluvia era muy densa, pero aún así no nos detuvimos hasta llegar al lugar donde ella siempre está. Y hoy no fue la excepción.

Su bote estaba fuera de control, lo que supongo eran provisiones estaban flotando en el agua lejos de ella, y la chica estaba totalmente asustada. El viento había arrancado la vela, la madera se estaba quebrando y las sojas se soltaron por completo. Debo ayudarla ya.

Cuando Chimuelo y yo estábamos a punto de llegar al bote, una enorme ola fue suficiente para terminar de hundir el velero, y a la chica con él.

-¡No!- no supe que fue lo que me pasó, pero sin pensarlo, me solté de mi dragón, y salté al agua. Por suerte Chimuelo ya sabe volar solo, no tendré que preocuparme por eso. Me acerque al velero con rapidez, ahí la ví, había perdido el conocimiento pero estaba bien. Noté que su pierna estaba atrapada por una soga, así que la liberé y ambos subimos a la superficie.