El grupo de cazadores se encontraba en aquella fría sala de espera del hospital; todos se mantenían atentos a los movimientos de los médicos y enfermeros que rondaban el lugar aunque, en verdad, cada uno parecía más concentrado en sus propios asuntos que en cualquier otra cosa.
Por un lado estaba Dean que, sumergido en sus pensamientos, caminaba de un lado a otro por el largo del enorme pasillo y se detenía a ratos sólo para mirar a través de la ventanilla hacia la habitación, esperando cualquier noticia. Sam, por su parte y, quizá, por décima vez, estaba en la recepción hablando con la mujer encargada ahí, pidiendo detalles e información de lo que estuviese pasando, pero nada, no tenían respuestas aún. Y Castiel, quién se encontraba sentado en las sillas fuera de la habitación, en silencio, casi inmóvil, detrás de esa serenidad y tranquilidad que solo él lograba expresar en un momento como ese, era un manojo de nervios y desesperación en el interior por no tener ninguna novedad del estado de Jack. Se sentía morir.
— ¿Algo? — el silencio se rompió cuando el mayor de los hermanos habló en dirección al castaño quien venía de regreso donde ellos; el contrario sólo negó con su cabeza, no había mucho qué decir.— Maldición.
— Aún nada.— pasó a su lado, pero no se detuvo, es más, Dean retomó su andar por el pasillo, ya muy cansado. Sam tomó asiento a un lado del ángel, pero no se molestó en mirarlo al instante.— Debemos seguir esperando, al menos hasta que venga el médico que está analizando los exámenes que le hicieron a Jack. — se explicó, reacomodándose en la silla.
El ángel pareció salir de sus pensamientos con esto último y se removió, algo incómodo, pero intentó no demostrarlo, al menos no tanto. Castiel ya tenía suficiente con todo lo que estaba pasando, sobre todo por los constantes reclamos que Sam y Dean le habían hecho desde que habían terminado esa cacería que, por desgracia, había terminado sumamente mal para el más joven de ellos y ya no quería más. Sólo quería que eso terminara pronto para regresar al búnker.
El silencio volvió a reinar en el pasillo donde solo estaban ellos tres, únicamente se oían los molestos e irritantes sonidos que causaban las botas del cazador al caminar cuando iba hacia a un lado y regresaba al otro, cosa que provocaba una enorme desesperación en el más alto que, por más que lo intentaba, no podía traer la calma a su cuerpo.
Los minutos se convirtieron rápidamente en una hora y, aún así, no lograban tener una respuesta clara de qué era lo que le estaba pasando al menor de ellos, aunque, ¿qué podría ser en realidad? ¿Una enfermedad terminal? Lo descartaban de inmediato, pues el chico seguía siendo mitad ángel y, bueno, tampoco es como que sus poderes estuvieran real y totalmente debilitados, confiaban en eso. ¿A lo mejor era una gripe o algo parecido? Era bastante absurdo siquiera pensarlo, una locura, porque la criatura con la que estaban peleando horas antes dañaba de otras maneras mucho más horribles y no con un simple resfrío, pero Castiel había insistido en llevarlo a un hospital sólo para asegurarse de que todo estaba bien, después de todo, era el más consciente de que la fuerza del nephillim ya no era la misma de antes.
De todas maneras, ninguno quería buscar una explicación razonable o lógica mientras estaban molestos y cansados, ya habría momento para hablarlo con calma; por ahora, solamente querían asegurarse de que Jack estaba bien, sano y salvo, y que pronto podrían volver a casa sin tener que preocuparse de algo más trágico.
Luego de un rato más en donde sólo se miraban por casualidad o se dirigían la palabra para expresar su molestia y cansancio luego de un día tan largo como ese, el médico salió y habló con Sam sobre el estado de Jack. El menor no presentaba ningún tipo de anomalía más allá de defensas bajas, cansancio y dolor muscular, había adquirido una pequeña herida en la frente que sólo había necesitado una curación mínima y ya estaba dado de alta, listo para irse a casa. El más alto decidió -por el bien de todos-, ser quién se encargaría de firmar los papeles del hospital mientras que Dean y Castiel se encargaban de Jack, el cual, ya estaba sentado en la orilla de la camilla dentro de la habitación, ansioso por salir de ahí.
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10 canciones para Castiel. - Destiel
FanfictionDean regala un mixtape con 10 canciones a Castiel. Cada canción describe un momento y sentimiento que los relaciona a los dos.