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sonaba mi nariz con un pañuelo mientras rubén encendía la tele, buscando el canal de las noticias matutinas para escuchar al presidente que fingía tener las cosas bajo control, pero no era así.
ya me había recuperado un poco del resfriado, y agradecí que rubius tuviese las defensas altísimas, haciendo que no se contagiara y vivamos un ambiente de paz en toda la casa.
—quiero ver una película.
negué con mi cabeza mientras me sentaba en el sofá, me dolían las piernas por estar de pie, y eso que estuve tan sólo unos minutos. —no, al menos veamos lo que va a hablar, es importante.
miré la pantalla nervioso, intentando analizar sus facciones para poder sacar una respuesta que me gustara, pero nada, hasta que comenzó a hablar.
"lamento informarlos que nuestra situación no ha prosperado para bien, siguen habiendo muchos más infectados que la cifra nombrada la última vez, por lo que la cuarentena seguirá hasta nuevo aviso"
como era costumbre para mi, apagué el televisor en medio de su charla, ya lo había escuchado hablar lo suficiente, así que no quería verlo más en el día.
—¿qué película quieres ver? —le pregunté, intentando abrir un nuevo tema de conversación.
me miró extrañado, acercándose a mi cuerpo para tomar mi temperatura. —¿estás bien? —asentí, él frunció el ceño, incrédulo a mis palabras. —¿por qué no estás enojado?
lo miré a los ojos, aquellos estaban temerosos, pensaban que les diría algo como la última vez, pero no volvería a cometer ese error, además, hay cosas que extraño que pueden hacerse dentro de una casa, sólo es cosa de querer, como la cena que tuvimos.
—porque voy a pasar cuarentena con mi novio —acaricié su mentón mientras veía como en sus ojos aparecía un leve brillo, y sus mejillas se teñían de un rojizo hermoso. —¿por qué me voy a enojar?, la pasaré bien contigo, te lo aseguro.
sus comisuras se elevaron en una tímida sonrisa, rápidamente abrazó mi cuerpo y se tiró encima mía para llenarme de besos por toda la cara, se podría decir que ya estaba un poco acostumbrado a esa muestra de cariño, pero todavía mi corazón latía como en mis tiempos de adolescencia.
—te amo —besó mis manos y las llevó a sus mejillas, mientras me miraba con una resplandeciente sonrisa. —y sí, prometo que tus días no serán aburridos conmigo.
nunca lo fueron.
—pero no prometo bañarme todos los días, eh.
fue imposible no reírme tras sus palabras, haciendo que lo volviera a apresar entre mis brazos para que me arropara con su hermoso cuerpo. —lo sé, amo un otaku —sus labios rozaron los míos en medio de una sonrisa, y aquel sentimiento fue lo mejor que había experimentado en mucho tiempo. —y es lo mejor que me pudo pasar en la vida.
FIN
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el final quedó un poco rancio, prdon.
bueno, ya llegué al final de esta historia, y sólo les quería agradecer por el apoyo que recibí durante esta, los tk y muchas gracias. <3
