Erick acaba de despertar siendo las 08:00 a.m., gracias a que ya se ha acostumbrado a levantarse temprano.
Un bostezo escapa cuando comienza a ponerse las pantuflas, y se dirige al baño para cepillarse los dientes y acomodarse un poco el cabello, puesto que cree, ya es buena hora para darle el beso de buenos días al bello durmiente, y no quiere parecer descuidado enfrente suyo.
Aquella playera apenas le llega a cubrir los glúteos, pero se siente bien de que así sea, puesto que le facilita muchísimo las cosas.
Al salir de su habitación, camina por el pasillo y su corazón salta acelerado cuando una mano rodea su cuello y otra cubre su boca, empujándolo contra la pared.
Tiene miedo.
Es que simplemente, con lo tranquilo que estaba no ha podido imaginar que llegaría algún momento de ponerlo acelerado, completamente nervios, sino más bien, imaginaba que pasaría una alegre mañana, y un nuevo y grandioso día junto a...
Apenas sus ojos se concentran en quien hace que su oxigenación sea lenta y ya se siente lo bastante decepcionado y asustado, creyendo lo peor. Pero Christopher sonríe extrañamente coqueto, y antes de poder decir nada, dejando de lado sus pensamientos pesimistas cuando la mano que hay en su boca lo suelta, los labios del castaño ya están sobre los de Erick, succionando y mordiendo, mientras su agarre en el cuello de éste se va suavizando.
Y claro que, Erick, aún estando temeroso no puede negarse el lujo de corresponder a aquél dulce beso que le hace sentir tan débil y la misma vez tan fuerte.
Mientras sus labios danzan apasionada y lentamente, la mano libre del castaño recorre entre lujuriosas caricias el múslo derecho, disfrutando de la suavidad se su piel.
-¡Christopher, ¿qué haces?! -grita Erick en un susurro apenas se alejan un poco.
Claro que le mira con miedo, porque su cuello aún no es libre, así que Christopher suelta una risita, subiendo su mano hacia la mejilla del ojiverde y le acaricia los labios con el pulgar.
-¿Te asusté, Erick? -el ojiverde simplemente suelta un sonido afirmativo y Christopher sonríe- Sólo quería hacerte una bromita, para que sepas lo que harás en tus prácticas. Después de todo, trabajas con tipos peores de lo que crees que soy.
-Chris...
-Yo no lo hice -confiesa seriamente, y se muerde el labio, mirando los del contrario-. No hice lo que todos han asegurado, porque era un niño.
-Chris... -insiste Erick, pero esta vez, un poco más relajado, y el castaño niega volviendo la mirada a sus órbes verdes.
-No hablaré de eso, porque no tiene sentido -asegura viendo a Erick hacer una gran mueca de desacuerdo, y sonríe nuevamente-. Hagamos algo interesante -propone, con claras intenciones de algo íntimo y el ojiverde ríe, antes de volver a tener sus labios encima.
Pronto, los jadeos se intensifican y las caricias se vuelven toscas, pero claramente, con una sensación exitante.
Y por supuesto que disfrutan un momento, hasta que el timbre del lugar suena y, maldiciendo, ambos se alejan, preguntándose a sí mismos quién es la estúpida persona que se ha atrevido a molestarlos, presentándose ahí a tan pocas horas del día.
Sin pensarlo mucho, Erick vuele a besar al otro chico, puesto que piensa dejar pasar de el hecho de que alguien afuera espera a por él y su atención, pero no le importa. Christopher lo embiste contra la pared una vez más, y succiona sobre la sensible piel del cuello del ojiverde, y soba sobre su creciente erección, haciéndolo gemir, porque claramente ambos están de acuerdo en que, a quien sea que esté afuera van a dejarlo ir.
-Oh Chris -gime Erick, sintiendo como su glande es apretado entre los dedos del castaño.
Y sí, por primera vez Erick ve al Christopher de 23 años estar arrodillado frente a él, con la única intención de darle un mejor trato. Así que claro, dependerá de qué tan bien lo haga, para saber si podrá bajar otro puesto en la recta.
Y apenas siente su húmeda lengua engullir aquél trozo de carne, su celular, ¡su estúpido celular suena!
Sin ganas, toma la llamada, puesto que el tono es específicamente para una persona, para estar seguro que debe contestar. Joel. Y simplemente se queda en silencio porque sabe que, si intenta decir algo, sólo lo arruinará, debido a la agradable boquita del castaño, que está volviéndolo loco.
Así que Joel, es quien habla primero.
-Erick, disculpa la hora, pero estoy afuera de tu casa -su declaración hace a ambos chicos querer desaparecer, o quizá desaparecerlo a él, pero ya que no pueden, simplemente continúan un poco más con lo suyo-. Vengo por Chris.
-¿P-por Chr... ¡carajo! -gime Erick, cuando los dedos del castaño se ocupan de su entrada y Joel, afuera, frunce el ceño.
Sospecha, de lo muy mierda que puede ser Erick, aprovechando cualquier cosa, pero sin imaginar que ha estado un montón de veces ya, durante la semana, entre los brazos de su pequeño e inocente Christopher, y también del adulto.
-¿Pasa algo?
-S-sí, claro, es que me acabo de golpear.
¿Por qué a Erick siempre le suceden accidentes cuando habla con el rizado?
Joel bufa, porque no está seguro de si debe o no creerle.
-Perdón, si estás ocupado, yo...
-No, no, ya mi-mismo voy -murmura mordiéndose el labio y pulsa el botón rojo en su pantalla, para cortar la llamada-. ¡Ah!
Pero claro, nadie esperaría que Joel escuchase su gemido, antes de que la línea se cortara y, aún más confundido que antes, guardara su celular, esperando con impaciencia.
Los dedos de Christopher abandonan la entrada del ojiverde lentamente, y traga lo que ha dejado en su boca, levantándose sin mucha preocupación, a pesar de sentir que se ha endurecido también.
-Ve a vestirte bien, y yo abriré...
-Gracias -susurra Erick para luego dejarle un casto beso al castaño sobre la comisura de los labios.
Y así hacen, Christopher abre y sonríe ampliamente, encontrando a Joel resoplando.
-Joey.
-Chris -saluda de vuelta el rizado, sonriendo apenado al darse cuenta que lo ha pillado casi enojado, y se olvida de sus pensamientos instantáneamente-. ¿Y Erick?
-Está en el bañ...
-No, ya estoy aquí -interrumpe el ojiverde desde adentro-. Buenos días Joel, pasa, bienvenido.
-Gracias.
Joel, luego de algún rato ya se ha dado cuenta que estará algún rato con un Christopher adulto, y se sorprende, porque cree que es la segunda vez que su personalidad cambia en sólo una semana, sin enterarse de ninguna de las demás.
Hablando, queda de acuerdo en que Erick podrá ir a visitar al castaño, porque parece que lo hace muy feliz.
Y ¿cómo no hacerlo? Si le da más de lo que la mayoría de veces Christopher se atrevería a pedir.
¡Feo! Buuuu👎
I'm sorry for it, but i need inspiration.
😂¡No se inglés, corríjanme o aviéntenme una chancla!😂
Ya, perdón, el próximo volverá a ser bueno. Las y los amo.❤
♡Ristopherdiel🌈
🐒🐈🐥
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Latidos acelerados || Chriserick.
FanfictionChristopher está enamorado del chico que, a través del visor de su habitación ve sirviendo a los internos, diariamente con una sonrisa. Quizá lo ama más de lo que cualquiera podría imaginar, y aún ni siquiera se conocen.