Hora de poner color a mi vida

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-Ponerme con el secuestrador.-Dije entrando a la carpa con rapidez.

-Veo que dormir le sienta bien.Esta mañana ha cogido carrerilla.-Me paro Prieto mirándome con una media sonrisa en su rostro.

-A los ladrones se le pilla corriendo, y estamos demasiado pasivos-Dije recordando aquella frase que mi madre me había dicho esa misma noche, antes de abrazarme y dejarme allí sentada preocupada.

Me senté en la silla, buscando por la superficie de la mesa un lápiz, el cual no encontré.

-¿Dónde está mi lapiz?.-Observe a varios de mis compañeros sentados a mi derecha, observando como a lo lejos, en una lata llena de bolígrafos presidia la punta de aquel lápiz. Lo señale, y rápidamente me lo pasaron. Desde el otro extremo de la mesa.

-Vamos a apretarme las clavijas.-Me recogí el pelo,con el lápiz, para luego colocarme los cascos con el micrófono incorporado.

Espere que los tonos desaparecieran, y me dieran señales desde el otro lado de la línea que me habían cogido la llamada.

-Buenos días, profesor.-No espere a que esta vez fuera él, el que me saludará.-¿Como esta el señor Román después de la operación?

-Bien. Descansando y lo mejor de todo,esque esta sin fiebre.Pensaba que se había olvidado de mi inspectora.

-Al contrario, en realidad no hago más que pensar en usted

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-Al contrario, en realidad no hago más que pensar en usted.

-Vaya, eso suena a fantasía. Igual deberíamos seguir investigando por ese camino.

-Si me va a preguntar qué he desayunado, si he tenido un orgasmo matutino o si me gustan los preliminares le diré que no se trata de eso, pero..si, si es una fantasía, una fantasía con esposas. Yo se las pongo... y le meto en el furgón.-Confese tranquilamente.

-Bueno,es una fantasía al fin y al cabo.

-Claro, y después más adelante, si usted quiere me cuenta las suyas en un vis a vis.-Las miradas se clavaban en mi espaldas esperando que dejará atrás el camino que estaba llevando aquella conversación, pero lo único que  buscaba era llevarla a mi terreno, y lo estaba consiguiendo.- Escucheme bien le voy a dar una mala noticia. En primer lugar, el barco que usted pidió, el Malaika, está atracado en espera de juicio,con lo cuál sigue perteneciendo a su armador.

-Eso no es excusa, inspectora. La policía puede solicitar al juez, la autorización para la utilización de ese barco en la represión o persecución de delitos, siempre y cuando no se haya dictado la sentencia, así que usted puede pedir permiso para usar ese barco, sobre todo en un caso de tanta envergadura. No me diga que no lo ha hecho.

-Veo que también sabe usted de leyes.

-Bueno, solo soy un aficionado. Me gusta leer sentencias judiciales. Le sorprendería lo apasionantes que pueden llegar a ser.

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