En las noticias sólo se hablaba de aquel nuevo suceso, aquella metedura de pata que habíamos tenido al herir a uno de los rehenes, que no era nada menos que el director de la fábrica de La Moneda. Allí dentro mirábamos la pantalla angustiados, a la vez que sorprendidos de como se enteraban tan rápido de los sucesos.
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Tuve que sentarme, sentarme unos instantes mientras dejaba mi mente en blanco, aquella situación estaba empezando a agobiarme, y que todo el mundo allí dentro estuviera hablando a la vez, aunque distintas conversaciones no ayudan del todo, sentía como mi corazón latía cada vez más fuerte en mi pecho.
-Raquel, interior al teléfono ¿Que les digo?¿Raquel?¿Que digo?
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Escuchaba a lo lejos la voz de Ángel, sabía que estaba hablando con alguien por teléfono, pero en ningún momento me percaté que me estaba llamando a mi, estaba tan ida, en aquellos momentos, que solo podía pensar, en mi mente se estaban juntando imágenes, las mismas imágenes que habíamos visto en esa pantalla, la imagen de aquel hombre cayendo sobre la azotea, con un balazo, un balazo nuestro, a un rehén.
-!Raquel¡.-Elevo más su voz para que lo escuchara.-¿Qué les digo?.
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-¿Qué?.-Me levanté de la silla, donde había permanecido sentada.
-Querran preguntar quién dio la orden de disparar.-Prieto contestó muy seguro de si mismo. En su lenguaje corporal también se podía leer la seguridad de sus palabras, aquel semblante serio, mientras reposaba sus manos en el interior de sus bolsillo de los pantalones, no dejaba de clavarme su mirada.
