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Narra Gabriela

-¡Valen! -Le grite a mi hermano desde mi habitación. Ya era la segunda ves que lo hacía. Nunca me escuchaba porque vivía poniendo música al volumen mas alto que se podía.

-¡¿Que?!-pregunto el desde su habitación, sin intenciones de bajarle el volumen al parlante.

Hoy no me molestaba porque estaba escuchando twenty one pilots, y como me encantaban sus canciones, no tenía problema de escucharlas. Distinto era cuando ponía heavymetal y no me dejaba dormir, o cuando se ponía a tocar la batería o la guitarra eléctrica a las 4 de la mañana, claramente apropósito. Eso si me molestaba.

-¿A qué hora es la compe? -pregunte dejando de gritar, y acomodando unas cosas que tenia en el escritorio.

-¡¿Eh?! -pregunto dándome a entender que no me escuchaba.

Cansada de gritar deje de ordenar, salí de mi cuarto y me acerque al suyo. La puerta estaba entreabierta, y no toque antes de entrar, porque era inútil, no me iba a escuchar.

Cuando la termine de abrir, pude verlo metido dentro de su placard buscando ropa entre todo el quilombo que tenía. Le baje al parlante llamando alteradamente su atención, y llevándome una mala cara de su parte.

-¿Que carajos queres gabriela? -me pregunto de mala forma apoyando sus manos en su cintura y levantando sus cejas. A todo esto, seguía con el pijama y las pantuflas puestas.

-¿Me podes decir a qué hora nos tenemos que ir? -pregunte luego de dar un largo suspiro para conservar la calma.

-¿Tenemos? -me miró sorprendido y nos señaló a ambos con uno de sus dedos repetidamente. Lo miré cansada y después de rascarse la nuca agregó- En 15 ya tenemos que salir, vos venís?-

-Si, justamente por eso quería saber-Respondí obvia echando una mirada rápida a toda su habitación, estaba como siempre, toda desordenada.

-Bueno prepárate porque sabes que no te pienso esperar-dijo sacando su celular de su bolsillo, revisando la hora y volviéndolo a poner en su lugar.

-Decitelo a vos mismo, yo ya estoy lista- le respondí dándome media vuelta para volver a mi cuarto.

-Callate que yo se lo que hago, y abrígate que va a hacer frío- me dijo cuando traspase la puerta, y cuando gire para verlo el ya había vuelto a poner su mirada en el placard. No le respondí, y tampoco le pregunte si quería que cerrara la puerta, simplemente lo hice.

Me di cuenta que como ya hacía varias semanas, se había levantado de mal humor, y sabía que era mejor no hablarle.

Después de exactamente 15 minutos, agarre todas mis cosas, baje las escaleras y atravesé la puerta principal. En la calle, frente a la puerta de mi casa, Valentin estaba esperándome dentro del auto.

-Apúrate nena dale -me dijo abriendo la puerta del acompañante bruscamente para que entrase al auto rápido.

-Bueno, háblame bien che- le dije mientras me acomodaba en el asiento y cerraba la puerta.

-Si no te tendría que esperar te hablaría bien- acotó con una expresión neutra en su cara-Ahora cuando lleguemos no te quedes sola en ningún momento, va a estar gonza así que quédate con el, porque va a haber mucha gente ¿ok?-pregunto mirándome para asegurarse de que le estará prestando atención.

-Si valentin- asentí sin ganas de pelear, no me había gustado como me lo había dicho, pero sabía que era para cuidarme.

No entendía que le pasaba, estaba muy distante conmigo, lo veía mal, enojado, estresado, y ya estaba cansada de preguntarle que le pasaba y que me respondiera lo mismo, "nada". Odiaba que no me dejara ayudarlo, era mi hermano y supuestamente nos contábamos todo... bueno, antes nos contábamos todo.

Darkness |Lit killah|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora