Capítulo 3

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Narra Claire

NO CLAIRE, es un amigo, ya lo conocerás, solo un amigo, digamos que Patt no es mi tipo… Tú eres mucho más mi tipo.

Sentí el calor en mis mejillas y no quise hablar porque seguramente tartamudearía, Stephen tenía algo que me intimidaba mucho, sabía que lo decía como una broma o como un cumplido pero no pude evitar sentirme nerviosa. Era imposible que lo que decía no fuera una broma, es decir… ¿su tipo? Seguramente su tipo eran súper modelos o algo así, tan solo había que verlo, era uno de los hombres más atractivos que había visto y además parecía que era alguien muy rico, solo bastaba ver su auto, un deportivo negro mate que seguro valía una fortuna, y por si no fuera suficiente ¡le había comprado un restaurante a su mejor amigo! Sin duda este hombre era un imán de mujeres y podría tener a quien quisiera, obviamente su comentario solo se refería a que a él le interesaban más las chicas que los chicos como insinué.

El sonido de una puerta abriéndose en la planta baja me distrajo de mis pensamientos y gracias al cielo también llamó la atención de Stephen quien al fin apartó la vista de mí luego de su comentario. Respiré, no me había dado cuenta de que había estado aguantando la respiración.

—Llegó— Dijo Stephen mientras se dirigía a las escaleras— ¡Ehhhh hermano!

Escuché el sonido de sus manos chocando fuertemente como saludo y cuando miré hacia donde Stephen estaba vi a quien debía de ser Patt, era un hombre alto, casi tanto como Stephen y tenía el cabello rubio y largo hasta debajo de los hombros, usaba ropa deportiva y era obvio, seguramente se encontraba descansando cómodo en su casa antes de tener que venir a cocinar para nosotros.

—¡Hermano!— Saludó Patt antes de dirigir la mirada a donde estaba yo y lentamente analizarse de pies a cabeza —Wow ¿Por qué no me dijiste que ibas a traer a esta hermosura.

Stephen soltó una risa ligera mientras Patt le daba un golpe en el hombro riéndose también,  extrañamente Patt no me hacía sentir intimidada cuando me miraba, al menos no como lo había hecho Marcus, notaba una relación de mucha confianza entre Stephen y Patt después de verlos solo unos segundos, a veces es evidente cuando dos personas se conocen de toda una vida. Patt parecía de esos chicos que a todos les agradan, su sonrisa de oreja a oreja y la seguridad con la que hablaba resultaban bastante agradables.

—¿Qué? ¿Si te hubiera dicho no hubieras venido en pijama?

—Stephen, todos sabemos que hasta en pijama soy mejor partido que tú.— Dijo Patt mientras me guiñaba un ojo y esta vez fui yo quien no pudo evitar reírse.

—Soy Claire.—Dije sonriente mientras estiraba mi mano para saludar a Patt, pero el no la tomó y en lugar de eso me abrazó.

—¡Claire! Hasta con nombre bonito y todo, vaya hermano ya era hora de que trajeras una chica.— Patt me liberó del abrazo pero mantuvo uno de su brazos alrededor de mis hombros.—Ahora cuéntenme, ¿cómo es que esta noche terminaron aquí visitando al talentoso Patt? Quiero saberlo todo porque están a punto de tener la cena de sus vidas.

La historia de por qué estábamos aquí no era muy placentera y era obvio que no quería contarla así que hizo un sonido con la boca como si se aclarara la garganta pidiendo a Patt que guardara silencio.

Ehhhm, ehhhhm, yo creo que tú, chef tan talentoso deberías de ir a la cocina y empezar a hacer lo tuyo o vamos a cenar hasta el amanecer.—Stephen tomó a Patt del brazo para que me soltara y le dio un empujón en la espalda.
—Ya, ya voy, ya voy, solo quería conocer a nuestra invitada, me voy chicos, la cocina me llama, preparen sus paladares.

Stephen y yo reímos mientras vimos a Patt tropezar de camino a las escaleras, después del mal rato que pasé con ese tal Marcus no creí que mi noche terminaría así, divirtiéndose con dos chicos que apenas y conozco pero pasándola tan bien.

—¿Ahora entiende por qué le tengo tanto cariño?

—Es muy divertido— Dije con una sonrisa

—Lo es, es noble y honesto también, es más mi hermano que mi amigo.

Stephen hablaba con mucho cariño de Patt y me pareció por un instante que era un hombre dulce, aunque no tardé en recordar el terror con el que lo habían visto todos hace a apenas unas horas.

Ven—Stephen tomó mi mano de nuevo me dirigió de vuelta a la mesa.—Es hora de que me cuentes un poco de ti.

MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora