Narra Claire
Estaba confundida por todo lo qué había pasado, no comprendía nada de lo que había sucedido esta noche, estaba en el auto de un desconocido rumbo a su casa, ¿qué tenía en la cabeza y por qué lo permitía? Nunca antes había visto a este hombre y sin titubear había accedido a ir a casa con él, recordé como unas horas antes hombres que aterrorizarían a cualquiera parecían temerle, tal vez este era el peor de todos, tal vez yo debería de tener miedo, quizá era culpa del vino que me sintiera tan desinhibida con él.
Me preocupaba Charlie, estaba en peligro y yo ni siquiera entendía por qué, que mi hermano estuviera relacionado con estas
personas no era una buena señal, seguramente esto no resultaría bien, sabía que no debía llamarlo pero moría de miedo, quería llamar a mamá y contarle lo que estaba pasando pero imaginé lo preocupada que estaría y decidí dejar que las cosas se resolvieran, dejaría pasar la noche y si al día siguiente no veía a Charlie entonces llamaría a casa y le contaría a nuestros padres lo que sucedía.—¿En qué piensas?—La voz de Stephen era seria, desde que Charlie llamó su actitud había cambiado, podía sentir su tensión.
—¿Ehm?
—No tienes nada de que preocuparte, enserio. Charlie está bien y tú vas a estar bien.
—Es que… No entiendo qué es lo que está pasando. Ni siquiera sé quién eres tú.
—Ammm… Soy Stephen, tengo 26 años, nací el…
—No, para– Lo interrumpí. —Sabes que no es a eso a lo que me refiero.
—Claire—Stephen suspiró— Hay cosas que son difíciles de explicar y no me corresponde a mí hacerlo sino a tu hermano, yo solo soy el hijo de un hombre de negocios siguiendo sus pasos y tu hermano es uno de los nuestros, para papá es parte de la familia, así que está seguro, piénsalo, si el hombre más poderoso de la ciudad considera a Charlie como parte de su familia puedes dar por hecho que nadie jamás lo tocará…O lo pagarán MUY caro.
Al decir esa última frase sentí un escalofrío recorriendo todo mi cuerpo, la mandíbula de Stephen se tensó y su mirada por un segundo me pareció llena de furia, empezaba a entender por qué le temían tanto, ojalá nunca nadie me dirigiera a mí una mirada así. Sus manos sostenían el volante con firmeza y pareció sobresaltarse cuando su celular comenzó a sonar, esta vez atendió la llamada con el altavoz así que pude escuchar.
—¿Papá?
—¿En dónde estás hijo?— Era la misma voz amable que había escuchado horas antes en la fiesta, el padre de Stephen. Sin embargo esta vez había apenas un ligero tono de impaciencia en su voz.
—Estaba en el restaurante papá, conduzco a casa.
—Bien, hijo… dime en qué calle estás, dime que ruta estás siguiendo.
—¿Papá, todo bien?
—Dime por favor hijo— Stephen titubeó por un segundo.
—Estoy… casi llego a la Calle Quince papá, estoy tomando el camino que cruza la ciudad por el lado oeste.
—Bien, un segundo hijo— Stephen trataba de escuchar con atención, podíamos escuchar aún la voz de su padre pero no hablaba con Stephen, debía de haber más personas con él. —Si tenemos a alguien sobre La Dieciocho que se mueva a la intersección con La Quince y dile a Carl y Dean que esperen sobre el Boulevard Hills para hacer el cambio de autos.
—¿Papá?
—Sí hijo…¿escuchaste mis ordenes?
—Sí, dime qué es lo que pasa.
—Aún no lo sabemos hijo, pero no es bueno, Carl y Dean te tendrán otro auto, es más seguro por ahora, cualquiera reconocería tu auto. Se encontraran contigo un par de cuadras más adelante, ojos atentos hijo. Te escoltarán y acompañarán el resto de la noche.
—¿Tú estás bien, mamá está bien… y Lili, dónde están?
—Están bien hijo, están en casa y están cuidando de ellas, por mí no te preocupes sabes que no hay nada que pueda tocarme dentro de este hotel. Y Stephen… la joven, la chica, la hermana de Charles ¿dónde está? Él llamó y explicó que esa casa no era segura ¿dejaste a la chica ahí? Enviaré a alguien que la recoja no puede estar ahí.
—No papá, Charlie me llamó, me pidió que no la llevara a casa, ella está conmigo.
—Oh, entiendo, es parte de la familia también hijo, queremos que vuelva segura con su hermano, por favor asegúrate de eso.
—Sabes que lo haré papá. Te llamaré más tarde.
—Cuídate hijo.
La cara de Stephen era de seriedad total, completamente diferente a la expresión que había tenido durante la cena, estaba nervioso y yo volvía a sentir temor. En ese momento llegamos al cruce entre La Quince y La Dieciocho, un auto negro con los vidrios polarizados se aproximó por el lado del conductor, Stephen y el copiloto del otro auto bajaron la ventanilla al mismo tiempo y saludaron con la cabeza antes de volver a subir la ventanilla. Algo pasaba y no era nada bueno, solo quería que esta noche terminara.
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Mía
RomanceDicen que no escogemos de quien nos enamoramos pero él de entre todas esas chicas me escogió a mí. La historia de un chico duro, crecido dentro del mundo de la mafia, puesto a prueba por el amor.