MARATÓN 1/3
(Atentos a los números de los capítulos para que los lean en el orden correspondiente!)
''Supongo que somos quienes somos por muchas razones, y tal vez nunca sabremos la mayoría de ellas. Pero incluso si no tenemos el poder de escoger de dónde venimos, si podemos elegir hacia dónde vamos.''
—Stephen Chbosky, Las ventajas de ser invisible.
Anoche fue interesante. No pensé que iba a amanecer durmiendo en el sillón de la sala mientras Sophie dormía en la que solía ser mi habitación, llegando incluso a roncar un poco. Me quedé algunos minutos mirándola dormir, y se veía preciosa. Echo de menos despertar a su lado, abrazándola y acurrucándome en su pecho, pero no quise dormir con ella porque lo que menos quería hacer era incomodarla.
Que Alessa hubiera pasado la noche donde un hombre desconocido me sorprendió también. Aunque bien por ella, por supuesto. Hoy ambos debemos ir a conversar con los inversionistas de la empresa pero antes debo conversar de todo con Sophie. Pretendo contarle todo, o al menos la mayor parte. Lo intentaré, pondré todo de mi parte. Ella debe estar conmigo, no con el imbécil de Marco.
—Te lo dije una vez, y lo mantengo —repito seguro—. Yo no quiero ser tu amigo. ¿Está claro?
Sophie me mira estupefacta.
—Maurizio... —cierra los ojos con pesadez—. Yo estoy con Marco, y tú estás con Alessa. No podemos...
—Alessa no es mi novia —digo rápidamente—. Lo fue hace algunos años, pero solo porque nos obligamos a funcionar como pareja. Nunca funcionó, sin embargo.
—Ah, si —dice mirando hacia el techo, como recordando—. Ahora creo recordar que me lo dijo ella misma anoche, ¿no es así?
—Si, lo dijo. Y sobre Marco, tú no quieres estar con él —digo con seguridad—. Tú quieres estar conmigo, lo sé. Solo debes admitirlo. Pero antes de que me lo admitas a mi, debes admitirlo a ti misma, Sophie.
Posa su mirada en su manos apoyadas encima del mesón, agachando la cabeza. Traga saliva y luego dice:
—Necesito tiempo para asimilar todo esto. ¿Qué se supone que debe pasar? Tú estás viviendo en Roma y yo aquí, ¿no?. No tendría ningún sentido. Y te lo digo de inmediato: no quiero volver a sufrir por tu culpa —me dice seria.
—Es probable que vuelva a vivir aquí —explico—. Por el trabajo y...
Entonces me suena el celular, interrumpiendo todo. Es Alessa. ¡La reunión!
—¿Dónde demonios estás? —dice Alessa enojada por el teléfono—. ¡Los inversionistas ya llegaron!
—Mierda... —frunzo el ceño—. Llego en 10 minutos. Que no se vayan, Alessa, por favor.
—Los entretendré. ¡Apúrate!
Cuelgo la llamada y me apresuro a buscar mis llaves del auto y la carpeta que tengo encima de la mesa.
—Debo irme, de verdad lo siento —digo apenado—. Pero Soph, nos debemos hablar de esto. Y no he dicho todo lo que quiero decirte.
—Yo tampoco lo he dicho todo —admite.
—Podemos... ¿Y si tomamos un café, más tarde?
Suspira un momento, pero luego acepta.
—Está bien. Avísame la hora y el lugar.
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Contigo, para siempre. [#2]
Roman d'amourContinuación de la novela "Contigo, una y otra vez". En esa pared de la azotea aún están escritos nuestros deseos... "Estar contigo, por siempre". "Estar contigo, una y otra vez. Para siempre". Han pasado casi 7 meses desde que Maurizio decidió irse...