MARATÓN 3/3
(Atentos a los números de los capítulos para que los lean en el orden correspondiente!)
''Space is just a word made up by someone who is afraid to get close'' ♪
—¡Es precioso! —exclamo al mirar por la ventanilla a mi nuevo "sobrino". No es realmente mi sobrino pero definitivamente se siente como si lo fuera. Es un pequeño precioso de tes blanca y pelo clarito, manos diminutas y una boca y nariz tan chiquitas que dan ternura. Mirar a Michael da paz.
—Felicidades, idiota —dice Maurizio abrazando a Franco, quien de un tiempo a esta parte se ha vuelto todo un sentimental. Ha llorado al ver nacer a su hijo y está con una sonrisa que nadie se la puede borrar. ¿Quién lo diría, no?
—Muchas gracias, niño —responde él—. Estamos muy contentos con Lau.
—Será el pequeño más amado del mundo. Yo misma me encargaré de malcriarlo con helados, dulces y salidas al cine. ¡Y al parque de diversiones! —digo dando palmaditas feliz.
—Yo le enseñaré a coquetear con las chicas, eso le será útil toda la vida —dice confiado Maurizio.
Franco ríe y yo ruedo los ojos en respuesta.
—Es súper importante eso en la vida, claro —digo irónicamente.
—Funcionó contigo, ¿no?
Me deja perpleja, por lo que opto por negar con la cabeza y sonreír. No puedo responder a eso, pues es verdad.
—Al menos eso me deja satisfecho —dice en mi oído, y siento como la nuca se me eriza al instante. Su cercanía me afecta de más maneras de las que me imaginaba. Pero me gusta que lo haga.
Luego de pasar un par de horas visitando a Lau y a su pequeño, y después de darle muchas felicidades, bajamos al auto de Maurizio porque tenemos que ir a buscar el mío al café. O bueno, eso creía que haríamos.
—Espera, te pasaste la salida.
—No vamos para allá —dice con una sonrisa.
—¿Qué? ¡Noooo! ¿A dónde crees que me llevarás? Debo volver al departamento y...
—Será un paseo corto, tranquila —me corta.
—Ay, debo tener una paciencia infinita contigo —digo cruzándome de brazos—. De verdad que debo volver, Maurizio.
—¿Por qué? —quiere saber.
—Porque debo hacer algo.
—¿Qué cosa?
—No seas un metiche —lo reprendo.
—Dime —insiste.
—No te diré.
—Vamos Soph, dime. Si no, no daré la vuelta.
Suspiro cansada. Lo conozco, sé que insistirá hasta que le cuente. Y aunque no me gusta que sea así de manipulador, le contaré. Y temo que no le gustará mi respuesta.
—Porque... porque quedé de ver a Marco en mi departamento.
Noto como sus nudillos se aprietan al escuchar lo que digo, y su rostro demuestra que está enojado, teniendo su mandíbula apretada.
Pasan algunos minutos sin que ninguno hable, y me pone nerviosa eso. No me juntaré con Marco para lo que Maurizio cree, pero no le diré la verdadera razón, al menos no aún.
Al llegar a una de las salidas para poder devolvernos, lo miro expectante.
—Daré la vuelta —dice seco.
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Contigo, para siempre. [#2]
Roman d'amourContinuación de la novela "Contigo, una y otra vez". En esa pared de la azotea aún están escritos nuestros deseos... "Estar contigo, por siempre". "Estar contigo, una y otra vez. Para siempre". Han pasado casi 7 meses desde que Maurizio decidió irse...