Stone Hard, Machine Gun | Eric Coulter Fan Ficción

Siete

LEER NOTA DE AUTOR AL FINAL

Dispárame, pero no caeré

Soy de titanio

Un mes después, me encontraba parada al lado de Caleb en el estable mientras algunas personas venían de los campos con algunos caballos y canastas llenas de maíz.

"¿Quieres revisar su pezuña delantera derecha Lucy? La ha estado asentando mal desde el camino de vuelta." Carl preguntó con una sonrisa gentil.

"Seguro." Dije, tomando las riendas de sus manos y llevando a Storm a su casilla en el establo.

Habían pasado semanas desde que escapamos de Osadía. Por suerte, la líder de Cordialidad, Johanna, nos había ofrecido santuario en su facción a cambio de no llamar la atención y comportarnos. Después de solo 24 horas Cuatro había anunciado mi embarazo de Eric y ella inmediatamente me pidió que me vaya.

Ella era inteligente y sabía que Eric vendría a buscarme aquí. Si él supiera. A lo cual le aseguré, que él no sabía. Le pedí que no le dijera a nadie, especialmente a él o a cualquiera de los hombres de Jeanine. A regaña dientes, dejó que me quedara y me refirió a el doctor de Cordialidad para un chequeo prenatal.

Durante el ultrasonido, Dr. Baker me confirmó que estaba de unas 10 semanas. Eso fue hace dos semanas.

Lo que realmente me desgarró, fue la imagen en la pantalla del pequeño humano bailando alrededor dentro de mí. Brazos, piernas, una cabeza y una nariz- hecho de mí y Eric. Estaría mintiendo si dijera que no me hizo llorar. No el llanto usual de la futura mamá, lloraba porque nuestro mundo había sido destrozado y Eric estaba del lado malo. Esto es lo que debe haber sentido la mamá de Luke Skywalker cuando su padre se había ido al lado malo para convertirse en Darth Vader.

Sí, había allanado la biblioteca de Osadía y visto cada episodio de Star Wars.

Como sea, todo se veía bien y el doctor me aseguró que no debía preocuparme. El bebé lucía perfectamente sano y el latido de su corazón era fuerte.

Ahora aquí estoy, cepillando un caballo sucio, en un establo sucio, escondiéndome del padre de mi hijo.

Bueno, en mi defensa, él sí me disparó.

"Hey Lucy, ¿crees que alguna vez las cosas volverán a ser normales?" Caleb preguntó desde la otra casilla.

"No Caleb, no lo creo." Dije, sintiéndome un poco irritada.

Pude escucharlo suspirar, pero lo dejé pasar y continué examinando el caballo buscando lastimaduras o calor. Fueron solo unos momentos después que escuché pisadas entrar al establo y detenerse fuera de la casilla en la que estaba. Levanté la mirada para ver a Cuatro inclinado sobre la media puerta, observando pasar las manos por las patas del caballo.

"¿Ya estás sintiendo alguna patada?" Preguntó y me detuve, enderezándome para mirarlo.

"Todavía no. el Doctor Baker dijo que en algunas semanas, tal vez más. Se dice que las sientes más adelante cuando eres mamá primeriza." Contesté.

Él asintió, pareciendo realmente interesado. Eso es lo que amaba de Cuatro. Sin importar el tema, él siempre escuchaba.

"Ya has elegido algún nombre?" Preguntó, levantando una ceja.

Me encogí de hombros, un poco nerviosa por decirle a alguien los nombres en los que pensaba. Pero como dije antes, Cuatro era objetivo.

"Son muy cursis, te reirías de mí." Dije con una corta risa.

"Pruébame." Señaló.

Dejando escapar un largo suspiro, doblé mis brazos sobre el lomo del caballo y me incliné sobre su lado mientras debatía si decirle o no a Cuatro los nombres que elegí.