Capítulo 9.- Eso es el Pasado

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Cuando levanté la vista lo más horrible se encontraba detrás de mí en el espejo: UN PAYASO. Tomé una toalla y me la até en la cintura (no estaría desnudo ante tan espantosa criatura) luego tomé una más pequeña y empecé a golpearle con ella.

— ¡Oye! ¡No! ¡Alto! ¡Para! —gritaba mientras se cubría el ser del infierno ese.

— ¡¿Qué quieres, quién te envió!?

— ¡Tranquilízate muchacho! —decidí calmarme un poco, pero sin bajar la guardia, nunca sabes que pueden hacer ellos. Se hizo silencio por unos segundos...—... ¡¡BOO!!

—¡¡Aaaah!! —le lancé la toalla pequeña a la cara y salí de la habitación lo más rápido que pude.

Me detuve en seco al ver que estaba en el medio de una autopista, y tenía toda mi ropa puesta de nuevo. Cuando me di la vuelta vi al payaso corriendo detrás de mí, así que empecé a correr nuevamente con todas mis fuerzas.

¡¿Dónde hay metralletas cargadas con jugo de naranja concentrado cuando las necesitas?!

Me empezaba a cansar, pero no me detendría hasta alejarme lo suficiente de ese engendro del mal. Poco tiempo después llegué hasta una escuela, decidí esconderme en el gran patio de fútbol que alcancé a ver.

Desde donde estaba pude ver como un grupo de niños se acercaba al centro de la cancha, parecía como si estuvieran peleando.

— ¡Aquí estás! Tratando de ocultarte aun sabiendo que te íbamos a encontrar—le gritó uno de los niños mientras jalaba el cabello a otro que acababan de tirar al suelo.

Como esto de seguro no era nada que me interesara decidí irme y esconderme en otro sitio, pero una voz sonó en mi cabeza:

"Quédate y mira el resto de la escena"

Y la idea de marcharme se esfumó completamente.

— ¡Toma! — otro de los niños pateó en la barriga al que estaba tirado.

—Aprende que no puedes molestar y solo irte.

—Pero si ni nada hice...—habló bajito el golpeado.

— ¡Cállate! —esta vez le dieron un golpe en la mejilla, y entonces recordé.

"Soy el primer espíritu"

Él iba gritando mientras los  golpes se iban sumando. Dos, tres, cuatro niños lo golpeaban al mismo tiempo, y mientras más tiempo pasaba, más crecía el impulso de ir a ayudarle.

— ¡Deténganse! —empecé a gritarles desesperado, pero nadie parecía oírme.

"Conozco todo lo que ha pisado la tierra"

Corrí hasta ellos y traté de empujarlos, pero mi mano se desvaneció al contacto.

"Yo soy...Pasado"

Recordaba bien este día, no les presté mis notas y tareas a mis "amigos" del salón, y cuando quisieron arrancármelas llegó la maestra y los mandaron a detención. A la hora de recreo me acorralaron, escapé, pero luego me atraparon.

— ¡Oigan! ¿Qué sucede aquí? —los detuvo un niño que acababa de llegar, acompañado de otros dos, Raúl  junto a Ricarda Antonieta y Jonathan, su hermano 4 años mayor.

—No es algo que te incumba Raulito, ni a ustedes dos.

—Sí lo hace, así que o dejan a mi primo en paz, o llamo a mis amigos para que los usen como bolas de béisbol—amenazó Jonathan.

Los otros se detuvieron a mirarme mal -o bueno, al mini yo-, y se marcharon. Mis primos me -o le- ayudaron a levantarse.

Eso del pasado es confuso...

Los...¿Espíritus de la navidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora