Capítulo Final 15.- Yo decido mi futuro

129 10 9
                                    

Salí corriendo del sitio hasta que de alguna forma, llegué hasta la entrada de la mansión de la Tía Gertrudys -seamos francos, es lo menos raro que me ha pasado esta noche-, entré gritándoles a los de seguridad que soy parte de la familia y busqué los pasillos de las habitaciones.

Abrí rápidamente la puerta del cuarto donde había visto todos los primos cuando estaba con el gato bipolar, y todos estaban reunidos, debían ser como las 2 de la mañana.

— ¡¿Dónde está Raúl!? —pregunté exaltado.

—Está en el cuarto que comparten los dos juntos—dijo Ricardo Manuel.

—Por cierto, ¿Dónde estabas? Nos tuviste a todos preocupados cuando no aparecías por ningún lado—agregó Antonieta parándose frente a mí y mirándome detenidamente—. ¿Y por qué estás tan mojado?

—Es una larga historia que si la oyen todos pensaran que usé drogas, y de la mala. El punto es...—bah, hacer esto es más difícil de lo que pensé, pero no, no puedo permitirme perder mis sentimientos—. Yo...ash, quiero disculparme por todo lo que les hice ayer, me porté como todo un cretino insoportable y sé que nos debí hablarle así a ninguno ya que solo estaban bromeando; en fin, solo quiero que volvamos a ser como antes.

—Bueno...Byri—empezó a hablar Ricarda Antonieta—. Estamos en víspera de navidad, y creo que lo mejor que podríamos hacer es perdonarte.

 — ¡Gracias! —exclamé totalmente alegre, y luego le di un beso en la mejilla—. Los quiero mucho a todos.

— ¿Sabes si se fumó algo? —bromeó Ricardo José.

—Creo que fue a visitar al tío Ramphus en el fin de semana—le siguió el juego Pedro Ricardo.

Fui corriendo hasta el cuarto que compartía con Raúl, y al verlo ahí me le lancé encima totalmente alegre.

— ¡¿Pero qué te pasa!? ¡¿Por qué estás tan mojado y donde estuviste!? ¡Me harté de buscarte! —farfulló empujándome.

—Larga historia, pero el punto es que siento como te traté antes y como te juzgué sin saber lo que te había pasado.

—Un momento... ¿Cómo sabes lo que me pasó?

— ¡Eso no es lo importante aquí! Lo que importa es que admito que me porté como un verdadero hijo de su abuela y me siento pésimo por eso, y como es víspera de navidad mi primo favorito me perdonará y comerá el pastel que le compraré—dije sin respirar, tratando de convencerlo.

— ¿De qué el pastel? —preguntó girándose hasta donde mí.

—De manzana—contesté sonriente, era su sabor preferido.

—...convincente trato niño, convincente trato—dijo abrazándome—. Los chicos veremos algunas películas ahora, ¿Quieres venir?

—Creo que no podré ver películas con ustedes hoy, tengo que preparar algo.

—Como quieras—dijo separándose y marchándose de la habitación—. Nos vemos luego Byri.

Sonreí al oír mi viejo apodo de nuevo salir de la boca de mi primo. Desde que salió me puse a pensar que podía regalarle a Rachel para recompensarle por lo que casi le había hecho, cuando por la ventana entró el puerco.

—Chico, me dijeron que te divertiste con los tres espíritus—dijo colocándose al lado mío con una bolsa.

—Sí... ¿Son así con todos a los que van a visitar?

—No, y ni que visitaran a media población mundial—dijo entre risas el cerdo—. Toma, los espíritus te mandan esto—sacó, con su boca, un espejo de mano, un peluche de panda y otro de unicornio de su bolso—. Esto es todo, bueno chico, esta es la despedida, debo tratar de que me quiten este cuerpo antes de que los perros me ataquen.

—Adiós puerco—me despedí abriéndole la ventana, él se despidió con la pata delantera y salió volando. Wao, un puerco asado parlante volador...ya no me sorprende al lado de una bailarina desquiciada.

 Me puse manos a la obra, tome el espejo y lo coloqué al lado del escritorio, luego tomé los muñecos de panda y unicornio y me puse a trabajar.

Me quedé terminando el regalo hasta que me quedé dormido en el escritorio. Para cuando me desperté, ya era de día, más o menos las 11 de la mañana, y todos deberían estar despiertos. Me bañé, cepillé, alisté, tomé el espejo y una pequeña bolsa que tenía el regalo de mi hermanita y me marché.

Definitivamente no me permitiría perder mis sentimientos por nada en el mundo.

Salí rápidamente hasta una de las salas, la más cercana, donde seguramente estaban todos metidos, y efectivamente así fue. Fui directamente donde Rachel y le di la bolsa con el regalo.

— ¿Qué es esto? ¿Alguna especie de broma o algo así Byron? —preguntó mirándome acusadoramente.

—Te juro que no es nada malo, solo ábrelo—le persuadí.

—Bueno...intentaré creerte esta vez...—dijo mientras abría la bolsa, al ver lo que había dentro tuvo una sonrisa de oreja a oreja y sus ojos se iluminaron completamente—. ¡Es un pandicornio! —exclamó sacando el peluche que le había hecho, un panda con cuerno y cola de unicornio—. Gracias Byron, te quiero—susurró—. Pero si le dices a alguien que te he dicho esto tendrás que dormir con ambos ojos abiertos y una cámara de seguridad para ver si así consigues pruebas—agregó inmediatamente.

—Igual te quiero, y lo mismo digo—dije separándome de ella.

Creo que ya todo estaba arreglado, pero ¿para qué es el espejo?

Lo saqué de donde lo tenía, y pude ver en este la base de una casa construyéndose, había un clima grandioso ahí y se iba construyendo rápidamente. Sonreí ampliamente mientras veía por la ventana.

— ¡Está nevando afuera! —gritaron los trillizos corriendo hasta la sala.

— ¡¿Pero qué!? ¡Es imposible, esto es una isla tropical! —dijo mi madre.

Bueno, esto sí que era una sorpresa.

—Vengan a ver—agregaron los trillizos y salieron para afuera, y efectivamente, estaba nevando.

— ¡El calentamiento global es un mito! —exclamó Jonathan.

—Bueno, ¡Vamos a jugar! —chilló Gira, la menor de los trillizos.

Todos empezamos a jugar afuera, y cuando se acumuló más nieve todos buscamos abrigos y empezamos a deslizarnos.

Para cuando dejamos de jugar en la noche, casi todos estábamos agripados ya que no estábamos acostumbrados al frío. Nada como pasarse noche buena y navidad moqueando en una cama junto a tus primos.

Sip, nieve en una isla tropical, algo totalmente ilógico, pero todo lo que me ha pasado hoy ha sido ilógico, ¿No?

..........................................................................

Gracias a todos por leer este pequeño cuento de Navidad que hice.

No, no lo escribí bajo la influencia de drogas, simplemente lo que llegaba a mi mente.

Espero todos pasen una muy feliz navidad, y para los que no lo lean en navidad... ¡Feliz navidad adelantada! O en todo caso, atrasada.

También pueden leer mi novela llamada Diluvio de dolor, la pueden buscar en mi perfil. Esta será un poco más larga y espero igual les guste.

De nuevo, gracias por leer este pequeño cuento de navidad!!!!!!!!

Los...¿Espíritus de la navidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora