Capítulo 11

0 0 0
                                    

No podía recapacitar, toda mi vida era una mentira. Vivía apartada de la realidad e infelizmente casada con el hermano de mi ex novio. De pronto sentí la necesidad de conocer todo mi pasado. Se me hacía difícil pensar que en algún momento de mi vida había decidido cambiar a Syed por Alec. No podía parar de mirar las fotos. Me había enamorado por segunda vez de la misma persona. Tomé las fotos y fui a la casa de mi padre para enseñárselas.

-¿Qué es esto, hija?-se sobresaltó un poco cuando les estampé las fotos contra su escritorio delante de él.
-Eso mismo me pregunto yo-me crucé de brazos intentando mantener mi cólera-. ¿Quién soy, papá? Explícame cuál es mi vida y qué he hecho con ella.

El semblante de mi padre se volvió sombrío y cogió las fotos con manos temblorosas para examinarlas.

-¿En qué momento me enamoré de Alec? ¿Antes de irme a Barbados estuve con Syed? Me siento engañada, es lo que tiene haber perdido la memoria y que no te hayan contado cómo era tu vida antes de perderla.
-Escúchame, Deniz, tú no te tienes por qué sentir engañada. Esas fotos son pasado. Sí, mantuviste una breve relación con Syed. Pero ahora estás con Alec. Vive tu presente.
-Y, ¿si mi presente no me gusta?
-¿El pasado sí?

Silencio. No me atrevía a decirle que sí. Destruiría a Trevor si se enterase.

-En esas fotos se me ve feliz. Con Alec no soy feliz.
-Sí lo eres. Lo que pasa es que no lo recuerdas, hija.
-Tampoco recuerdo a Syed. ¿Tengo alguna foto con Alec?
-Deniz-apareció Leonor. La que faltaba-. ¿Qué haces con esas fotos?
-Eso no es asunto tuyo-cogí las fotos y me dispuse a salir del despacho de mi padre pero, tomó mi mano.
-Hija... no se lo digas a nadie, te lo suplico. Y menos a Syed. Han pasado diecisiete años, es imposible que se acuerde de una breve relación que tuvo contigo. Al irte a Barbados lo dejaste por Alec y, al poco tiempo, os casásteis y tuvísteis a Trevor. Fin, nada más.

Salí de la casa con la cabeza gacha. Mi padre tenía razón; era una tontería decírselo... después de tantos años, ¿quién se iba a acordar de un breve romance adolescente? Pero se trataba de Syed... Syed, mi amor prohibido actual fue mi novio cuando teníamos dieciseis años... antes de haber perdido la memoria. Si nunca me hubiera ido a Barbados, quizás ahora estaría con él. Ojalá Trevor fuera hijo suyo, y no de Alec.

Mientras tanto...

Sonó el timbre y Alec abrió. Frunció el ceño al ver a Hazel en la entrada y la miró con sumo desprecio.

-Buenas tardes, señor Gelbero.
-¿Qué quieres?-le espetó él bruscamente- Sabes perfectamente que ya no eres bienvenida en nuestra familia.
-Solo quería pedir perdón por lo que pasó con su hijo.

A Alec le pareció sincera su disculpa, debido a que sonaba preocupada y culpable. Pero decidió hacerse de rogar un poco más.

-Mi hijo es menor. Si mi mujer y yo no te hemos denunciado por acoso a menores ha sido porque somos demasiado buenos. Y por si fuera poco, casi os matáis. ¿No crees que estamos teniendo demasiada paciencia contigo?
-Se lo suplico, perdónenme. Su mujer y yo hemos sido amigas desde pequeñas y ahora no quiere saber nada de mí...
-Eso es porque mi mujer es lo suficientemente inteligente como para saber que quien le haga daño a Trevor es como si le hiciera daño a ella misma o a mí.
-Por favor, ayúdeme a recuperar la amistad con ella. Le prometo que no me acercaré a Trevor, no quise hacerle daño y nunca se lo haría-sollozó Hazel.
-¿Alec?-la voz lejana de Deniz sobresaltó a ambos.
-Métete ahí-Alec tomó a Hazel bruscamente del brazo para encerrarla en la cocina-. Como Deniz te vea aquí mueres.

Deniz apareció en la casa haciendo que su marido la mirara embobado.

Deniz

Entré a casa y vi a Alec con la cara de tonto que tenía habitualmente cada vez que me miraba.

POR Y PARA SIEMPREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora