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—¡Rich!—chilló Nia, yendo detrás de Farfadox.

El resto no entendía muy bien que pasaba, pero de igual forma se dejaron llevar por la curiosidad y siguieron a quienes se dirigían hacia el moreno.

Killer dudó un poco en si ir con los demás o no, a él no le gustaba ser un entrometido y meterse donde no le llamaban.
Pensó en que no pasaría nada si echaba un vistazo, así que se encaminó junto a toda la gente.

Se encontró con un escenario bastante extraño, Rubik –otro de los chicos que conoció esa noche– y Farfa tenían agarrado a Rich de los brazos, mientras que la chica de pelo fantasía intentaba calmarlo con sus palabras.

—¿Qué pasó?—preguntó bajito a Kau.

—No lo sé, estábamos bromeando y de la nada se puso agresivo—respondió, y el aliento fuerte a alcohol le hizo arrugar la nariz.

—C-creo que...d-dije algo q-que lo molestó—comentó Vandal.

—No le des bola, está borracho y se la agarra con cualquiera a la mínima—consoló Cris, cruzado de brazos.

—¿Qué fue lo que dijiste?—cuestionó Killer, mirando al de sudadera color turquesa.

—A-algo sobre su t-trabajo de delegado, n-no recuerdo exactamente...—confesó.

—Ah...debiste herir su orgullo—rió Tonacho.

Vandal sólo agachó la cabeza apenado, a lo que Kaky le abrazó pasando su brazo por los pequeños hombros mientras le decía que no pasaba nada y que debería estar tranquilo.

—Ceci—llamó a su amiga en cuanto la vio acercarse a la multitud.—¿Quién es ella?

—Killer, estaba con nosotros bailando...¿no la viste?—el mencionado negó con la cabeza—Es Nia, una de las chicas nuevas, apenas la conozco pero se dice que ella y Rich se conocen desde hace mucho o algo así.

Alzó una ceja mientras miraba a la nombrada, pero no le dio mayor importancia, ni al pequeño pinchazo en su corazón que le dio al oír eso, odiaba sentir celos y más si era por algo absurdo.

—¡Eu! ¿Pueden dejar de hablar y mirar? Ayúdenme a llevarlo a su habitación—dijo el argentino, llamando la atención de todos, con Rich colgando de los hombros.

Y como si de algo malo se tratase, la gente empezó a despedirse o a moverse de ahí, evitando el llamado de ayuda.

—Es tu momento—y sin dejarlo reaccionar, Kaumaru empujó a Killer hacía los dos chicos, haciéndolo tropezar.

—Y-yo te ayudo...—dijo con cierta vergüenza mientras recuperaba el equilibrio.

El argentino le asintió en forma de agradecimiento y entre los dos cargaron a Rich pasando sus brazos por sus hombros, y se dirigieron dentro de la casa a paso lento. Los tres estaban pasados de copas así que era muy probable que se tropezaran y cayeran si iban sin cuidado. Y mientras que arrastraban al de piel gris, éste iba diciendo cosas sin sentido que los hacían reír.

—¡Farfa!—oyeron detrás del ellos y giraron para ver dónde venía la voz.

—¿Qué querés Cris? Sobre que no ayudas venís a joder—reprochó.

—Quedamos en que nos íbamos a ir todos juntos, apurá porque los chicos no piensan esperarte.

Farfadox miró al albino con culpa por tener que dejarlo tirado con el moreno.

—No te preocupes, yo me encargo de él—habló Killer señalando a Rich con la mirada.

—No te voy a dejar acargo de éste borracho a vos solo, no tengo problema en irme después—respondió.—Andá Cris, nos vemos después.

Cris no perdió más tiempo y mientras se disculpaba con ellos se dirigió hacía la salida.

Volvieron a caminar en dirección a las escaleras, para ir dónde quedaba la habitación ajena. Aseguraron con más fuerza el agarre en la cintura del más bajo de los tres y se dispusieron a subir cada escalón con cuidado, la escalera era estrecha, lo que les dificultaba aún más todo.

Luego de unos minutos que parecieron una eternidad y con la respiración agitada por el esfuerzo de también tener que llevar a alguien más, subieron el último escalón y quedaron en el pasillo de la planta alta, buscando con la mirada algo que le indicara cuál era el cuarto indicado.

Killer divisó la puerta más alejada del resto y se encaminaron a ella, una vez frente a la entrada de ésta, el argentino abrió la puerta y entraron.

El albino no pudo evitar sentirse nervioso, estaba en la habitación del chico que le gustaba y aunque las circunstancias no fueran las mejores, su corazón no paraba de latir como loco.

Entre los dos recostaron a Rich en la cama, suspirando aliviados luego de eso.

—Listo, ahora sí puedo irme—habló Farfa acercándose a la salida del cuarto.—Gracias por la ayuda Killer.

—N-no fue n-nada...

Una vez que Farfadox se había ido, Killer se acercó más al chico que dormía plácidamente agachandose un poco, admirando cada una de sus facciones.

Esas cicatrices en sus mejillas, totalmente alineada una de la otra, unas pestañas algo cortas pero bonitas, sus labios grises entreabiertos, y lo que más le gustaba; ese cabello ondulado color azabache.

Cuando salió de su trance, se percató de que una de sus manos se encontraba acariciando la cabeza del contrario.
Quitó la mano con rapidez y se maldijo internamente por llevarse llevar por sus impulsos.

Sacudió su cabeza para quitar todos los pensamientos de su mente y se dispuso a irse.

—No...no te vayas.




































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éste capítulo originalmente tenía mil y pico palabras, lo he cortado un poco y han quedo 900, son una locura para mi xD Espero poder actualizar pronto :]

voten, comenten y esas cosas lindas♡






















↬Cartas | killerrich↫ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora