V: i feel like my life is flashing by.

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Advertencias: Muerte de un personaje principal. Angst, porque no puedo escribir algo fluff ni aunque me paguen. 

SPOILER ALERT: Basado en el último capítulo del manga [#271].

***



Hawks — Takami Keigo [1997 - 2020]

Dabi releyó la lápida, tragándose el nudo en la garganta. 

El cielo estaba nublado y corría una helada brisa que movía las ramas sin hojas de los árboles. Los carteles de la ciudad mostraban imágenes del ex-héroe número dos, videos de sus viejas batallas. Algún artista ya había comenzado a pintar un enorme mural para inmortalizar las alas rojas que cargaba en su espalda como el peso del mundo entero. 

Era como si todo rayo de sol se hubiera ido junto con él.

Dabi ajustó con disimulo la capucha de la chaqueta, cubriéndose el rostro cuando alguien se detuvo a su lado. Sólo podía verle los zapatos; eran de un simple marrón, algo gastados en la punta. 

—¿A quién habrá hecho enojar, esta vez? —tenía una voz frágil, a penas por encima de un susurro. Dabi se mordió la lengua, aún con los ojos clavados en el nombre tallado en la piedra. —Siempre fue un cabeza dura. Terco, incluso desde niño. Siempre quiso hacerlo todo solo, a su manera. 

No parecía hablarle a él. No parecía esperar una respuesta, tampoco. Él dio media vuelta, listo para marcharse. No era su problema, después de todo, que alguien quisiera hablarle al aire. Mucho menos lo era escuchar el monólogo de alguien más.

—Oh, pero era también un niño tan dulce —la persona continuó. Dabi escondió las manos en los bolsillos de la chaqueta y siguió caminando. —Tan obediente. Nunca causó un sólo problema. No se merecía pasar por todo lo que pasó. 

Dabi frunció las cejas. Apretó los dientes y se detuvo, sabiendo que luego se arrepentiría. Arriesgó una mirada hacia atrás. Era una mujer, con el cabello rubio hasta la cintura; un ala blanca brotaba de cada sien. No tenía que ver su rostro para saber de quién se trataba. 

—Keigo, —ella sollozó— siento tanto que hayas sostenido ese gran peso a tan temprana edad. Siento que tu padre jamás llamara y que me desquitara contigo cada vez. Desearía poder haber sido una buena madre, pero- Bueno, supongo que ya no importa. ¿Me perdonaste por todo el mal que te hice? 

La mujer cayó de rodillas entre llantos que sacudían sus hombros, suplicándole el perdón a una fría lápida. 

Dabi suspiró. Siguió su camino, alejándose a paso lento, con una presión en el pecho. La sonrisa de Hawks lo persiguió hasta su departamento. 


—... sé que no te gusta que deje mensajes de voz, pero no tengo otra forma de avisarte que voy en camino porque no atiendes el maldito teléfono, Dabi. Así que, voy en camino. Deja la puerta abierta. 

La vieja grabadora se pausó, las cintas giraron en su interior y volvió a reproducir desde el primer mensaje:

—¿Sabes? He estado pensando —arrastraba las palabras— que si tú fueras mi alma gemela, no sería tan malo. Es decir, ¡sería terrible! Porque- Bueno, tú sabes por qué. Pero eso me daría un poco de esperanza, supongo. No lo sé. ¿Tal vez? El destino no puede ser tan cruel como para escribir un final triste para nosotros, ¿verdad? No sé. ¡Dabiii! Te extraño, contesta mis llamadas. 

 Dabi apretó el segundo botón. 

—Hey, soy yo de nuevo. Sí, estoy ebrio. Sí, vuelvo a extrañarte. No te he visto en días. ¿Estoy siendo muy intenso? Lo siento —el mensaje se cortó y al instante empezó a reproducirse otro. —Ah, lo siento. Estaba demasiado ebrio ayer. Ya no te dejaré más mensajes, lo prometo. 

El whisky estaba caliente. Dabi no se molestó en servirlo en un vaso antes de empinar la botella y sentirlo descender por su garganta. Apretó el tercer botón de la grabadora. 

—Hey, em... Sé que prometí no volver a dejar mensajes, pero no estabas en casa. Dejé la carpeta con la información sobre la mesa. 

—¿Podrías responder sólo una maldita vez en tu vida? Estoy abajo. ¡No tardes! 

—Perdón por lo que dije hoy, ¿sí? Estaba enojado y cansado y- No lo sé. Sabes que no lo decía en serio. 

Otros cientos de mensajes seguían después. Dabi los adelantó, aún tragando el whisky gota por gota. Se detuvo cuando la voz artificial de la grabadora anunció que había un mensaje sin abrir de ese mismo mes. Extrañado, presionó el primer botón. Las cintas giraron en el interior del aparato. 

—Um. Hola, es Hawks, de nuevo —él rió. —Esto sigue siendo extraño. Siento que estoy grabando desde el espacio o algo así. En fin, Dabi, probablemente nunca escuches esto, pero- Ah. Esto es lo más difícil que he hecho en toda mi vida. Tal vez. No lo sé, no recuerdo. 

»Hay... cosas que no se aprenden cuando estás entrenando para ser un héroe. Hay cosas que debes hacer a un lado por el bien común. La mayoría de los héroes no encuentran a su alma gemela, porque- Bueno, no nos preocupamos por encontrarla. Yo te encontré a ti y -voy a ser honesto- si pudiera cambiarlo, lo haría. Pero no puedo. ¡No estoy diciendo que me estoy conformando contigo, tampoco! Eres... más de lo que podría haber esperado. 

»Pero- Pero, a veces, el amor no es suficiente. Es tan raro decir eso, parece una línea sacada de alguna película cursi, pero es verdad —su voz se quebró. Hawks carraspeó. —Sé que tienes mi nombre tatuado y lo siento, lo siento tanto. Ese nombre te traerá rabia cada vez que lo veas o- O tal vez no. Tal vez sólo me creo demasiado importante.

»¿Estoy hablando demasiado? Lo siento. ¿Pero qué si esta es la última vez que puedo decirte...? Pase lo que pase mañana, no podría odiarte. Tú sabes eso, yo lo sé. Am, no lo diré- No diré la palabra, ¿okay? —rió, un sonido ahogado. —No lo diré pero tú sabes. Y yo sé, también. 


DabiHawks Week 2020 - BNHA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora