Emilio vive en un edificio en su pequeño pero cómodo apartamento con el número 513.
Todo es aburrido y rutinario para Emilio, de su casa a la Universidad y de la Universidad al trabajo y viceversa pero el nuevo vecino del apartamento 512, cambiará t...
“La vida es hermosa vive la vida al máximo si todos nos amamos uno al otro el mundo va a cambiar.”
~Selena Quintanilla.
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~Narradora.
Uno nunca sabe cuando el amor llegará a nosotros, puede ser en días, semanas, meses o incluso años, nunca estaremos preparados para conocer a la persona que nos robará el aliento, la atención y sobre todo nuestro corazón, puede ser que aquélla persona que tu esperas puede estar lo más cerca de ti o lejos, no lo sabremos si no, lo averiguamos, puede ser que aquella persona sea tu mejor amigo, un compañero de clase o incluso tu vecino.
"Buscando se encuentra" Es como dice el dicho, pero a veces solas pueden llegar o salir de un ascensor.
......
Emilio.
(Sonido de alarma)
—Ptm—llevo mi mano pata apagar el despertar, me levanto de mi cama y me estiró—Odio lo lune—bostezo.
¿Y quien no odia los lunes? Es el día de la semana donde todos tienen flojera de despertar, empieza una larga Semana ajetreada y con mucho trabajo, bueno para a mi al menos.
Tomó una toalla y me voy al baño son las 6:30am y entró a la Universidad a las 7:30am, normalmente entró a las 8:30am pero todo está semana todos entraremos a las 7:30am, tengo que ser rápido si quiero desayunar, al salir lo primero que hice fue ir a mi clóset escogí algo normal.
(Imaginen a Emilio con esta ropa)
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Me cambie lo más rápido que pudo voltee a ver la hora.
7:00am.
—Mierda—rápido me seco el cabello de nuevo, no lo peino me gusta mis rizos rebeldes, tomó mi celular, mochila, llaves y guitarra.
Salgo de mi apartamento cierro la puerta y al voltear veo que en el departamento 512, hay cajas a fuera no le di importancia tal ves el nuevo vecino luego me prestare a ella o el.
Tomó el ascensor, ni loco tomó las escaleras son cinco pisos entró y pulso el botón que tiene el uno, al llegar a recepción me despido de Oliver, el recepcionista del edificio.
—Adiós Oliver—me despido.
—Adiós joven Emilio—Se despide con una sonrisa.
Óliver es un señor de unos 55 años de edad, es buena onda conmigo y con los demás que viven en el edificio siempre con una sonrisa, da la bienvenida y así como se despide también sonríe.
