Lara y Jay Potter-Malfoy

Confesiones

Todos estaban estáticos, sin saber que decir o que hacer, nadie se movía, ni decía ni pío. Las revelaciones eran demasiado grandes.
- Así que... Tu eres Voldemort, ¿No?- dijo Harry, estaba inseguro, no sabía cómo actuar, frente a el estaba el asesino de su padres, pero también el hombre que había cuidado de su futura hija por años. Se sentía raro, quería agradecerle y abrazarle, pero también insultarle y agredirle, no estaba seguro de nada.
Lara lo miraba, respirando profundamente y con lentitud, cómo si esperara el momento justo para  atacar o defender.
- Yo no entiendo para nada que está sucediendo, pero necesito hablar con Harry, el mayor. - dijo Draco, había algo que necesitaba preguntarle.
Draco y Harry, salieron de la sala del director, pero no notaron que también el menor de los Harry había salido junto con ellos. Draco le señaló un salón al mayor y ambos entraron. La diferencia de estatura no era demasiada, con suerte si lograban ser unos 15 o 20 cm.
- Yo... Bueno, quería preguntarte algo, ¿Puedo?
- Si, claro.
- ¿Tu desde cuándo supiste que estabas enamorado de mi? - las mejillas de Draco estaban completamente rojas, y sentía que se iba a desvanecer. Ambos Harry siguieron su ejemplo.
- No lo sé realmente, es algo complicado.- tomo asiento en la ventana, y Draco le siguió, quedando muy cerca de el. - Si te soy sincero, creo que te desde que te vi por primera vez en la tienda de tunicas. Eras extremadamente tierno, recuerdo que ese día note que tú elegancia parecía algo que te salía casi por inercia, y no pude evitar pensar que eras hermoso. Aunque después te mostraste muy frío y egocéntrico, y pensé que eras un poco idiota.
Ambos rieron, Draco hechando la cabeza hacia delante y Harry hacia atrás. Cuando el Malfoy menor levantó la mirada se encontró con la del contrario muy cerca de la suya, y no pudo evitar fijarse en los ojos verdes, eso ojos que lo perseguían en todos sus sueños. Antes de que cualquiera de los dos se diera cuenta, se estaban besando. Draco con sus manos apoyadas en el pecho del contrario, y Harry con los dedos enredados en el cabello rubio del menor.
Detrás la puerta, el Potter menor observaba todo, con lágrimas en los ojos y el labio sangrando por morder lo con fuerza. Podría ser su el futuro, pero eso no quitaba el hecho de que Draco prefirió besarle al mayor antes que el de su edad. Comenzó a caminar hacia atrás sin fijarse hacia donde se dirigía, y por accidente se había tropezado con el Malfoy mayor, que había ido en busca de su esposo.
- ¿Harry? ¿Que te paso? ¿Estás bien? - Draco estaba preocupado, el chico se veía completamente destrozado y parecía asustado por encontrase con él. Por el ruido de ambos, sus dos contrapartes habían salido del salón. Harry miraba extrañado la situación, y Draco parecía realmente arrepentido. Al verle, el menor de los Potter salió corriendo. Nadie le siguió.
Harry solo se limitaba a correr, al llegar al límite con el bosque prohibido, se volteo, pensando en volver, pero el recuerdo del amor de su infancia amenazó con quitarle todas las fuerzas, corrió más rápido, ganándose varios rasguños tanto en brazos como en piernas y su cara. Al llegar a un claro, comenzó a vomitar, además del cansancio físico, también estaba el dolor de su pecho, siguió vomitando hasta escupir sangre, y recordó lo que alguna vez le había dicho Hermione: " Se puede morir por un corazón roto." Se sentía devastado, eso le pasó por enamorarse de un Malfoy.
Se sento con los pies en descalzos y las mejillas llenas de lágrimas..
-¿Sabes? Alguna vez yo me sentí igual que como te sientes tú ahora.
Era Lara, quién se había sentado a su lado y le abrazaba con suavidad por los hombros.
- Mira, papá, yo te quiero mucho, pero a veces me cuesta mucho decirlo, por que, bueno, ustedes me abandonaron, y por ello crecí sin saber quién era yo realmente, o que debía hacer. Por algunos años, culpe a Tom por ello, y le odiaba, pero después comprendí que no era culpa de nadie, y que probablemente esto solo paso, y no hay culpable. Estoy bien con eso, me sigue doliendo, pero ya no lo puedo cambiar, y tampoco deseo hacerlo. La vida duele, y eso está bien, es exactamente lo que nos hace sentir vivos. El punto es, que lo amas, y no solo por qué pasó esto o lo otro debes rendirte, mantente firme, es difícil, lo sé, pero no imposible, solo inténtalo.
La chica lo abrazo una última vez antes de levantarse e irse hacia Hogwarts, dejando a Harry solo pero feliz.
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Yeyyyyy, al fin la quinta parte de esta tontería, lamento mucho la demora, y espero que disfruten, bye bye.