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Aburrido, desorientado, drogado, tonto, bobo, el alcohol recorría cada parte de su cuerpo bañado en sudor, su olor a sexo, sus manos tocando, su trasero moviéndose.

Era indomable, era hermoso, era arte, sus caderas se movían al compás de la música mientras se restregaba con muchas personas, esta ido, esta loco.

La famosa fiesta era un evento enorme, drogas, alcohol, sexo, peleas, baile, en las esquinas follaban, en el centro cuerpos sudorosos moviéndose unos contra otros, nadie llamaba la atención, nadie miraba o hablaba.

Estaba agotado, logro salir de la multitud de gente, sus pasos eran torpes, su mirada viajaba por todos lados, con esfuerzo logro llegar a la cocina encontrando a su mejor amigo follando a una sexy rubia, el sonido taladraba su cabeza, balbuceos salían de sus labios.

Sin darse cuenta se encontraba en el jardín, tan amplio y silencioso, la noche estaba estrellada y la suave brisa golpeaba su rostro, se sentía tan ligero, con delicadeza dio lentas vueltas extendiendo sus brazos y soltando esa melodiosa risa, su mirada fija en el cielo mientras daba y daba vueltas, totalmente ajeno a la sombra que lentamente se le acercaba.

Grito con mucho fuerza, su brazo ardía como mil demonios, deteniendo cualquier movimiento miro alrededor sin encontrar a nadie mas que a si mismo, pensando que era algún efecto de las drogas levanto su brazo, tres horribles rayas rojas y sangrientas, sus ojos abiertos como platos, intento gritar pero la voz que escucho en su oído lo impidió, su vista se nubló y todo se puso negro.




El chico rojo ym [T]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora