𝐸𝑦𝑒𝑠 𝑜𝑛 𝑦𝑜𝑢 [𝑺𝒐𝒐𝒌𝒂𝒊] [Terminada]

¿Qué le ocurre a Soobin?

Narra Soobin:

Han pasado meses desde que empecé a sentir cómo mi mundo se desmoronaba, pieza por pieza. A pesar de todo el esfuerzo que Hueningkai ponía para sacarme de esa oscuridad, nunca pude escapar completamente. Podía verlo en sus ojos cada vez que me abrazaba, podía escuchar la preocupación en su voz cada vez que me preguntaba si estaba bien. Pero lo que él nunca entendió, lo que yo nunca pude explicar, es que había un dolor dentro de mí que ninguna cantidad de amor o bondad podría curar.

No es su culpa. No quiero que nunca lo piense. Él fue lo mejor que me pasó en la vida.

Cada día, el dolor físico se sumaba al emocional, como si mi cuerpo se estuviera desmoronando junto con mi mente. Las heridas en mi piel, los moretones que intentaba ocultar... eran solo una parte de la tormenta. Pero el dolor en mi corazón, ese era mucho más profundo. Una herida que nunca cicatrizó. Podía sentir cómo se extendía, como si cada día fuera un paso más hacia el abismo.

Recuerdo las noches que pasaba despierto, mirando el techo, pensando en cómo iba a encontrar una salida. A veces Kai dormía junto a mí, con su respiración suave y tranquila. Y mientras él soñaba, yo me desmoronaba en silencio, sin que lo notara. No quería preocuparlo más de lo que ya lo hacía, pero el peso de lo que sentía me aplastaba cada vez más. Lo amaba, lo amaba tanto que a veces dolía más que cualquier golpe o corte en mi piel. Pero no podía cargarlo con todo mi sufrimiento. No era justo para él.

Nunca fue justo para él.

Me miraba con sus grandes ojos brillantes, llenos de esperanza, y me preguntaba qué sentía. Me preguntaba qué me dolía. Pero... ¿cómo podía explicarle algo que ni siquiera yo entendía del todo? ¿Cómo le explicas a la persona que amas que el dolor que sientes no tiene palabras, que es algo que vive dentro de ti, y que cada día, se lleva una parte de ti hasta que no queda nada?

Esta mañana, me desperté sabiendo que sería el último día. No había más excusas que pudiera dar, ni más mentiras que pudiera decir para ocultar el hecho de que ya no podía más. Hoy es el día en que me libero.

Escribí la carta mientras el sol se alzaba por la ventana. Cada palabra que escribía era un pedazo de mi alma que dejaba sobre el papel, para que Kai pudiera entender, aunque sea un poco, lo que estaba pasando por mi cabeza.

Querido Kai,

Sé que esto te va a doler, y por eso lamento tanto haber tomado esta decisión. No es porque no te ame, al contrario. Tú fuiste lo único bueno que me pasó. Fuiste la única razón por la que logré mantenerme a flote tanto tiempo. Pero el dolor es demasiado. Está dentro de mí de una manera que no puedo explicar, y aunque traté de luchar, me he dado cuenta de que no puedo ganar.

Desde que era pequeño, he llevado una carga que nunca pude soltar. ¿Recuerdas cuando te mencioné de pasada que en la escuela primaria las cosas no fueron fáciles para mí? Nunca te conté los detalles porque no quería que pensaras que eras responsable de mis heridas. Pero la verdad es que sufrí mucho. Sufrí acoso. Siempre fui el blanco, el que no encajaba, el que se sentía fuera de lugar en todas partes. Las palabras crueles, los empujones, las miradas de desprecio... se quedaron conmigo mucho más tiempo del que debería.

Esas experiencias me destrozaron, Kai. Aún hoy, cuando me miro al espejo, no puedo evitar ver a ese niño asustado, solo y perdido. No importa cuánto intenté superarlo, siempre estuvo ahí, como una sombra, recordándome que no era suficiente, que no merecía ser feliz. Y por más que lo intenté, ese dolor nunca desapareció.

Tú llegaste a mi vida y llenaste mis días de luz, pero incluso tu amor, tan puro y sincero, no pudo borrar lo que viví. Lo intentaste todo, y por eso te amo tanto. Me diste lo que nadie más había podido darme: esperanza. Pero a veces, el pasado pesa más de lo que podemos soportar, y yo ya no puedo seguir cargando con este peso.

Tú mereces ser feliz, y lo serás. Sé que lo serás, incluso sin mí. Eras mi luz en los días más oscuros, pero ahora necesito descansar. Espero que algún día puedas perdonarme por no ser más fuerte, por no poder quedarme a tu lado como te prometí.

Gracias por cada sonrisa, por cada abrazo, por cada momento en el que me hiciste sentir amado. Fuiste lo mejor que tuve. Fuiste mi única razón para seguir, y hoy, lo dejo sabiendo que fuiste lo más hermoso que me pasó en esta vida.

Te amo, Kai. Siempre te amaré.

Soobin.

Las palabras salieron más fácil de lo que pensaba, pero con cada línea, sentía como si estuviera cerrando un capítulo de mi vida que nunca volvería a abrir. No había vuelta atrás.

Dejé la carta en su lugar, bien visible, porque quería que la viera de inmediato. Quería que entendiera que esto no era culpa suya. Él lo había hecho todo bien, era yo quien no podía continuar.

El dolor físico ya no importaba. Las cicatrices que marcaban mi piel eran testigos de una batalla que ya había perdido hacía tiempo. Pero en mi corazón, lo único que quedaba era el amor que siempre sentí por Kai. Eso nunca cambiaría. Él fue mi única razón para seguir, y hoy, lo dejo sabiendo que fue lo mejor que tuve.

Caminé hacia el lugar que había elegido, el único lugar donde sentía que podía encontrar algo de paz. El aire fresco me envolvía, pero incluso eso no podía calmar la tormenta que sentía dentro. Cada paso era un adiós, cada respiración un suspiro de alivio. Sabía que el final estaba cerca, y aunque me dolía pensar en lo que dejaría atrás, en el corazón de Kai... ya no había más que pudiera hacer.

Narra Hueningkai:

Cuando encontré la carta, mi corazón se rompió en mil pedazos. Las palabras, aunque dulces y llenas de amor, eran como cuchillos que cortaban profundamente en mi alma. Lo único que podía pensar era: "¿Por qué? ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Por qué no me dejaste ayudarte?"

Pero en el fondo, lo sabía. Lo había visto en sus ojos. Sabía que había algo que lo consumía, algo que ni siquiera yo podía salvar. Pero aun así, nunca pensé que llegaría a esto. Nunca pensé que lo perdería de esta manera.

Soobin era mi mundo, y ahora mi mundo se había desvanecido.