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Era un caluroso día de primavera Cass envío a Hiro a comprar algunos insumos que hicieron falta a la tienda más cercana.
Mientras tanto nuestro moreno favorito se dirigía a la misma tienda a petición de Coco que ya estaba aburrida de estar en el parque y ahora quería un sorbete de cereza.

Miguel sostuvo la puerta para que Coco pasara primero y antes de entrar el permitió que alguien saliera, pero al escuchar el agradecimiento de la persona claro que reconoció de quien se trataba. No había avanzado mucho cuando Hiro sintió que alguien lo tomó del brazo haciendo que casi tirara la bolsa con ingredientes.

—¡Oye!

—Hiro que bueno que pude alcanzarte, ¡no vayas por allí, es peligroso!

–¿Que, por qué?— Preguntó el azabache buscando con la mirada un accidente o algo que le diera una pista del problema.

—¿No te enteraste? Desde esta mañana es considerado un delito tanta belleza, y me temo que tu castigo sería al menos una cadena perpetua.—Hiro puso los ojos en blanco, a veces se sorprendía de lo idiota que podía ser el moreno.

—Mejor ya llevate a tu hermano. Se ve que le pegó mucho el sol.— Habló directamente con la pequeña de trenzas la cual salía de la tienda con su mentado sorbete y saludo alegre al genio antes de que se marchara.

—Ves ese chino Coco, él no lo sabe. Pero un día será mi esposo.

—No mames, Miguel. Neta si te asoleaste mucho, ¿o por qué dices tantas incoherencias?— la menor  colocó su mano en la frente de su hermano para revisar si tenia fiebre y en venganza Miguel la empujó de manera juguetona.

Friendzoneame esta. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora