XVI

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Los diarios de Godric eran, como mínimo, una enorme escritura por descifrar y, como máximo, algo que no era capaz de entender por mucho que lo intentase. Muchas veces me quedaba en mi cuarto o por cualquier pasillo solitario de Hogwarts en mis ratos libres, leyéndolos para intentar sacar algo en claro. No estaba siendo una búsqueda muy productiva.

— Dime una cosa, ¿a qué crees que se refiere con esto? — preguntó Remus a Peter, mostrándole una de las entradas que llevaba ojeando toda la mañana. El rubio se rasó la nuca y se encogió de hombros con cara de pánico antes de darle un mordisco a un bollo que había robado aquella mañana del desayuno y volver a la página que él estaba leyendo. — "Me amparé en sus formas, en su luz y en su felicidad, colmándome los sentidos, dándole significado a mis pensamientos. Salvaguardó mi corazón y se convirtió en mi salvoconducto para garantizar la integridad de mi valor." — Recitó, esta vez mirándome a mí.

— ¿Quizás sea una forma de decir que su Patronus se convirtió en su refugio de la oscuridad? — sugerí, soltándome la coleta que me había recogido hacía dos horas.

— Bueno, evidentemente, pero, ¿no parece que tenga un significado oculto? Amparar, salvaguardar, garantizar su valor. Suena a protección — comentó Remus, frunciendo el ceño y tomando notas en uno de sus cuadernos. — Puede que emocional, pero, ¿podemos descartar que sea física también?

— A ver, los Patronus protegen de los dementores. Quizás sea eso. — Remus no pareció convencido, lo sabía por la forma inconsciente en que fruncía el ceño y apretaba los labios, pero asintió antes de rodear la palabra escudo y poner una interrogación a su lado en sus notas.

— Hola, chicos — dijo Cris, apareciendo por el pasillo y mirándonos con ojos juguetones. — ¿No creéis que le estáis dando demasiada importancia al examen de Transformaciones? Os pasáis todos vuestros ratos libres estudiando. Necesitáis relajaros.

— Pero lo llevo fatal, Cris... — resolló Peter con ojos brillantes y su voz aguda. — Remus y Jem te lo pueden decir. Voy a suspender seguro si no sigo practicando.

— Vale, vale. Te ayudaré yo también — se ofreció la ojiazul y Remus me dio una mirada breve, pero significativa.

— No te preocupes, Cris. Lo tenemos cubierto — dije como si nada, sonriendo. Sus ojos azules me taladraron.

— Vamos, Jem. Soy perfectamente consciente de que no estáis estudiando Transformaciones. He visto a Peter mil veces hacer los hechizos del examen y le salen casi mejor que a mí — replicó, sentándose como un indio junto a nosotros, aunque no hizo intención de curiosear el contenido de los cuadernos esparcidos por el suelo y en nuestras rodillas. — Algo no me contáis y generalmente me parece bien que tengáis secretos, pero me aburro mucho. No quiero ser la sujetavelas de Sirius y Ali y tampoco quiero estorbar a James en su absurdo intento por conquistar a Lily. Necesito un entretenimiento. — Se relamió los labios y dejó caer el cuerpo contra Remus de forma casual. El lobo la rodeó por inercia. — ¿Me dejáis unirme a vuestro club secreto?

Crucé una mirada con los dos chicos que llevaban toda la semana ayudándome a descifrar los diarios.

— ¿Te acuerdas de aquella clase de Defensa Contra las Artes Oscuras en la que salí corriendo? ¿Cuando nos enseñaron a convocar un Patronus? — pregunté y Cris subió la mirada, como siempre que hacía memoria.

— Sí, nunca llegaste a contarnos qué te pasó, sólo que te empezaste a encontrar fatal y que te agobiaste. ¿Por qué?

— ¿Viste mi Patronus? — Negó con la cabeza, sacando un poco el labio inferior. — De acuerdo. Expecto patronum. — El murmullo fue tan bajo que apenas me escuché a mí misma decirlo, pero con sorprendente facilidad, el destello blanco surgió de la punta de mi varita y el perro lobo me miró con la cabeza ladeada, fijándose en nuestra compañía.

Wolf || Sirius Black [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora