-Yedam! - grite y este corrió a mi llamado -tengo un gran problema - le dije a penas lo vi de pie fuera de la habitación
-qué pasa?
-no hay suficiente espacio para ti en mi maleta - rodeo los ojos y me apuntó con la espátula en su mano, pero de pronto su rostro se torno triste
-mañana es el día - suspiré amargamente
-lo es
-tienes todo listo? -asentí - Ya hablaste con Mashiho?
-quedamos en que iría por mi al aeropuerto
-Yoshinori yo - levante mi mano para callarlo y olfatee un poco
-no hueles eso? -el negó- huele como si algo se estuviera quemando - su rostro alarmado me dio a entender que efectivamente algo se quemaba
Salimos rápido de la habitación y fuimos a la cocina, nuestra cena estaba arruinada.
-se supone que esta sería una cena especial, era tu última noche aquí y yo lo arruine -una vez apagamos la estufa y dejamos los trastes sobre el fregadero lo mire, estaba llorando?
-esta bien, podemos pedir algo
-no está bien, Yoshinori mañana te iras y yo quería hacer algo especial para ti, ahora está arruinado y es mi culpa - no me gustaba verlo así, lo abrace y empecé a acariciar su cabello
-Yedam, eres lo más especial que me ha pasado y no sólo hablo de este viaje, mientras estés tu todo para mi será especial, además si vas a culpar a alguien, que sea a mi, yo te llame, yo te distraje, es mi culpa que esto pasara
-voy a extrañarte
-yo también voy a hacerlo
-volveré a verte alguna vez?
-no lo sé
Dudaba verlo de nuevo, no era una persona que tuviera suficiente dinero para viajar cuando lo deseara.
-si tu no regresas yo iré a buscarte
Sus palabras me llenaban de ilusion, pero nuestras vidas eran diferentes, me aterraba que viera lo que realmente era.
-seguro - lo aleje para que me mirara - te parece si pedimos algo de comer? - asintió
Y así fue como pase mi última noche en Corea, llena de risas, llanos, abrazos y besos.