Siete chicos con pasados no muy memorables, los mismos se refugiaron en malas vidas, hasta que una chica irrumpió en las mismas.
Hye Park, la chica que llegó para cambiarlo todo y consiguió sacar del espiral de violencia a éstos.
¿Podrán seguir adel...
Respiro hondo antes de mirarle, a simple vista parece estar tranquilo pero sé que en cuanto yo hable, su estado de ánimo va a cambiar radicalmente.
Namjoon está frente a mí, no dice nada, de hecho puedo ver esa característica sonrisa de autosuficiencia que me muestra lo tóxico que sigue siendo.
Ambos estamos en el solitario patio trasero del Instituto, en este momento no somos los chicos líderes de dos bandas que se han perdonado, ahora yo soy el líder de los Gángsters y el de los Bullies.
Y aunque las cosas se hayan calmado y los miembros de nuestros grupos ya no se lleven mal, nosotros tenemos aún cosas que solucionar, más concretamente, sentimientos que ordenar.
Los dos estamos frente a frente, al principio vinimos para hablar pacíficamente sobre lo que se está haciendo mal, o mejor dicho, lo que el que está frente a mí está haciendo mal.
Sin embargo creo que esto no se va a poder llevar a cabo pacíficamente, porque ya siento que ardo en rabia.
Por un segundo bajo mi mirada para tranquilizarme y la vuelvo a subir para volverle a ver, las palabras salen de mi boca sin yo mismo poder siquiera frenarlas.
—Ahora perfectamente entiendo lo que has estado planeando. —Suelto alto y claro para que me oiga.
Él moja sus labios a la vez que su semblante cambia a uno totalmente serio.
—Jeon no quieras joderlo todo. —Sisea con enfado Namjoon.
Sonrío, no con maldad como el contrario lo hace, sino con melacolía.
—Odio lo que le he hecho a Hye, no me puedo creer que me haya quedado callado.
—No sigas. —Amenaza el mayor, da un paso hasta mí y sé que está apunto de perder los papeles, pero no me importa. Nada me importa más que Hye esté bien.
Así que prosigo.
—Decir la verdad es para valientes y mentir para cobardes, así de fácil Namjoon.
—Jungkook, no te atrevas a decirle nada a Hye.
—¿Por qué te haría caso?, estoy cansado de ser el malo.
—Porque le harías daño. —Susurra de forma casi amenazante de nuevo.
Entonces río un poco sin pizca alguna de gracia, mi rabia comenzando a incrementarse a cada segundo.
—¡El único que le está haciendo daño eres tú! —Grito potentemente harto de la situación.—¿!Cómo mierda puedes ser tan hipócrita Nam-!?
No puedo terminar cuando su puño colisiona fuertemente contra mi mandíbula.
Abro mis ojos al máximo, el golpe casi consigue hacerme moverme de mi lugar, pero no lo he hecho, sigo en el mismo sitio de pie y quieto.
—No puedo reclamar que soluciones todo con golpes porque yo también lo hago a veces, pero por favor.—Hago una pausa cerrando fuertemente mis ojos al estar siendo amable con Kim en esta situación.—no solucionemos algo relacionado con Hye con violencia, no más, a ella no le gusta.
No me lo espero cuando Namjoon atesta otro golpe en el mismo lugar de hace unos segundos, noto adormecerse la zona al haber recibido los golpes. Mis ojos se ensaltan con lágrimas pero sigo sin moverme.
—Puedes golpearme si quieres, no voy a hacer nada, ya no más. Eso sí, lo único que vas a demostrar si sigues golpeándome es que jamás cambiaste, que las jodidas palabras que intercambiamos el año pasado para hacer la paz estaban vacías, que sigues siendo el mismo de antes...
Dejo de hablar cuando él se tira de rodillas al suelo, desde arriba noto como varias lágrimas comienzan a mojar sus mejillas.
—No sé amar.
Me acerco a él, no le toco pero intento que note que le en cierto modo le apoyo.
—Vamos a solucionar esto, si lo hacemos entonces ya sí todo habrá terminado. No podemos seguir inflijiendo dolor en otros, debemos acabar todo esto.
—N-no quiero que ella me odie. —Hipa Namjoon, noto el miedo en su voz.
—No sé qué va a hacer Hye, sin embargo debemos hacer algo al respecto, lo correcto. Ya que ella decida qué quiere hacer, ¿vale?
Hablo con parsimonia y tacto, para que entre en razón.
Dibujo una mueca de alivio cuando le veo asentir, le ayudo a levantarse y él se seca rápidamente con su antebrazo.
—Está bien, vamos a hacerlo. —Sentencia el que me ha pegado hace unos minutos.
—Por cierto Namjoon.
Él me mira para ponerme atención a la vez que salimos del patio a nuestro próximo destino.
—Sí que somos bipolares. —Finalizo y río ahora sí con algo de gracia.
—Mejor diría que somos complicados.
Asiento.
¿Podrá esto llegar a un desenlace por fin?
.
¿Qué os ha parecido? ¿Qué creéis que ha pasado?
Imágenes de dos diálogos llevados a cabo en este capítulo:
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