Alicia sale disparada de la habitación con abrigo en mano hacia la entrada de la casa. Raquel la siguió sin demora.
- ¿Alicia...? ¡Eh! ¿dónde...? ¡Alicia! - dijo mientras la seguía, apresurando su paso.
- No puedo hacer esto. No puedo hacerme esto. - respondió, ya saliendo de la casa.
- Espera... Por favor. - le pidió, siguiéndola afuera.
La pelirroja no quería parar, porque pararse significaba darle una oportunidad a su cerebro para cambiar de opinión; significaba pensar de manera irracional y darle una chance al amor que una vez sintió, y que sin dudas seguía estando ahí. Lastimosamente para ella, la otra cara de esta moneda la alcanzó y la detuvo a la fuerza.
- No hagas esto. - le pidió, mientras viejas sensaciones de abandono y dolor le recorrían el cuerpo. Era como un déjà vu. La pelirroja se volteó, pero tardó unos segundos en llenarse de determinación para mirarla a la cara.
- ¿El qué? ¿Irme así, sin más? ¿Hacerte lo mismo que me hiciste tú a mi? ¿Cagarme en todo y salir corriendo? - le preguntó con tono burlón. - Suéltame, anda.
- No. No cometas las mismas estupideces. Por favor, sé mejor que yo.
- ¿Sabes por toda la mierda que pase luego de que te fuiste? ¿la tristeza, el vacío, los problemas de confianza que me trajo? ¿Sabes cuánto tiempo me llevó acostumbrarme a vivir sin ti? - dijo casi gritando, mientra la voz se le quebraba y las lágrimas se le caían. Su cara hizo que se le revolvieran los intestinos a Raquel. Sentía una culpa indescriptible, y sin darse cuenta le soltó el brazo. Alicia tomó una bocanada de aire, conteniendo las ganas de seguir llorando; se sentía débil, vulnerable, pero finalmente se recompuso y siguió. - En el primer momento en que te vi esta noche, me volví a ilusionar como una cría y olvidé todo lo que en verdad sufrí por tu puta culpa. No es justo. No puedo... No pienso volver a pasar por eso. - declaró antes de darse vuelta y seguir caminando hacia la esquina para esperar un taxi.
Raquel estaba helada. Quieta como estatua. No sabía qué hacer ni qué decir. Seguía buscando palabras para explicar esa sensación, para evitar ese desenlace. Ni siquiera sabía si era justo para ella seguir insistiendo, menos después de sentir en carne viva la desolación que había provocado en ese, el cuerpo de su amada; pero no podía dejarla ir sin más. Ya lo había hecho, y esa decisión la había atormentado hasta esta noche. Así, reaccionó, siguió sus pasos y decidió hablar con la verdad.
- No me alcanza la vida para pedirte perdón. No puedo volver el tiempo atrás; no puedo devolverte todo esos años. No puedo, pero tampoco puedo dejarte ir sin pedirte que me dejes ganarme tu confianza de nuevo. Se que en el lugar en donde estoy ahora puedo hacerte feliz. Podemos ser felices, Alicia. Por favor... dame otra oportunidad.
La pelirroja comenzó a caminar más lento hasta que frenó. Cada palabra era como una cadena: pesada, que restringía su movimiento. Podía sentir la sinceridad de las mismas tallada en el metal, pero esa misma sinceridad ya se había convertido en mentira en el pasado, y el solo recordarlo hacía que su corazón temblase. De verdad quería darle una oportunidad, pero el hacerlo significaba traicionar todas esas veces que se prometió dejar de mirar para atrás para poder curar las heridas que ella alguna vez había causado. Estaba entre la espada y la pared.
"Necesito verla a la cara"
"Date la vuelta, cobarde"
Le decía su cerebro. Volteó, entonces. Ahí estaba, con su corazón en carne viva y el rimel corrido, a menos de tres metros, y a pesar de que todo el cuerpo le gritaba que corriera hacia ella, de un momento a otro, con el juicio nublado y el corazón ciego, las luces de un taxi pasando por esa misma calle la iluminaron, y para bien o para mal le mostraron el camino. Sin pensarlo dos veces, caminó rápidamente hacia la calle, llamándole la atención al vehículo.
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5 minutos más (de ti)
RomanceHacía ya 5 años que Raquel había dejado su secundaria, sus amigos, toda su vida en España para volver a su país natal, Argentina, con su madre, y pesar de los buenos momentos vividos, nunca se había arrepentido de esa decisión... hasta ahora.