Final

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En 15 minutos ya estaba devuelta en lo del muchacho. Le pagó la misma tarifa a pesar de que la taxista insistió en que no, le agradeció nuevamente y se bajó con el corazón en la garganta. Había algunas personas fumando afuera, incluyendo Silene la cual detuvo a la pelirroja en su camino hacia la casa.

- Y vuelve el perro arrepentido con la cola entre las patas.

- ¿Perdona?

- Alicia, ¿no? ¿No creés que ya hiciste suficiente por hoy?

- Ya… Silene era, ¿verdad? Creo que eso gritó Martín cuando abrió la puerta. 

- La misma. 

- Vale, corrigeme si estoy equivocada pero ¿no fuiste tú la que encerró a su amiga claustrofóbica en una habitación sin iluminación, con su ex mejor amiga que no ve hace 5 años y que terminó su relación con una pelea terrible, solo con la excusa de que jugaramos a los “7 minutos en el cielo”?

- ¿Qué? Ella me dijo que eras una vieja amiga…No sabía… - Silene se quedó muda.

- Pues creo que deberías empezar por ahí antes de señalar y echar culpas. Volví para enmendar mi error, y en lo que a mi concierne eso es entre ella y yo. - sentenció antes de seguir con su camino, esquivando a la joven.

Silene tenía ganas de "cagarla a piñas", pero en el fondo sabía que tenía razón. El problema es que en muchas ocasiones se lanzaba a la pelea sin conocer toda la historia, y siempre terminaba defendiéndose con la excusa de que lo hacía con el objetivo de proteger a la gente que quiere, pero después de tantos intentos de ayuda que terminaban en desastre, se dio cuenta que lo mejor que podía hacer ahora era dejar a la pelirroja irse.

Y así fue: Alicia entró a la casa y comenzó a subir las escaleras. A cada escalón su nerviosismo también subía.  Trató de calmarse, respirando profundamente. Tenía que tener la cabeza fría,  porque si se dejaba llevar y volvía a ver a Raquel de repente, sin dudas iba a tirarse de rodillas a llorar desconsoladamente mientras rogaba que la perdone. Era patético, no podía pasar.

- Volviste.

Una voz le cortó el hilo de ideas. Alicia levantó la cabeza para ver a Martín descender por las mismas escaleras.

- Martín… si, yo…

- Voy a comprar algo… vení, acompañame. - la interrumpió mientras pasaba a su lado.

La chica no lo pensó un segundo, simplemente lo siguió. Ambos salieron y se dirigieron al auto de él. Alicia tenía miedo, pero más que nada vergüenza: no solo hirió a su mejor amiga, sino que lo hizo en su casa, en la cual solo era una invitada. Aún así, todo insulto que se le pasaba por la mente sentía que lo tenía merecido, así que se sentó en el asiento de pasajero con la cabeza en alto, dispuesta a recibir todo tipo de críticas, con tal de llegar a una resolución de este caótico episodio.

- Alicia…

- Dime.

- Vos y yo recién nos conocemos. No sé básicamente nada sobre vos, y lo que sé es gracias a una persona que yo adoro; que quiero con mi vida; una persona a la que hoy dejaste destrozada. Entonces te pregunto a vos, ¿qué hago yo acá? 

- ¿La verdad? Ni yo lo se. Si yo fuera tú, me hubiera echado a la calle en el mismo momento en que nos cruzamos en las escaleras.

- Y habría estado en mi derecho… pero no. 

-Ya.

-  Siendote sincero es que, a pesar de todo lo que pasó esta noche, te miro a la cara y… no veo maldad en vos. ¿Sabés que pienso? Que todo esto no es más que una pelotudes. - dijo de manera directa. Alicia se sintió un tanto ofendida, pero en el fondo sabía que tenía toda la razón. - Discúlpame la puteada, pero es que realmente las dos se están haciendo mierda al re pedo cuando podrían estar juntas, ¡ después de tanto tiempo en este carrusel, loco! ¡Por favor, dejense de joder! Alicia, tanto vos como Raquel se mandaron cualquier cantidad de cagadas, ¡y todo para evitar justamente esto! Las peleas, la tristeza. Lo único que veo acá es que las dos tienen tanto miedo por lo que pueda llegar a pasar si deciden seguir adelante con todo esto que se siguen alejando. Y es por eso que… no se, las quiero ayudar. Te quiero ayudar, Alicia. Porque estoy seguro cuando te digo que las veo a las dos y hay mucha historia que está buscando un cierre. Un final feliz. ¿Me entendés?

5 minutos más (de ti)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora