3. Confusión

17 2 0
                                    

Narra Laura

-¿Laura? - eso fue lo primero que escuché nada más despertar. Empecé a recobrar la consciencia, pero algo no iba bien. -Tranquila mi amor, estamos en el hospital.- dijo una voz conocida.

Comencé a levantarme, al principio permanecí con los ojos cerrados ya que me ardían, poco a poco los fui abriendo, pero, algo pasaba con mi vista. Pensé que seria solo por estar recién levantada, así que parpadeé varias veces, pero nada cambió.

Empezé a ponerme nerviosa, ha tocar mi cara y frotar me los ojos con dificultad y desesperación.

Moví mis brazos, y una puntada de dolor recorrió mi cuerpo desde los hombros extendiéndose por mi espalda.

-No hija, no te toques los ojos, no te muevas, tranquila. - dijo mi padre con la voz quebrada. Solo pude escuchar las palabras de mi padre, pues aunque giré la cabeza en su dirección, no conseguí ver nada.

-No, no puede ser verdad, - estaba empezando a comprender.- dime que es una pesadilla.-

-No, lo siento mi niña-dijo mi padre con la voz temblorosa y al borde de las lágrimas.

Y entonces, lo entendí todo.

Ante la noticia, mis ojos ahora inútiles, empezaron a salir lágrimas. Mi cara demostraba sorpresa y miedo a la vez.

Estaba consciente, podía mover los ojos, parpadear y llorar, pero no veía nada. Ni blanco ni negro, simplemente no veía nada.

Me había quedado ciega.

Poco después, oí como se abría la puerta y entraba alguien.

- Hola Laura, soy el doctor Simons. - intenté incorporarme, pero el dolor me lo impidió y provocó que soltara un quejido.- es normal que sientas dolor aún, lo mejor es que descanses. -

-¿Qué me a pasado? - pregunté.

- Te cayó un rayo encima.- respondió con simpleza.

-Eso ya lo sé, me refiero a que le ocurrió a mis ojos. - dije intentando calmarme.

- Verás, al impactar te el rayo, lo miraste directamente, eso quemó gravemente tu retina del ojo izquierdo. El nervio del derecho se destrozó en el impacto. Ambos son daños irreparables. - explicó calmado, intentando ser lo más delicado posible.

-¿O sea que es irreversible? - dije, aunque ya sabía la respuesta.

-Si, lo siento mucho pero no podemos hacer nada - dijo con tristeza.- por lo demás- siguió explicando- no hay nada preocupante. A pesar de que tuvimos que hacerte reanimación, estas casi como una rosa.-¿morí? pensé-Los dolores que tienes desaparecerán dentro de unos días, pero me temo que tendrás que hacer una larga rehabilitación. Es normal que te cueste coordinar movimientos y caminar durante un tiempo por lo que....-

Unos ruidos fuera de la sala le interrumpieron.

- Por favor, calmen se- decía una voz en la puerta- ya les he dicho que no pueden entrar ahora mismo.

Segundos después, oí como la puerta se abría bruscamente.

-Laura- escuche decir a dos voces a la vez.

-Lo siento doctor, no pude detenerlos. -dijo alguien a quien yo no conocía, supuse que era una enfermera.

-Está bien Fátima, deja que se queden un rato. - dijo el doctor Simons. Acto seguido se escucharon sus pasos dirigirse a la salida y sonó el chirrido de la puerta al cerrarse.

- Yo me voy a avisar a tu madre- dijo mi padre dejando un beso en mi frente y saliendo de la habitación.

- Hola amor-reconocí la voz de David. Sentí como se acercaba a mi y tomaba mi mano para acariciar la. Sonreí al notar el contacto de sus labios con mi piel.

ElementsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora