Te sientes usado, utilizado por todos, hasta por aquellos en los que confíaste plenamente. Todos te engañan, te dan por asegurado, te pierden el respeto, ya no vales nada para ellos. Pero siguen insistiendo en justo todo lo contrario y tú, sigues cayendo. No eres capaz de levantar cabeza, pero tampoco de decir hasta aquí, se acabó, no tienes el suficiente valor. No sabes qué hacer, ¿de verdad te merece la pena seguir sufriendo por unos momentos de felicidad? Quien sabe. Sólo tienes claro que no te sientes suficiente para parar todo y eso, es lo que realmente te daña.