No eres una superheroína, no puedes cambiar a nadie con tus superpoderes. No puedes hacer magia ni menos aún brujería. Eres una persona normal, alguien corriente, una más. ¿Por qué irías a lograr tú lo que nadie ha hecho? Sólo eres la tonta de turno que da todo de si para intentar ver un mínimo cambio, una mínima respuesta a cambio y que lo único que obtiene son golpes y más golpes. Te vas haciendo cada vez más y más pequeñita, hasta pulgarcita te ve enana. Solo quieres llorar, la situación te supera. ¿Cómo algo que amas, que adoras, que anhelas... Puede hacerte tanto daño? Quizá el daño mayor no te lo provoca eso justo, sino tú misma y tu mentalidad. Recuerda, no eres una superheroína.
