El Amo Min es el dueño de gran parte de las tierras productoras de arroz y ganadero, tiene a su disposición un montón de esclavos que le sirven en casa, ninguno es mujer, el amo Min aborrece a las mujeres.
Un día en una de sus compras, un muchacho...
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Min era un hombre fuerte, valiente y agresivo, el amo no necesitaba levantar la mano por sí mismo para matar a alguien, pero el amo iba y mataba por cuenta propia porque le era necesario y le gustaba.
Pero el amo tenía una debilidad, que tenía cuerpo en cuervas y senos, el amo era débil por las mujeres. No era débil en el sentido de acostarse con estas o tener doncellas a su alrededor como hacían otros nobles y señores, mas bien el no les toleraba en absoluto.
Y cuando fue a ese viaje de negocios en le limite de sus tierras y la señora de la casa de los claveles envió a mujeres desnudas hacia el, Min simplemente saco su espada y sin una mueca les dejo morir.
Y subió a su caballo y avanzo sin una mueca de dolor, furia o pena, y tomo licor en una taberna mientras volvía a sentirse asqueado con una de esas mujeres que logro tocarlo, y sin poder dejar de pensar en lo desgraciado que era, regreso a su casa.
Y vio a su esclavo caminando en el pasillo, con sus ropas blancas y su rostro triste, y tiro de su brazo viendo lo delgado que era.
Min miro al hombre, le dio medicina y luego enloqueció, como disfrutando dejar caer toda su furia y dolor en el hombre, que se sentó a su lado, como interesado... interesado en su dolor.
Jin lo miro, y Min miro a Jin, sintiendo un poco de calma, y cuando volvieron a esa habitación Min de pronto tuvo el impulso de alejarlo de su casa.
Entonces vio la marca en su espalda baja, como un montón de flores tatuadas y su mente le grito que Jin solo era otra víctima más, entonces decidió disculpase con el hombre.
Min miro al hombre a su lado, aún estaba desnudo, su rostro pálido e cinchado, su boca llena de saliva, un hombre sucio y flaco, una imagen poco agradable para él, pero sonrió cuando sus ojos se encontraron con los del bebé en medio de ambos.
—¿Eres hijo del Rey? — dijo tocando su nariz —¿Lo eres? —
Él se movió en la cama para sentarse y cubrió el delgado cuerpo de Jin con la sabana no sin antes notar una herida ceca de su ombligo, un corte de espada ya cicatrizado, la intriga dentro del respecto al consorte era tan grande que le llenaba de furia, quizás si le torturaba un poco el podría sacarle la verdad.
Se movió en su sitio viendo los rayos de luz alumbrar la ventana y bostezo con un ligero dolor de cabeza. EL niño comenzó a llorar.
Jin abrió los ojos adormilado, tomo al niño y le arrastro a su pecho, comenzó a lamer su boca haciendo sonidos pequeños para luego volver a dormir, Min pensó que ese hombre parecía un gato.
Se puso de pie, se fue a bañar y volvió con su nuevo cambio de ropa puesta, vio a Jin de nuevo acostado en el mismo sitio y tiro agua de un vaso en su rostro.
